Alfredo Serrano: «No encontramos justificación para que los cruceros sigan prohibidos»

–España lleva desde marzo sin permitir el atraque de cruceros en los puertos. ¿Cómo es la situación actual de este sector?

–En la fotografía que podemos hacer en relación a quiénes están navegando y dónde, vemos que son mercados europeos, algunos tradicionales competidores de España en el turismo y en cruceros, los que ya están operando. Lo están haciendo de forma gradual, con aforos reducidos y no con toda la flota, pero sí rodando los protocolos y ofreciendo una experiencia.

–¿Qué países son los que ya han activado el sector de cruceros?

–Está Italia, desde mediados de septiembre, y poco después le siguió Grecia. Alemania lleva más tiempo. También Malta se activó más o menos a la vez que los italianos. Nos encontramos con que el Mediterráneo en general empieza a despertarse, asumiendo que los cruceros son una opción perfectamente segura o tan segura como cualquier otra de viajar. Sin embargo en España se mantiene la prohibición y no hay ninguna compañía que esté navegando. Un alemán, un italiano o un francés si quiere puede venir a España en avión, en tren o conduciendo su vehículo. También en ferry, pero no en un crucero.

–¿Y qué justificación les han dado para mantener esta prohibición?

–Habría que preguntárselo a las autoridades. Nosotros no encontramos ninguna justificación. Desde principios de julio la Comisión Europea elaboró dos guías detalladas de cómo deberían ser los cruceros reforzando su capacidad de respuesta a la pandemia. Nosotros somos los primeros que nos ponemos el listón alto en todo lo que tiene que ver con los asuntos sanitarios. Son exigentes, pero esas guías han sido traspuestas en normativas locales en otros países. Lamentablemente en España no se ha producido así. Quiero destacar que no es que al sector se les haya pedido unas medidas y que este no haya sido capaz de realizar. No. Simplemente es que no hay una norma que regule cómo debe ser el tráfico normal de cruceros, de la misma manera que sí la hay en otros países.

–¿Cómo va a afectar a España la reanudación de los cruceros de forma más tardía?

–Es difícil saberlo. En los mercados que ya están navegando no es tanto el impacto que tendrá en el 2020 sino lo que supone de estar ya rodados y preparados para que 2021 se parezca lo más posible a lo que fue el 2019. Es decir, recuperar una cierta normalidad. Sin embargo, nosotros no hemos dado todavía siquiera el primer paso en una andadura que hay que rodar para dar confianza a las navieras y a los destinos. Esto lleva un tiempo y estamos permitiendo que otros mercados hayan empezado ya ese rodaje. Vamos a estar en una desventaja competitiva, a lo que se suma que el sector de los cruceros se mueve con mucha antelación, y aunque la pandemia está haciendo que se reduzca algo, lo habitual es que saquen sus folletos con dos años de anticipación. Está claro que el 2021 va a ser diferente, pero si las navieras tienen la certeza de que un país tiene un marco regulatorio claro que permite el atraque de barcos pues, incluso ante otros puertos que pueden ser más atractivos pero con la más absoluta incertidumbre, probablemente se decantarán por la certeza del mercado que le da tranquilidad.

–¿Cómo va a ser esa vuelta de los cruceros y si saben cuándo se puede producir?

–Ya se ha anunciado que se han autorizado cruceros con operaciones interislas en Canarias, un permiso que es competencia de las comunidades. A principios de noviembre ya habrá cruceros operando en estas islas. Los cruceros son los primeros en implantar test a todos los viajeros antes de embarcar. No hay ningún otro segmento del turismo que haya llegado a un compromiso de seguridad tan ambicioso como el de garantizar que en cada travesía el 100% de sus empleados y los pasajeros habrán dado negativo en los controles antes de iniciar el viaje. En el caso de los tripulantes, incluso, tendrán que dar negativo en tres pruebas consecutivas de Covid-19 antes de trabajar a bordo, donde periódicamente se les harán más controles. En los barcos se mantendrán las distancias de seguridad, la utilización de mascarillas, de filtros de aire y todo lo que tiene que ver con la detección o reporte del más mínimo síntoma a bordo está controlado.

–¿Qué puertos van a tener más posibilidades en la vuelta de los cruceros?

–En el caso de España una parte importante de la reanudación de operaciones tendrá que ver con la voluntad del destino de recibir estos barcos. Ahí tenemos el caso de Canarias, que ha tomado a los cruceros como un asunto estratégico y será la primera en reactivarlos tras tener interlocución con las navieras y con el Gobierno central. Serán barcos que no saldrán de España y que funcionarán entre las islas. La prohibición actual es para los cruceros internacionales, o que al menos tienen una escala en un puerto no español, que en un año normal son el 100% de los que llegan.

–¿Cómo ve la situación en el caso del puerto de Málaga y del conjunto de Andalucía?

–El interés por las compañías por Andalucía siempre ha estado presente. Málaga y Cádiz manejan volúmenes importantes. Ese interés se mantiene, ahora depende de lo que antes comentaba. Creo que este parón puede ser bien un inconveniente si no se reacciona rápidamente o una oportunidad como lo ha entendido Canarias.

–¿Podría Andalucía reactivar el sector estableciendo cruceros entre sus puertos?

–Podría contemplarse, pero necesita del concurso de las compañías para establecer un itinerario que no se ha hecho hasta ahora. No lo descarto. Incluso bien sólo en Andalucía o bien incorporando cualquier otra comunidad autónoma que pueda mostrar interés.

–¿Para cuándo baraja este sector recuperar el ritmo de 2019?

–Lamentablemente dependerá mucho de cómo evolucione la pandemia o de cuándo haya una vacuna. Ahora mismo no sería prudente aventurar una fecha.

–¿Se constata que se mantienen las ganas de viajar en cruceros?

–Absolutamente. Es algo que nos confirman los estudios que realizamos. Saben que, en cuanto se pueda, en ningún sitio van a estar en mejores manos que en un barco de cruceros.