Las Pedrizas o el final de la incomunicación de Málaga
A la sombra de la historia ·
Un mes de julio de hace 45 años se inauguró la carretera de las Pedrizas, con la que se quiso acabar con el aislamiento geográfico de MálagaLa vía de entrada tradicional a Málaga era la famosa carretera de los Montes o de Fuente de la Reina. En el siglo XV ... se hablaba ya del «camino que va de la Victoria a la sierra». En 1849 Pascual Madoz afirmaba que este camino era muy peligroso y que «necesita muchos reparos, exigiendo una esmerada vigilancia de los conductores de carruajes por sus frecuentes precipicios». Además, este itinerario era concurrido por los temidos bandoleros, que merodeaban por sus cercanías a la busca de presas fáciles.
La antigua carretera de los Montes, que muchos de los lectores han conocido, era una carretera de curvas y vómitos, que unía Málaga con Granada en unas tres horas. Eran famosos sus caracolillos o tirabuzones, curvas de 360 grados a distinto nivel. Esto hacía que muchos visitantes, cuando llegaban a Málaga desde Madrid o desde más lejos, cansados de un largo viaje, en esos vehículos antiguos con pocas comodidades y sin aire acondicionado, se encontraran con un difícil trazado, lleno de curvas cerradas, que retardaba su ansiada llegada a la capital de la Costa del Sol y que provocaba múltiples accidentes. Era usual ver coches despeñados en profundos barrancos, que a veces tardaban años en ser retirados, quizá como escarmiento o aviso para venideros conductores.
Con la inauguración de la carretera de las Pedrizas en 1973, la antigua carretera de los Montes fue rebajada de categoría y pasó de carretera nacional a comarcal. Desapareció de golpe y plumazo el tráfico y cerraron todas sus gasolineras. Si antes era difícil para los vecinos cruzarla, ahora hay que esperar a que pase un coche. Un joven periodista Pedro Luis Gómez hablaba en 1984 de «la vieja, popular, temida, nostálgica y romántica carretera de los Montes, que hoy se ha convertido en una pieza de museo». En la actualidad apenas utilizan esta carretera los malagueños que visitan sus ventas los domingos de invierno y algunos ciclistas para hacer deporte.
El 13 de julio de 1973 fue inaugurado el Nuevo Acceso a Málaga, como fue conocido durante algún tiempo la carretera de las Pedrizas, por Gonzalo Fernández de la Mora, ministro de Obras Públicas. La ceremonia comenzó a las 13:30 horas a la salida de Málaga, junto al pantano del Agujero. El mandatario cortó la cinta con los colores nacionales acompañado por las autoridades locales, entre las que destacamos al alcalde de Málaga, Cayetano Utrera Ravassa y al presidente de la Diputación, un tal Francisco de la Torre. También se descubrió una placa de bronce sobre un monolito de ocho metros de altura, que aún se conserva.
A continuación, el ministro y las autoridades que le acompañaban se subieron en varios vehículos para recorrer la flamante carretera. La primera parada fue Casabermeja, donde Gonzalo Fernández de la Mora «se bajó del coche y recibió el homenaje de gratitud de todo el vecindario allí congregado». Luego la comitiva siguió hasta el puerto de las Pedrizas y allí fueron recibidos, a pesar de la hora y de los rigores de la canícula, por las autoridades de Antequera, agradecidas porque el trayecto con Málaga se había reducido en casi una hora. Finalmente, visitaron el tramo en construcción hasta Salinas, que se pensaba inaugurar dentro de año y medio. Por la tarde, el ministro Fernández de la Mora recibió la medalla de oro de la provincia de manos del presidente de la Diputación, Francisco de la Torre Prados. Recordemos, una vez más, que estamos en 1973.
El coste de faraónica obra (para aquella época), ascendió a 1.400 millones de pesetas. Teniendo en cuenta que la carretera tenía 31 kilómetros, suponía una cuantía de 40 millones por kilómetro. La nueva vía tenía tres túneles, entonces de doble sentido, y 25 viaductos que salvaban el cauce del Guadalmedina. Fue una obra muy compleja por la difícil orografía del terreno, ya que hubo que remover 550.000 metros cúbicos de tierra. Gracias a esta carretera se conectó Málaga con el resto de España, contribuyendo al desarrollo de la Costa del Sol y de la comarca de Antequera. Málaga salía así de su secular aislamiento geográfico.
En 1992 la antigua carretera se reconvirtió en autovía y pasó a denominarse A-45. Finalmente, en octubre de 2008 entró en funcionamiento la autopista de la Pedrizas (AP-46), con un coste de 405 millones de euros.
Aún son testigos mudos algunas máquinas que construyeron la primera carretera de las Pedrizas, y que contemplan desde el margen de la moderna autovía los 50.000 vehículos al día que hoy la recorren.
La antigua carretera a Casabermeja
Esta carretera era otra de las antiguas vías que comunicaban Málaga con el interior. En Arroyo Coche se unía con otro camino que iba a Antequera desde el Puerto de la Torre, pasando por Almogía: el famoso Camino de Antequera.
La carretera a Casabermeja era conocida como la de las 365 curvas por su sinuoso trazado. Muchos la hemos recorrido porque es la que pasa por la puerta de la venta del Túnel y por la venta de Patas Cortas, ya en Casabermeja, la más antigua de Málaga, al pie de la Torre Zambra, esta última de origen y nombre musulmán. Por este camino tuvo que pasar Cervantes para viajar a Antequera. En efecto, en su novela ejemplar El Licenciado Vidriera, Cervantes nos cuenta cómo su protagonista, Tomás Rodaja, «salió de Málaga y al bajar de la cuesta de la Zambra, camino de Antequera, se topó con un gentilhombre a caballo».
Conocido como camino real, era el más frecuentado por ser el más corto, aunque atravesase el difícil paso de las Escaleruelas. Era también camino de herradura y de postas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión