Vishing, la estafa que llega con la vuelta a la rutina

En este caso, según el FBI, el robo de la identidad no llega a través del mail, sino que se realiza a través de una llamada al suplantar la voz de un conocido para engañarle y así llegar a robarle información.

La Covid-19 ha provocado una implosión en la forma de comunicarse. Las videollamadas y las llamadas por Whatsapp se han convertido en las reinas en tiempos de pandemia y los ciberdelincuentes han aprovechado la situación.

Además, el incremento del teletrabajo ha generado un importante aumento del «vishing» en Estados Unidos en los últimos meses y que se ha ido desplazando al resto de países

Esta novedosa técnica imita la voz de una persona, pero además recrea un ambiente para tratar de dar mayor veracidad a la estafa. Según los expertos en seguridad, los ciberdelincuentes imitan sonidos de oficina, como teclados y más personas para tratar de convencer al receptor de la llamada.

Los estafadores, además, hacen uso de un escenario de presión para que el estafado no tenga otra opción y la víctima caiga en la trampa. Durante la conversación, los delincuentes cogen información pública en internet y redes sociales para crear todo un escenario más creíble y de confianza y engañar a la víctima.

«Las llamadas se suelen realizar bajo el protocolo de comunicación de internet VoIP para dejar menos rastro», apuntan los expertos en seguridad.

Los investigadores señalan que para evitar este tipo de ataques y robos de información lo mejor siempre es no dar información delicada por teléfono y, además, no devolver llamadas telefónicas extrañas y si la conversación se torna sospechosa y extraña, lo mejor es colgar inmediatamente.