Cuatro victorias respaldan al Unicaja en la Liga Femenina 2

Poco a poco y sin llamar demasiado la atención por sus cifras, el Unicaja está cumpliendo con sus previsiones. De las siete jornadas disputadas, las tres primeras acabaron en derrota, pero en las cuatro siguientes se adjudicó la victoria. Especial suerte está trayendo además el feudo del equipo malagueño en esta racha triunfal, dado que tres de las últimas cuatro se disputaron en el pabellón de Los Guindos, que sólo vivió una derrota, aunque abultada (44-75), ante el Snatt's Sant Adriá en el día de su debut casero.

Al inicio de la campaña, el cuadro costasoleño tuvo que anteponerse a varios contratiempos: las molestias de Vero Matoso y Gema García en pretemporada, las incorporaciones tardías de la base Conchi Satorre (a mediados de septiembre) y la escolta Ángela Rodríguez (llegó acabada la tercera jornada), la marcha de la estadounidense Shayna Gore antes del arranque liguero, y la baja por lesión todavía indefinida de la escolta Angelique Robinson. A todo esto se unió que los tres primeros contrincantes fueron equipos experimentados y que aspiraban de por sí a la parte alta de la tabla: el Lima Horta barcelonés, el Sant Adriá y el Segle XXI. El enfrentamiento ante este último casi se decantó a favor del Unicaja (66-63).

El viento comenzó a soplar a favor del combinado de Aranda en cuanto llegaron los rivales de 'su liga', contra los que había que empezar a tramitar las primeras victorias. Y así fue. La primera, contra el Hafesa Raca Granada (56-50); la segunda, ante el ISE Almería (63-55) – a ambos ya los derrotó en amistosos de pretemporada–; la tercera y primera a domicilio, frente al UCAM Primafrío (72-75) y la cuarta y última, ante el Citylift Geieg Uni Girona (71-61). En estos dos último triunfos, el cuadro malagueño mejoró además sus estadísticas en el tiro, subiendo su media hasta los 61,3 puntos por encuentro de este momento. Una cifra todavía muy mejorable y que refleja todavía la falta de acierto inicial, sobre todo desde la línea de tres.

Queda mucho trabajo por delante para lograr un equipo sólido, que demuestre que debe quedarse en Liga 2, pero por ahora, empiezan a verse resultados. Por ejemplo en el rebote, aspecto en el que el Unicaja es el segundo mejor equipo del grupo (media de 38,7 por partido), con Matoso y Ndoye como las más destacadas. Una racha victoriosa que da una inyección de moral al conjunto y que además, podría ampliarse a cinco jornadas consecutivas ganando este sábado fuera, cuando se enfrentará al colista Magec Tías de Lanzarote. El cuadro canario todavía no ha sumado su primer triunfo esta campaña y acumula el peor promedio de puntos encajados (77,4 puntos). Una oportunidad que no deberá dejar pasar el cuadro malagueño, porque en esta exigente categoría, un triunfo arriba o abajo podría acabar decidiendo su suerte al final del año.