La violación que evitó un conductor de VTC en Málaga: dos años de cárcel, pero quedan libres

La sentencia, dictada por el Juzgado de lo Penal número 2 de Málaga, y a la que ha tenido acceso SUR, considera probado que los acusados, ambos de origen marroquí, de 21 y 24 años, agredieron sexualmente a una chica en la calle Cuarteles la madrugada del 28 de enero.

Esa noche, la víctima, de 28 años, había tenido una reunión de trabajo que acabó muy tarde -eran las cinco de la madrugada-, aunque ella asegura que no probó ni una gota de alcohol. «Estaba consciente y fuerte. Eso me ayudó a hacerles frente y forcejear», declaró entonces.

La joven se había separado minutos antes de una amiga y volvía sola a su domicilio cuando fue abordada por los dos jóvenes, que utilizaban pasamontañas y gorras para ocultar sus rostros e impedir que los identificaran, como refleja la propia sentencia.

Los acusados actuaron «de manera sorpresiva y con propósito libidinoso», indica la resolución judicial, que describe el rol de cada uno de ellos. El primero la agarró «fuertemente» por el brazo y tiró de ella hacia una zona más apartada «para no ser vistos y continuar su acción».

Al principio, ella pensó que se trataba de un robo. «Le dije: 'Toma el bolso y vete'. Pero me asusté mucho cuando el otro comenzó a quitarse el cinturón. Ahí forcejeé más e intenté irme hacia la calzada. Me daba igual tirarme a la carretera, necesitaba que alguien me ayudara. Y prefería que me atropellaran a que me violasen«, relató la víctima a este diario.

Entonces, el individuo que la sujetaba por el brazo comenzó a «tocarle los pechos y otras partes del cuerpo», indica la sentencia. Mientras eso sucedía, el segundo implicado empezó a desabrocharse el cinturón para continuar con la agresión sexual que habían iniciado.

Esa fue la escena que contempló Adrián Maldonado, un conductor de VTC de 26 años que por casualidad pasó por allí y que detuvo inmediatamente su coche para ayudar a la joven. Ella aprovechó ese instante de confusión para zafarse de sus agresores y subir al vehículo.

Adrián cerró los seguros de la furgoneta y comenzó a buscarlos, ya que los perdió de vista en un primer momento. Poco después los localizaron y fueron dando su posición a la sala del 092 de la Policía Local, que acudió rápidamente y los detuvo en la boca del Cercanías junto a la calle Alemania, como adelantó entonces este diario.

El propio Adrián acompañó la víctima a un centro hospitalario, donde se activó el protocolo de agresión sexual. La joven sufrió un hematoma en el brazo derecho, que le quedó dolorido tras el asalto, y una contractura muscular en la espalda de la que tardó cinco días en curarse.

Los dos detenidos ingresaron en prisión, donde han permanecido desde entonces a la espera de juicio. La vista se ha celebrado este mes y la Fiscalía rebajó su calificación inicial, así como la pena solicitada, tras alcanzar un acuerdo con las defensas de los acusados.

Finalmente, ambos fueron condenados, tras reconocer los hechos y llegar a una sentencia de conformidad, a la pena de dos años de cárcel -de los tres y medio que pedía inicialmente la fiscal- por el delito de agresión sexual. Se les ha aplicado la agravante de disfraz -por el pasamontañas- y la atenuante de estar bajo los efectos del alcohol, aunque no consta analítica alguna que lo acredite.

Además, se les ha condenado a una multa de 1.080 euros por un delito leve de lesiones y se les ha impuesto el pago de una indemnización a la víctima, en concepto de responsabilidad civil derivada de ambos delitos, que asciende a la suma de 239,69 euros.

Al estar las penas en el límite máximo para la remisión condicional, las defensas de ambos jóvenes solicitaron la suspensión de la condena, a lo que no se opuso la Fiscalía de Málaga como acusación pública, labor que ejercía en solitario. Los procesados no tienen antecedentes penales, pero sí policiales, y se encontraban en situación irregular en España.

El Juzgado de lo Penal número 2 de Málaga accedió a la suspensión de la pena durante un periodo de cinco años, aunque con la condición de que no vuelvan a delinquir en ese periodo y que paguen la responsabilidad civil a la víctima, indemnización que, además, se les ha fraccionado en 18 cuotas de 73,71 euros (cantidad que incluye la multa y los intereses).

También se les impone como requisitos para no ingresar en prisión que se hallen en todo momento a disposición del juzgado, notificando cualquier cambio de domicilio, y que cumplan la orden de alejamiento de 500 metros respecto a la víctima y al lugar donde ocurrieron los hechos.

La postura de la Fiscalía y la decisión del juzgado, que acordó la suspensión, ha supuesto, de facto, la inmediata puesta en libertad de ambos procesados.