Una empresa industrial alemana con tres siglos de historia abre un hub tecnológico en Málaga

BHS Corrugates es líder mundial en máquinas onduladoras de cartón y va a montar en la UMA un centro de puesta en marcha virtual para simular y validar sus nuevos sistemas de producción

Nuria Triguero

Málaga

Martes, 4 de noviembre 2025, 00:19

Si usted es un ciudadano de a pie ajeno al sector industrial no le sonará de nada el nombre de BHS Corrugated. Pero si trabaja ... en cualquier industria que incluya el embalaje entre sus procesos seguro que habrá visto su logotipo: se trata del fabricante líder de las máquinas que ondulan el cartón para hacer cajas. «Somos como la Coca-Cola en este sector: todo el mundo nos conoce», bromea su CEO, Christian Engel. Y es que la mitad de las cajas que circulan por el mundo se fabrican con las corrugadoras de esta empresa tricentenaria alemana, que tuvo origen en la industria minera (sus siglas responden a Compañía Bávara de Minas, Fundiciones y Salinas) y fue propiedad del Estado de Baviera hasta 1993. Desde entonces pertenece a una compañía familiar no cotizada que gestiona un negocio de un billón de euros anuales y tiene nueve centros de producción repartidos por el mundo.

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BHS Corrugated abrió a finales de 2024 un 'hub' de innovación en Málaga para desarrollar software de uso propio y ya cuenta con 32 ingenieros 'senior' trabajando en él. Acaba de inaugurar oficinas en plena Alameda Principal -antes estaba en un 'coworking'- y su plan es seguir creciendo en personal, al menos hasta los 50 empleados.

«¿Que por qué no lo hemos hecho en Alemania? ¡Lo intentamos! Intentamos de verdad encontrar desarrolladores en Alemania pero era muy, muy difícil. Le doy una comparación: perfiles que aquí tardamos tres días en encontrar allí necesitamos nueve meses. Es imposible crear un negocio basado en software en Alemania y conozco a muchas empresas que vienen a Malaga por esta razón», afirma Christian Engel, que no ha percibido la escasez de talento de la que algunas empresas se quejan ya desde hace cierto tiempo en Málaga. «No sé si en especialidades más concretas la habrá; nosotros buscamos ingenieros de software y los encontramos», afirma, incidiendo en su voluntad de «competir por el mejor talento» y ser «una empresa en la que cualquiera diga: este es el sitio donde quiero trabajar». «Queremos a los mejores», insiste.

El 'hub' tecnológico malagueño de BHS se dedica a tres tareas: por un lado, desarrollan y perfeccionan los programas de gestión que usan los 3.600 empleados de la compañía. Por otra, se están encargando de desarrollar la tecnología para la próxima generación de sistemas de control de maquinaria que integrarán sus máquinas corrugadoras. Y en tercer lugar, explica Engel, «la compañía está diversificando su actividad en nuevas áreas como la logística, que están muy relacionadas con el software y para las cuales trabajarán nuestros desarrolladores». En este 'mix' entre software e industria reside parte del atractivo de esta empresa para profesionales tecnológicos: «Nuestros ingenieros no hacen las cosas que todo el mundo hace: son proyectos muy desafiantes que están a la vanguardia en control industrial», apunta el empresario, que señala dos objetivos hacia los que se dirige esta nueva tecnología: incrementar la automatización en el proceso de fabricación de las cajas de cartón y mejorar la sostenibilidad de los procesos.

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Vino en busca de talento, pero por el camino BHS también ha encontrado un aliado: la Universidad de Málaga. Poco después de su aterrizaje, la compañía estableció contacto con la Escuela de Ingenierías Industriales y con la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática, con las que suscribió acuerdos para recibir alumnos en prácticas y desarrollar colaboraciones en I+D. Recientemente esta alianza ha ido un paso más allá con un acuerdo para poner en marcha un laboratorio en Industriales con lo que se conoce como Virtual Commissioning Center: un centro de puesta en marcha virtual, es decir, un espacio donde se simulan, prueban y validan sistemas industriales (como líneas de producción o maquinaria automatizada) antes de construirlos o instalarlos realmente. «Será un sitio donde podremos probar el futuro software igual que si estuviera 'vivo', funcionando en una máquina», explica el CEO de BHS, que avanza que el espacio que se destinará a este fin ya está elegido y a principios de 2026 se instalará el equipamiento necesario. La inversión que requerirá aún no está calculada exactamente pero puede «rondar el millón de dólares», según Engel.

En Informática, por otra parte, la compañía ha organizado hace un par de semanas un 'hackaton' en el que han participado 300 alumnos. Se trata de una relación estable que seguirá traduciéndose en nuevas iniciativas, según el empresario. «Estamos en muchos países y tengo que decir que estoy sorprendido de lo fácil, rápido y profesional que ha sido el trato con la UMA», afirma.

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A corto plazo, la compañía tiene para crecer en el edificio donde se ha instalado, pero no descarta tener que buscar otra localización más amplia, eso sí, sin abandonar el Centro Histórico. «No vamos a ir a otro lugar. A la gente le encanta, les resulta muy agradable trabajar aquí y estamos a tres minutos de la estación de tren, del metro... Así que esperamos encontrar, si es necesario, un lugar más grande sin salir del Centro de Málaga».

Paula Mateo: talento malagueño repatriado

La historia de Paula Mateo, la responsable de ingeniería del hub de innovación de BHS Corrugated, es parecida a la de miles de ingenieros españoles que, en medio de la Gran Crisis, salieron del país en busca de oportunidades laborales. Aunque en su caso, ella se fue a Alemania ya cuando estaba estudiando, concretamente a la Universidad Técnica de Aquisgrán, muy prestigiosa en el campo de la ingeniería industrial. «Cuando terminé mi master me ofrecieron trabjo y pensé: 'Bueno, me quedaré un par de años'». Al final se quedó once. «fue muy bueno para mí porque pude aprender mucho, trabajar en muy buenas compañías y aprender el idioma», explica.

Hace dos años, Paula decidió volver. «Veía que Málaga estaba mucho mejor y decidí que era el momento. Empecé con un trabajo en remoto, pero después encontré esta oportunidad con BHS, que es la combinación perfecta mezcla de todas las experiencias y estudios que tengo porque yo he estudiado ingeniería industrial con electrónica, robótica y automatización, y además he trabajado en Alemania; de hecho me gusta mucho la cultura alemana. Además, es un proyecto desafiante y una tecnología muy interesante: por eso estoy aquí», resume la responsable del 'hub' tecnológico de BHS.

A su vuelta, esta ingeniera repatriada se ha encontrado una Málaga diferente a la que dejó: «Es estupendo ver que ahora no es solo un lugar turístico, sino también un lugar donde se hace tecnología, y donde hay buenas oportunidades para la gente. La ciudad es mucho más grande ahora en todos los sentidos», afirma

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