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La otra corona que cayó con la Segunda República

La otra corona que cayó con la Segunda República

El Gran Hotel Miramar recuperó ayer uno de sus símbolos más emblemáticos allá por los años 20. El grupo Santos encargó una réplica exacta a la destruida, de 750 kilos de peso, a un taller de Antequera

Pilar Martínez

Jueves, 22 de septiembre 2016, 00:29

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A la una de la tarde, 85 años después de que su destrucción, lanzada literalmente desde una séptima planta hasta los jardines como un gesto más del fin de la monarquía de Alfonso XIII y de la proclamación de la II República, el Gran Hotel Miramar recuperó ayer la corona que presidirá la fachada principal, tal y como lo hizo en su inauguración el 10 de febrero de 1926.

La coronación ayer del edificio fue un momento histórico que inmortalizaron segundo a segundo el presidente de la cadena propietaria del inmueble Hoteles Santos, José Luis Santos; del director del establecimiento, Israel Martínez; del arquitecto encargado del proyecto, José Seguí, y del Jefe de Servicios Técnicos Generales del grupo, Miguel Ángel Rodríguez. La colocación de la corona, operación que se prolongó durante una hora, fue celebrado con un sonoro aplauso de todos los responsables de la obra del que será el primer cinco estrellas gran lujo de la ciudad. «Estamos haciendo historia», comentaban de forma incesante entre ellos, mientras el autor de la corona, Juan Manuel González, del taller de restauración Foryvict, daba los últimos retoques a este elemento regio de 750 kilos y con un anillo de 2,20 metros de diámetro y tres metros de altura.

Se trata de una réplica exacta, creada de forma artesanal con una composición de acero inoxidable, en el interior, bronce y aluminio fundido. La mayor complicación de la elaboración de la corona ha sido precisamente que sólo contaban con fotografías de la original. «Lo mayor dificultad fue sacar todas las proporciones», explicó González. A lo que el arquitecto Seguí apuntó que la corona fue lanzada al vacío por los republicanos y quedó hecha añicos. Como única pista para calibrar las dimensiones disponían del círculo de obra, que no fue destruido, y que hacía de pebetero, donde prendían el carbón cada noche para iluminar con la llama la corona. A partir de ahí, comenzó en este taller, ubicado en Antequera, un trabajo minucioso y artesanal al que se ha dedicado, de forma exclusiva, los últimos tres meses Juan Manuel González y su equipo. «Ha supuesto todo un reto, porque es un trabajo artístico, muy difícil en su fabricación», precisó mientras colocaba una de las 16 medias esferas, que se sitúan entre las ocho hojas trifolios y las ocho gemas del anillo, que dan vida a la corona, junto a las 36 esferas que decoran los cuatro arcos.

Cada una de las hojas lleva grabada una fecha histórica del hotel, destacando la de 1926, que fue la inauguración; 1931, cuando se destruyó la corona y el hotel fue rebautizado con el nombre de Miramar; 1937, año que marcó el final de su primera etapa como hotel para pasar a ser un hospital en plena Guerra Civil; 1968, que volvió a abrir sus puertas como establecimiento hotelero, ó 2008, momento en que Hoteles Santos compró este edificio para su reconstrucción.

De forma especial, incluyendo el logo de la cadena, lucía en una de las hojas la fecha de 2016, lo que confirma las intenciones de este grupo de abrir antes de que finalice el año. Diciembre es el mes que cobra fuerza para recibir a los primeros clientes, y eso que en las últimas semanas los 200 obreros que se dispersan por los jardines delanteros, la piscina, y el interior han dado un gran avance al proyecto.

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