Grandes estrellas de la cocina se unen a la campaña para salvar La Cónsula

Así como un largo etcétera en el que también se encontraban artistas como Antonio Banderas, Pablo Alborán, Antonio de la Torre o Santiago Segura. Tal fue el apoyo que #salvemoslaconsula se convirtió en tendencia en Twitter. Más de dos mil retuits y otras tantas respuestas en Facebook y en Instagram. En total, unas 70.000 visualizaciones de un aviso que no solo tuvo respuesta en Internet. El mensaje llegó a la Junta de Andalucía, empujando a la presidenta, Susana Díaz, a llamar al cocinero marbellí para darle garantías de que la escuela de hostelería se salvará. «Te prometo que los chicos de La Cónsula cumplirán sus sueños», avisó a García la jefa del Ejecutivo andaluz, que, sin embargo, fue incapaz de precisar fecha.

Como declaró el dos estrellas Michelin tras su charla con Susana Díaz, ésta se mostró preocupada por la situación de la escuela, e insistió en asegurar su futuro con la integración en el Servicio Andaluz de Empleo (SAE). No obstante, Díaz eludió dar una fecha concreta porque, advirtió, es un trámite que requiere su tiempo. A pesar de que ya han pasado nueve meses desde que la propia presidenta prometiera una solución inminente. Nada nuevo, por tanto. «Creo que está avergonzada por no haber podido solucionar aún este problema», reconocía García, que ayer no pudo reprimir su malestar con la situación después de ver las «caras de tristeza e incertidumbre» de los estudiantes y profesores, que esta semana comenzaban un encierro en el restaurante del centro. Restaurante en el que el cuerpo consular de Portugal tenía previsto su almuerzo de Navidad el día 15. Sesenta personas que, para su «tristeza», se veían obligados a trasladar la cita ante el cierre del mismo. Un lugar por el que han pasado esta semana los estrellas Michelin José Carlos García, Diego Gallegos o Paco García y Diego del Río, de El Lago, para mostrar su apoyo. Además de los compañeros de Gastroarte. «Basta ya», exclamaba José Carlos García. No podían mirar a otro lado ante la desesperación de esos jóvenes y docentes que siguen convencidos de que la intención de la Junta es cerrar las escuelas de hostelería. Es la única explicación que encuentran a los reiterados incumplimientos. «Detrás de todos hay muchos dramas. No olvidemos que llevan siete meses sin cobrar», recordaba Dani García después de ver los rostros de desesperanza y la desangelada sala: «Es muy triste ver así una cocina. Un restaurante apagado es un restaurante sin alma». Ahora solo espera que todo esto «sirva para algo».