Necesita mejorar

Plaza incluyó en su quinteto inicial a McCallum y Milosavljevic con la idea de ampliar el número de jugadores 'potables' para esta difícil lucha de final de temporada que le ha venido encima a su equipo. La disposición defensiva de los locales arrancó en un tono discreto y su rival sumaba puntos con demasiada comodidad. Como el ataque malagueño era puro balonmano, ya que el balón sólo se movía por fuera, el Morabanc Andorra ganaba con claridad al final del primer cuarto. Afortunadamente, la habitual lucha de suplentes del principio de los segundos cuartos, dio algo de vida al Unicaja. Sin embargo, la defensa local, no acababa de situarse y, a pesar de la presencia de Shermadini, el ataque andorrano situaba el balón debajo del aro local tan fácilmente que se volvieron a escapar en el marcador. Cuando la pelota empezó a entrar a los pívots del Unicaja, la defensa visitante se cerró a cal y canto y la ventaja del Andorra era ya de ocho puntos cuando llegamos al descanso.

Para la segunda mitad, el equipo que entrena Plaza necesitaba mejorar su defensa, cargar el rebote ofensivo, sacar más partido de su juego interior, poner más frecuentemente el balón en las manos de sus pívots cerca de canasta y más acierto en la línea de tres. Como el cuadro malagueño no alcanzó ninguno de sus objetivos, los visitantes abrieron una gran brecha en el marcador. La respuesta de Plaza fue retirar a Nedovic, situar a sus hombres en zona y después quedarse sin pívots. Llegados al último cuarto, tras un acercamiento local, Plaza mantuvo su planteamiento y, por fin, a sus hombres se les vio entusiasmo. La falta de ideas visitantes frente a la zona local era el mejor augurio para la victoria malagueña. El Unicaja, liderado por Salin, jugó sus mejores momentos, pero al final sufrió más de la cuenta para obtener una victoria imprescindible.