La primera gesta del baloncesto malagueño

Se cumplen 35 años del ascenso del Caja de Ronda a División de Honor

Juan Calderón

Martes, 10 de mayo 2016, 16:44

El 14 marzo de 1981 un puñado de malagueños asistieron en el pabellón Tiro de Pichón a un partido que cambió la historia de este ... deporte en la ciudad. El Caja de Ronda se enfrentaba al Santa Clara de Vigo con el ascenso a la máxima categoría en juego. El triunfo del grupo dirigido por Damián Caneda puso una semilla de la que creció el actual Unicaja y una pasión por el baloncesto que ha dado a la ciudad sonadas alegrías.

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Han pasado 35 años de aquel partido y los protagonistas volvieron a saltar ayer a la pista en la que aquella tarde brindaron con champán. Lo hicieron para asistir al programa La jugada Málaga de Canal Sur, que logró reunirlos en una histórica imagen. El tiempo ha pasado, pero no la pasión con la que vivieron aquel logro.

Era, sin duda, un baloncesto de otra época, sin los rigores o la exigencia de ahora. «Nos divertíamos hasta en los entrenamientos, pero siempre queríamos ganar», explicaba Damián Caneda, que esa temporada recogió el testigo de José María Martín Urbano en el banquillo. Tuvo que lidiar con un grupo talentoso, pero también de mucho carácter, con jugadores como Paco Alonso, Rafa Pozo, Carlos Cabezas, Diego Gómez, Salva Gallar, Paco García, Luiso Díaz, Serratacó, Osuna y José María Ferrer.

El ascenso fue la culminación de una trayectoria brillante que comenzó en Tercera División. Pozo lo calificaba de algo inesperado. «Fue una temporada emocionante y no se nos pasaba por la cabeza llegar a la élite viniendo de Tercera. No recuerdo un equipo que en cuatro años haya dado ese salto tan grande solo formado por jugadores nacionales, cuatro de ellos de Málaga, además de Paco Alonso, que, aunque es de Zamora, es como si fuese de aquí». Curioso era el caso de ambos, que empezaban a entrenarse a las seis de la mañana en la playa porque tenían que irse a trabajar.

Cabezas, el gordito

Precisamente Paco Alonso es el único vinculado al baloncesto, pues enseña técnica individual en el Unicaja, y el único de aquella plantilla junto a Carlos Cabezas que tiene un hijo Francis, ahora en la Liga Universitaria de Estados Unidos que ha seguido sus pasos en el mundo de la canasta. Ambos destacaban por su gran físico y pelea. «Yo llegué al baloncesto porque era gordito para el fútbol. Así que probé y vi que todos se caían al chocar conmigo», recordaba el padre de Cabezas, excelente tirador de larga distancia. «Muchas veces, cuando no se la pasábamos, nos decía: Devuélvemela, que la emboco», recordaba Gallar ante las risas de sus compañeros, al tiempo que José María Martín Urbano recordaba sus ansias por jugar. «Si no lo sacaba, me decía: Déjeme morir en la cancha, coach».

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Fue una hora de recuerdos perfectamente conducida por Paco Rodríguez y Juan Carlos Tirado, que también contactaron con José María Ferrer, un internacional júnior al que Queipo de Llano y Martín Urbano convencieron para que se viniera a Málaga esa temporada y que luego se convertiría en un consumado triplista. Ese afán por los triples del equipo era una tortura para los pívots, tal y como se lamentaba en tono irónico de que no le pasaban una. «Nos hacían falta tres o cuatro balones».

Y de todos los que integraban aquel equipo, solo una persona continúa trabajando hoy en el Unicaja, Toñi García, entonces administrativa del club y ahora resposanble de las relaciones con los abonados. Figura entrañable y de la que muchos demandan que escriba sus memorias... Aquella tarde de marzo de 1981 también fue histórica por otro motivo. Fue el primer partido de baloncesto transmitido por radio en Málaga. Se encargó un joven Antonio Guadamuro para Radio Popular, también presente ayer, como el director de SUR, Manuel Castillo, que entonces, con 15 años, hizo la crónica. «El Caja de Ronda, a la División de Honor», fue el titular. Lo que vino después es historia.

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