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Pescaban de día, pero sacaban las capturas del barco por la noche para evitar miradas indiscretas. De ahí pasaban presuntamente por las manos de un mayorista y acababan siendo degustados en los platos de restaurantes y chiringuitos de Marbella. Así operaba una trama dedicada a la pesca furtiva -y su posterior comercialización- de atún rojo.
Tras meses de seguimientos, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha desmantelado este grupo. Hay ocho personas investigadas, entre las que se encuentran tres policías nacionales destinados en la comisaría de Marbella, que eran los que supuestamente pescaban los atunes, pese a estar en periodo de veda.
Las pesquisas del Seprona sitúan a estos funcionarios en la cúspide de la pirámide del grupo y coloca justo debajo al hermano de uno de ellos y a un agente en práctica del mismo Cuerpo. Al parecer, llevarían actuando al menos tres años, por lo que es difícil calcular el número de ejemplares que habrían capturado en ese tiempo.
No obstante, durante el periodo concreto de la investigación, bautizada con el nombre de 'Galete', se ha detectado la pesca furtiva de 16 ejemplares de atunes rojos, cuyos pesos aproximados oscilaban desde los 70 kilos hasta más de los 200 kilos por ejemplar.
Los implicados individuos operaban en las aguas de Málaga capital, introduciendo posteriormente las capturas de atunes en el mercado con documentación fraudulenta a través de una empresa mayorista de pescados y congelados de Málaga y también de varios restaurantes ubicados en el término municipal de Marbella, según el Seprona.
Pescadores y profesionales del sector de la pesca pusieron en conocimiento de la Guardia Civil que varios individuos perfectamente organizados estaban ejerciendo la pesca furtiva de manera continuada, estando expresamente prohibida por encontrarse en época de veda.
La Guardia Civil advierte de que este tipo de prácticas ponen en riesgo la salud de los consumidores de estos pescados ya que «carecían de todo tipo de control sanitario».
La investigación también ha revelado las pésimas condiciones de salubridad de los vehículos utilizados para su transporte y las «malas condiciones higiénico-sanitarias» de algunos de los atunes. De hecho, las autoridades sanitarias certificaron el «riesgo grave e inminente para la salud pública», ya que podían causar intoxicaciones alimentarias graves.
Los restaurantes y chiringuitos que los adquirían supuestamente eran conocedores de la procedencia ilegal de los atunes, pero aprovechaban su actividad empresarial y comercial para blanquear estos ejemplares falseando la información de su procedencia, lo que les aportaba grandes beneficios económicos, siempre según la investigación policial.
En la 'operación Galete' han sido intervenidas dos embarcaciones de recreo utilizadas presuntamente por el grupo de agentes para pescar. Según informa ABC, al ser identificados por el Seprona, dos de ellos manifestaron: «Somos policías nacionales, vaya lío en el que nos vais a meter».
También se han intervenido dos vehículos, cinco cañas profesionales con sus respectivos carretes específicos para este tipo de capturas, dos sondas, dos bicheros, cebos, anzuelos e hilos de pesca, entre otros útiles que han quedado a disposición judicial.
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