La decisión de Casimiro que marcó el destino de Pepe Pozas y Alberto Díaz
El técnico del Unicaja eligió hace ocho años al pelirrojo sobre su compañero y aquello condicionó por completo la carrera profesional de ambos
La carrera de un deportista profesional está condicionada por muchos factores: dinámicas, momentos de forma, trayectoria de sus equipos, lesiones y decisiones técnicas. Cualquiera de ... ellas puede provocar un cambio de rumbo en la dirección equivocada o hacia la correcta. El caso vivido en el Unicaja en 2012 con Luis Casimiro, Alberto Díaz y Pepe Pozas es un buen ejemplo de ellos. Sin embargo, los dos jugadores malagueños, lejos de perder el camino correcto, han terminado triunfando en la élite del baloncesto nacional y confirmándose entre los mejores bases españoles del momento. Este sábado (18.00 horas) escenificarán un particular cara a cara, no es el primero, en el Palacio de los Deportes. La particularidad del duelo es que ambos llegan al choque puede que en sus mejor momento como profesionales. Díaz, como referente indiscutible del Unicaja, y Pozas, en un gran estado de forma y como uno de los mejores pasadores de la Liga Endesa, el séptimo con una media de 4,7 por partido, una cifra a la que no llega ni de lejos ningún jugador del Unicaja.
La historia de cada uno cambió una tarde de abril de 2012. Casimiro llegó finales de marzo como solución de urgencia para un Unicaja que se desplomaba en la clasificación. Tras un comienzo brillante de temporada, el equipo dirigido por Chus Mateo encadenó la peor serie de derrotas que se se recuerda en el club, 15 en 16 partidos. Estaba fuera de los puestos de 'play-off' y peligraba la plaza para la Euroliga. El estreno fue positivo, con un triunfo ante el Lucentum Alicante en casa, pero no hubo continuidad. Fue un espejismo. El equipo perdió cinco partidos seguidos y la situación era crítica. Casimiro no encontraba la implicación necesaria en un grupo viciado. Tuvo alguna palabra más alta que otra con Earl Rowland, ahora en el Fuenlabrada, y lo dejó fuera de la rotación. Tras un varapalo enorme en Málaga ante el Barcelona (57-89) también prescindió de Valters. Así que hacían falta bases. En esas semanas, Alberto Díaz y Pepe Pozas estaban entrenándose ya con el primero equipo. Casimiro debía elegir y optó por Díaz, con un perfil más defensivo. Esa fue la clave.
El pelirrojo debutó en Badalona. Jugó 15 minutos y metió cinco puntos. Luego llegaron dos victorias más frente al Bilbao y el Betis, en las que resultó clave. Al final de la temporada firmó su primer contrato con el Unicaja y, aunque siguió jugando con el Clínicas en la LEB Plata, su hoja de ruta ya estaba marcada como jugador de la primera plantilla. Pero la llegada de Jasmin Repesa lo cambió todo. El croata casi no lo utilizó y luego ya Joan Plaza le cerró la puerta del primer equipo.
Pozas, por su parte, siguió su camino. Era el líder de aquel fantástico equipo filial del que salieron tantos jugadores de ACB. De nuevo en la LEB Oro, sus números llamaron la atención del Valladolid, que lo fichó en febrero de 2014. Díaz siguió el mismo camino, aunque en su caso con destino al Bilbao. Fueron experiencias distintas para ambos. Pozas jugó mucho y bien y eso le valió para fichar por el Obradoiro. Ahí comenzó su historia de amor con el equipo de Santiago, en el que es capitán y el líder histórico en puntos, partidos, minutos y asistencias. Este sábado llega a Málaga en su mejor momento profesional. Su comunión con el técnico Moncho Fernández ha sido clave sin duda para ello, pues es el único entrenador que ha tenido en el Obradoiro y el que apostó por él hace ya seis años.
De forma paralela, Díaz continuó con su rodaje, en la temporada 2014-2015 se marchó cedido al Fuenlabrada, donde no lo tuvo nada fácil, pero eso le curtió a nivel personal y profesional. La temporada siguiente, el Unicaja impuso a Joan Plaza su presencia en la primera plantilla, pese a las reticencias del técnico. A partir de ahí, la historia ya la conocen. Referente de la afición, MVP de la Eurocup de 2017 e internacional con la selección absoluta.
Y a pesar de lo que pueda parecer, por aquella decisión de Casimiro que marcó el futuro de ambos, Pozas y Díaz mantiene una excelente relación personal; de amistad No en vano crecieron y se formaron juntos en Los Guindos, y eso es para siempre.
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