Conchi Satorre, la última revelación del Unicaja

La base almeriense de 19 años es la segunda máxima anotadora del conjunto, estudia Administración y Dirección de Empresas y fue campeona de España benjamín de tenis

marina rivas

Miércoles, 13 de noviembre 2019, 00:26 | Actualizado 11:32h.

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Es de Almería capital, tiene 19 años, juega al tenis con la derecha y tira a canasta con la izquierda, va al cine al menos ... una vez por semana, estudia de tres a cuatro horas diarias y esta no es la primera vez que viste el escudo de Unicaja en su camiseta. Estas son sólo algunas de las peculiaridades de la historia de Conchi Sánchez Fernández-Satorre, o 'Conchi Satorre' como se la conoce en la cancha. A pesar de su juventud, menudez y estatura (mide 1,73), a la base del cuadro costasoleño no le impone ninguna rival, aunque le saque literalmente una cabeza. Muestra orgullosa su carácter cada vez que pisa el parqué y ha aprendido rápido a destacar en el equipo.

En sólo seis jornadas desde que arrancó la competición, ya puede decirse que su fichaje -poco antes de comenzar la temporada y cuando la plantilla parecía ya cerrada- está siendo un éxito. Actualmente, es la tercera jugadora que más minutos ha disputado (tras las veteranas Gema García y Vero Matoso) y es la segunda máxima anotadora del conjunto, aunque todavía le queda por mejorar. Su promedio es de 9 puntos por encuentro: 14, 9 y 15, fueron los que sumó en las tres últimas jornadas (las tres victorias que acumula el Unicaja). Además, como curiosidad, también es la jugadora del equipo que más faltas recibe por partido (ya van un total de 30), lo que también la impulsa a lo más alto del ránking de tiros libres de la escuadra. Una estrategia de la que también hay que saber sacar partido.

Cuando sale a la cancha, la joven sorprende, más allá de por su agilidad, por dos cosas. La primera, por sus características protecciones en las orejas, que como explica, son sencillamente para cubrirle casi una decena de pendientes que lleva. La segunda, por su peculiar técnica de tiro, y es que uno no acostumbra a ver muchos zurdos en el mundo de la canasta y menos por decisión propia.«Soy diestra para todo menos para el baloncesto. Nací con un ligamento más corto en el brazo derecho y no puedo estirarlo del todo, no me deja acabar bien el tiro, así que empecé a jugar con la izquierda», comenta. Es curioso, pero cuando era todavía una niña, esta condición no le perjudicaba a la hora de jugar al tenis, deporte en el que Satorre llegó a destacar más que en el baloncesto y que sin embargo, dejó a un lado. «Empecé en baloncesto porque acompañaba a mi hermana en los entrenos del colegio, pero yo jugaba a tenis y compaginé ambas cosas un tiempo», comienza. «Entrenaba a baloncesto entre semana y los fines de semana jugaba al tenis. Llegué a ser campeona de España en 2011, en categoría benjamín y subcampeona en alevín», asegura Satorre, que todavía juega algún partido, más relajada, en sus ratos libres.

Sin embargo, para empezar a crecer en uno de las dos modalidades, se vio obligada a elegir y el resultado es el que vemos hoy día. «Dejé el tenis porque en la etapa de alevín empezó a llamarme la selección andaluza de baloncesto y salíamos a competir los fines de semana. Tuve que elegir y mira que en ese momento era mejor en tenis, pero al final entrenaba mucho sola y en baloncesto me divertía más con el equipo», se sincera. Y toda su vida, hasta el pasado año, en un mismo sitio, el Club de Baloncesto de Almería. Creció en su cantera y en ésta vistió durante varios años el logo de Unicaja en su camiseta, ya que era la Obra Social de la entidad malagueña la que impulsaba la base del club almeriense. Y allí estuvo hasta que logró el ascenso a Liga Femenina 2 (en la que ahora juega con el cuadro costasoleño); de hecho compitió siendo júnior y fue la jugadora nacional sub-20 con mejores números de la catetgoría: 9,5 puntos, 2,7 rebotes y 9,2 de valoración de media por partido.

Satorre, con 8 años, con el Obra Social Unicaja de Almería. CB ALMERIA

La NCAA

Sin embargo, la pasada campaña dejó por primera vez su tierra para estudiar en Estados Unidos y jugar la NCAA con la Universidad de Texas-El Paso. Aunque su periplo allí no fue duradero y regresó seis meses después, agobiada por la falta de adaptación. Recaló entonces en el equipo de Primera Nacional del CAB Estepona, al que se sumó justo para el tramo final de campaña. Cabe recordar que el conjunto de Juan Baraza se quedó a las puertas de ascender a Liga 2 y, en el último partido de la fase de ascenso de los Guindos, se convirtió en el único rival capaz de ganar al Unicaja de Lorena Aranda el pasado año (87-88). «Ese partido fue uno de los más intensos que he jugado nunca», recuerda la almeriense. Su oportunidad de fichar por el cuadro malagueño llegó este verano y cuando Satorre ya tenía formalizado su contrato para regresar al Almería de Liga 2. «El caso es que tuve problemas con el contrato y no pude seguir allí, me ofrecieron venirme aquí y yo encantada. Estoy muy contenta de estar aquí. Ojalá me quede mucho más tiempo en el Unicaja, pero la vida de un jugador es complicada», dice.

Y es que, a sabiendas de lo difícil que es para un deportista encontrar estabilidad en un destino, prefiere centrarse en el ahora y no en el mañana. Por el momento, Satorre se levanta a las 7.30 horas a diario, asiste 'online' a alguna de las clases de la carrera de Administración y Dirección de Empresas que cursa a distancia, entrena con el equipo y estudia 3-4 horas diarias por la tarde. No falta a su cita semanal con el cine y, por lo general, es feliz habiendo encontrado su hueco en este equipo, que ya suma tres triunfos y es octavo en la clasificación del grupo B.