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Chris Dancy, un estadounidense que se hace llamar el hombre más conectado del mundo
Internet no cubre todo el cuerpo

Internet no cubre todo el cuerpo

La revolución de los 'wearables' no ha dado aún con la tecla para convertirse en una moda de masas

Michael McLoughlin

Lunes, 4 de agosto 2014, 00:16

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En el mundial de constructores móviles hay una expectación innegable por que Apple, uno de los líderes indiscutibles de gremio, concrete el lanzamiento de su reloj inteligente. Algo que finalmente parece que ocurrirá, si no hay contratiempos en su producción, a finales de este mismo curso. Muchos auguran que el 'gadget' de la factoría Cupertino, del que se lleva hablando dos largos años, ayudará a sentar las bases para que la tecnología 'vestible' inicie decididamente el camino para convertirse en una moda de masas, tras la entrada de Android Wear, una versión para este tipo de dispositivos del sistema operativo móvil más utilizado del mundo.

¿El hombre más conectado del mundo?

  • Chris Dancy comenzó hace cinco años a tratar de monitorizar todo lo que tenía que ver con su salud física. «Lo hice porque me di cuenta de que a mi doctor le costaba mucho mantenerse al día con mis registros médicos», cuenta este estadounidense. A día de hoy, ha llegado a tener millones de datos recogidos durante las 24 horas del día y procesados gracias a un programa que él mismo ha diseñado. Entre otras cosas, cuenta con una sábana llena de sensores y también un sistema para monitorizar a su perro. Dancy, que este año participará en varias conferencias en España, cree que los 'wearables' servirán «para inaugurar la época del 'little data'». «Toda esta información sobre tu salud y tu actividad física te permitirá conocerte mucho mejor», explica.

«No parece que aún se haya dado con la tecla para convertirse en algo masivo», opina Jorge Lang, director de innovación de Intel para Europa del Sur. «Ahora mismo no hay aún casi ningún producto que sirva, por así decirlo, para todo y la mayoría se reparte en mercados verticales, como el deporte o la salud personal», añade. Para subirse a este tren, el fabricante de chips pondrá en juego 'Edison', un PC del tamaño de una tarjeta microSD. «Los 'wearables' serán una gran puerta de entrada para el Internet de las Cosas. Serán la llave para que los usuarios puedan interactuar, por ejemplo, con un edificio conectado en lugar de ver simples muros», augura Lang.

Lo cierto es que muchos confían que estos productos den forma a la próxima gran revolución tras el 'tsunami' de los 'smartphones'. Solo falta echar un vistazo a previsiones como las de Juniper Research, que calcula en 2018 se colocarán 130 millones de estos accesorios. Sin embargo, el presente parece plantear algunas dudas para el sector. No en vano, la firma Forrester predice que al menos ocho de cada diez de productos de esta primera generación de 'vestibles' fracasarán.

Según otro estudio, llevado a cabo por Endeavour Partners, uno de cada tres consumidores de EE UU se ha olvidado de estos complementos tecnológicos medio año después de la compra. Uno de los motivos que señala la encuesta es que no se termina de asociarlo a una utilidad concreta y por ello no responden a las expectativas cuando lo adquieron. En el caso del análisis de CCS Insight, la cifra de personas que guardan estos aparatos en el cajón al poco de adquirirlos se eleva hasta al 40%. «Todos hemos debatido mucho sobre esos informes», cuenta Sridhar Iyengar, cofundador de la firma californiana Misfit Wearables. «Creo que trabajar el diseño y los materiales es fundamental a la hora de mejorar estos registros. Hay que crear realmente algo que encaje en el día a día de las personas», remacha, augurando que la entrada de Apple y Android en esta refriega «será como la marea que permite al barco dejar de estar encallado en la orilla».

Bienestar personal

«Además de que el público objetivo es aún reducido, tanto a un eventual iWatch como a otros le faltan varias generaciones para saber si se convertirán en dispositivos de uso masivo», augura Jesús Gorriti, director del estudio Fjord en Madrid. «El dispositivo por sí mismo no tiene la capacidad de cambiar comportamientos. Si llevabas un vida saludable, es una forma de validar y visualizar esta 'inversión' que haces en el cuidado de tu cuerpo. Si no la llevas, es como apuntarte al gimnasio y no ir», agrega. Este experto asegura que «el gran salto» se producirá cuando todos estos sensores tengan la capacidad «para cargar su batería con el propio movimiento corporal».

«Yo no diría solo deporte, pero una combinación de fitness, bienestar y salud», comenta Johannes Knoll, responsable internacional de márketing de Runtastic, la popular aplicación para 'runners' que ahora toma cuerpo con un dispositivo, 'Orbit'. «Todo es cuestión de motivación, el reto es mantener a los usuarios motivados, y no hay mejor motivación que verse a si mismos mejorar día a día, alcanzar objetivos y ponerse objetivos cada vez más altos», comenta el directivo sobre los argumentos que han hecho del deporte y el bienestar personal un sector tan apetitoso para los fabricates.

En el horizonte, la salud se dibuja como 'El Dorado' para la tecnología vestible. Y ello plantea el reto de que las mediciones de los distintos aparatos se maride con el más escrupuloso de los criterios médicos para dotarles de fiabilidad. «El campo de la salud es bastante complejo y en cuanto comenzamos a hablar de sanidad, es importante que los valores que se generan y que se registran sean correctos», explica Knoll, quien opina que los 'wearables' «aún no están completamente listos» para brindar ese tipo de información.

Google Glass

Las gafas de realidad aumentada de Google han sido las grandes protagonistas de esta nueva familia de máquinas, a pesar de que en la última conferencia I/O organizada por el buscador no aparecieron en ninguno de los principales actos. «Yo creo que el día de mañana revolucionarán la manera de interactuar con nuestro entorno», responde contundentemente al ser preguntado por el asunto Chris Dancy, un estadounidense que se ha ganado el apodo de 'El hombre más conectado del mundo' tras llegar a utilizar 700 herramientas distintas para monitorizar sus constantes vitales y todo lo que rodea a su día a día.

Dancy, que participará en varias conferencias en España este mismo año, explica que el móvil «es el 'wearable' más efectivo» gracias a chips para la captura del movimiento, como el m7 que Apple incorporó al iPhone en 2013. «El problema es que muchas personas no tienen acceso a lo que su teléfono mide sobre ellos», agrega. «Creo que día de hoy, lo más fácil de usar son las bandas y los medidores de actividad si sabes ponerte un objetivo».

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