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El ambiente de estreno ganaba por goleada a la melancolía de los lunes por la mañana en la oficina. El personal más arreglado y nervioso que de costumbre, camisas metidas por dentro de los pantalones de pinza, vestidos elegantes y neutros y las labores de maquillaje y peluquería en perfecto estado de revista para la presentación en sociedad del desembarco del gigante francés Capgemini en Málaga. Porque la compañía gala ha escogido Málaga TechPark para instalar un centro especializado en ciberseguridad y tecnología alojada en la nube (Cloud). Allí trabajan ya 30 profesionales, pero los planes de la empresa pasan por multiplicar su plantilla hasta los 300 empleados en menos de tres años. De hecho, antes de que finalice noviembre deberían ser «por lo menos», 100 trabajadores.
Lo esbozaba este lunes el consejero delegado en España del grupo, Luis Abad, durante la presentación del centro que suma un nuevo actor protagonista en la escena emergente de Málaga como nodo internacional especializado en ciberseguridad. No en vano, el anuncio de Google de instalar en la capital un centro de excelencia dedicado a esa disciplina se une a la presencia en la ciudad de Telefónica Tech (división de la multinacional dedicada a la seguridad en la Red), sin olvidar la labor de compañías locales como Hispasec o Ingenia (sumada al grupo Babel) o la propia instalación en el Palmeral de las Sorpresas del Centro de Ciberseguridad promovido por la Agencia Digital de Andalucía.
Un ecosistema creciente al que se incorpora Capgemini, que llega a Málaga precedida por más de medio siglo de actividad y, sobre todo, por sus imponentes cifras: unos ingresos globales de 18.000 millones de euros en todo el mundo, presencia en más de 50 países y más 340.000 empleados, de los que 10.000 operan desde España. «Cogimos estas oficinas y se nos quedaron pequeñas antes de abrirlas, así que cogimos la siguiente. Nuestra principal inversión son las personas», ha defendido Abad, quien no ha precisado la inversión que la consultora francesa tiene previsto realizar en Málaga.
Eso sí, Abad sí ha querido reivindicar el perfil internacional del centro abierto en la tecnópolis malagueña, que estará especializado en los «grandes clientes» de la compañía. Sobre esa labor en Málaga se ha detenido el director de proyectos de Capgemini, Rubén López, para destacar el afán de la compañía por «acelerar la transformación digital» de sus clientes. López ha adelantado además la ambición de convertir el centro malagueño «en punto de referencia mundial» dentro de la red de infraestructuras de Capgemini en todo el mundo, con la mirada siempre puesta en esos «grandes clientes internacionales» a los que se prestará servicio desde Málaga.
El representante de la consultora francesa también se ha referido a los planes de la compañía para tener puentes con las universidades y centros de Formación Profesional (FP) del entorno cercano para potenciar la formación y captación de talento local. Y de ese hilo ha tirado el alcalde de la capital, Francisco de la Torre, quien ha vuelto a ejercer de apasionado embajador de las bondades de la ciudad como destino de empresas y profesionales.
«Espero que en Málaga crezcáis con fuerza», ha deseado el alcalde al CEO en España de Capgemini, antes de reiterar la necesidad de que las universidades, los centros de formación profesional y las empresas establezcan un diálogo más fluido para reducir las distancias entre las instituciones académicas y las necesidades del mercado laboral. Además, De la Torre ha enarbolado la capacidad de la ciudad para acoger no sólo delegaciones de grandes compañías, sino sus propios centros de decisión. «En la periferia pueden estar las sedes», ha defendido el alcalde.
El estreno del nuevo centro de Capgemini en Málaga ha contado también con la presencia del consejero de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades de la Junta de Andalucía, Rogelio Velasco, quien ha dado la bienvenida a esta «empresa extraordinaria» presente en más de medio centenar de países de todo el mundo.
Con la mirada puesta en esa captación de inversiones, el consejero ha aprovechado la ocasión para destacar que entre 2019 y 2021 la inversión extranjera en Andalucía alcanzó los 2.800 millones de euros. Velasco ha reivindicado que esa cifra representa inversiones «nuevas y fuera del sector inmobiliario», si bien no ha olvidado la autocrítica a la hora apuntar el riesgo de «morir de éxito» si las administraciones no logran acelerar su modo de funcionamiento.
«Al sector público nos cuesta seguir el paso de la economía real, de las empresas», ha esbozado Velasco antes de sacar de nuevo pecho al hilo de la pujanza de Málaga como nodo tecnológico, espoleado por la red de comunicaciones, las bondades del clima y un ecosistema cada vez más potente.
Un escenario que ahora suma al gigante francés Capgemini, que esta mañana de lunes estaba de estreno. Y se notaba.
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