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Descanso anticipado

MARTÍN URBANO

Miércoles, 6 de febrero 2019, 00:10

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Ninguno de los dos equipos que se encontraron anoche en Belgrado se jugaba nada en la clasificación. A pesar de ello, a solo diez días del arranque de la Copa en Madrid, para el Unicaja debía ser importante jugar al mejor nivel, para confirmar el gran triunfo del domingo pasado frente al Real Madrid como el final de una etapa de dudas y malos resultados que empezó con la derrota de Badalona. Sin embargo, los visitantes confundieron el final del primer cuarto con el descanso, lo que les llevó a una auténtica 'parada técnica', con daños que ya fueron irreversibles.

En el primer cuarto, el equipo malagueño jugó muy suelto en ataque, con la tradicional aportación ofensiva de Witjer en los diez minutos iniciales, aunque en defensa no podía decirse que el equipo se mantuviera en la extraordinaria línea mostrada en el inolvidable segundo tiempo del domingo pasado. Como la defensa malagueña seguía sin emplearse en el segundo cuarto, los locales se adelantaron y tuvo que entrar Jaime Fernández para dar una alternativa en ataque al monólogo triplista de su equipo. Sin embargo, la entrada de Boatright significó el derrumbe definitivo de su equipo, que perdió el segundo cuarto por 14-31.

Después del descanso, el Unicaja abandonó el abuso en triples de la primera mitad y aumentó notablemente la movilidad de su defensa. Lo cierto es que esa mejora le sirvió para frenar la escalada local, pero para taponar la herida del segundo cuarto hacía falta más. Casi lo consigue el equipo malagueño en el arranque del último cuarto, con Boatright de base, pero liderado por Fernández y con un juego de ataque más equilibrado que hacía llegar el balón con más frecuencia debajo del aro serbio, pero cuando se sentó Fernández, el ataque del Unicaja volvió a perder el sentido y los locales recuperaron el dominio.

Al final, lo más decepcionante fueron los 105 puntos de los locales, aunque en el plano individual, constatar la recuperación de Fernández es una enorme satisfacción, lástima que no se pueda decir lo mismo de Boatright, que ayer volvió a decepcionar por sus pérdidas y su anarquía.

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