Uno de los tres absueltos tras pasar 17 meses en prisión por un alijo de cocaína: «Me han destrozado la vida»
El expolicía nacional Francisco Mena, de 66 años, demandará al Estado tras ser declarado inocente en sentencia firme por la Audiencia Nacional
Francisco Mena nació en Teba hace 66 años. Durante 22 fue Policía Nacional. Su último destino estuvo en la comisaría de Vélez-Málaga, hasta 2006. ... Ese año se cogió una excedencia y, desde entonces, no se volvió a vestir de uniforme. Montó una empresa de importación de frutas tropicales en la capital de la Axarquía. «Nunca» olvidará la mañana del 22 de noviembre de 2018. Justo cuando salía de su domicilio, fue abordado por decenas de agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO), que lo detuvieron, acusado de un presunto delito de tráfico de drogas a escala internacional.
Su teléfono móvil llevaba pinchado más de un año. El nombre de su empresa lo había dado un agente infiltrado. Al parecer, Mena había mantenido conversaciones y negocios con otro veleño, también importador de frutas tropicales. Los dos y otro marroquí, que fue socio capitalista de ambos y afincado en Marbella, fueron arrestados. Pasaron 17 meses en la cárcel, acusados de ser los supuestos responsables de la entrada en España de un contenedor de aguacates que portaba 899 kilos de cocaína, escondida en bolsas, procedentes de Colombia, y cuyo destino era una empresa de subtropicales de la capital de la Axarquía.
La droga fue interceptada por la Guardia Civil en el puerto de Algeciras el 18 de noviembre, en un control aleatorio, sin vínculos con la investigación de la UDYCO. Aún así, la Policía Nacional, que habían sido informada por Aduanas y el Instituto Armado, balizó el camión, ya sin la droga, y lo siguió hasta la nave. Allí detuvo a uno de ellos. Al otro en su domicilio de Fuengirola y a Mena, en su coche, a las puertas de su casa en Vélez-Málaga. Ahora, más de cinco años después, los tres y una cuarta persona, de origen rumano, cuñado y empleado de Mena, que fue detenido pero no encarcelado, han sido absueltos, declarados inocentes, con una sentencia firme de la Audiencia Nacional.
«Me detuvieron, sin saber de qué iba la cosa, me quedé el shock, estuve un mes en Alhaurín de la Torre, luego estuve en la prisión de Estremera, en Madrid, que es especial para funcionarios, allí coincidí con el excomisario Villarejo», cuenta Mena, acompañado de los abogados veleños Patricia y Miguel Ángel Cid, que han llevado el caso. «Aquello era una cárcel dentro de una cárcel, habría unos 60 funcionarios, guardia civiles, policías nacionales... apenas salía de la celda», recuerda.
«La vida en la cárcel es dura, lo pasé fatal»
Pasó 519 entre rejas para acabar siendo declarado inocente en una sentencia firme. «Me han destrozado la vida, es impagable lo que he sufrido y el daño ocasionado», dice Mena, que salió de prisión en abril de 2020, justamente en pleno confinamiento. «La vida en la cárcel es muy dura, lo pasé fatal. He estado cinco años esperando, con la espada de Damocles, pensando qué es lo que me va a pasar, cuando no he hecho nunca nada, como se ha visto en el juicio, que he salido absuelto», asegura. «Fui policía nacional, en el área de judicial, la de veces que he actuado en temas de drogas y nunca he tenido nada, ni la tentación», dice.
A pesar de estar «destrozado psicológicamente», el expolicía no siente rencor hacia sus excompañeros. De hecho, entre los que lo detuvieron había algunos que habían sido sus compañeros hasta 2006. «¿Qué por qué me implicaron? Los que me han implicado, cuando nunca traje nada de droga, quizá sea por el hecho de haber sido Policía Nacional, que con eso pensarían que cogían más puntos para ganar medallas, no tiene otra explicación», apostilla.
Tras salir de la cárcel, Mena se encontró, en plena pandemia, «sin nada». Sus cuentas estaban bloqueadas y le habían incautado su coche. «Lo pasé muy mal», dice. Su pareja abrió un negocio de jardinería en Torrox, en el que él sigue trabajando. «No es solo el daño moral y psicológico, es la reputación, el lucro cesante de mi empresa de importación de fruta», advierte el expolicía, que sí ha podido empezar ya a cobrar la pensión de jubilación.
Los hermanos Cid no se atreven a dar una cantidad por la responsabilidad patrimonial que van a reclamar al Estado por estas encarcelaciones de hasta 17 meses, para acabar siendo declarados inocentes en los tres casos. «Estamos con auditores y peritos, es un proceso largo, primero se presenta la reclamación en la vía administrativa y, si no hay acuerdo, se acude a la judicial», dice Miguel Ángel Cid. No hay tablas ni baremos, como ocurre, por ejemplo, con los herederos de las víctimas de los accidentes de tráfico. Pero el letrado sí aporta un dato, de entrada, son, como poco, hasta 140 euros por día de estancia en prisión.
Indemnización
«Una causa bien defendida es una causa justa» es la frase de George Calinescu que preside el despacho de los hermanos Cid. Los letrados posan delante de ella, orgullosos, junto al expolicía, para SUR. «Desde el inicio de la investigación se han vulnerado derechos fundamentales, la presunción de inocencia, la inviolabilidad de las comunicaciones, del domicilio, la intervención mínima del derecho penal», sostiene Miguel Ángel Cid, quien asegura que se decretó la detención de los tres implicados, la prórroga de la prisión preventiva y la instrucción «sin motivación alguna, sine die». «Esto ahora el sistema tiene que resarcirlo», apostilla.
El abogado alude a la llamada 'fórmula de Blackstone', también conocida como 'ratio de Blackstone', un principio que establece que «es mejor que diez personas culpables escapen a que un inocente sufra». «No solo en las resoluciones, que es como ha quedado demostrado, sino en todo el procedimiento, han sido algo más de cinco años y 519 días de prisión», apunta. A juicio de su hermana, Patricia Cid, «como se demuestra, el sistema tiene errores humanos, pero ahora hay que resarcirlos».
Cid destaca que la absolución de los tres malagueños no se ha producido «por alguna nulidad, que son clarísimas, tal y como aparecen en la sentencia, sino que no hay ni un solo hecho que los implique en los delitos por los que han perdido la libertad durante 519 días, además de su vida profesional y personal para siempre», argumenta. «Siempre queda la sombra de la sospecha en la sociedad y en el sector de la importación de fruta desde Sudamérica. Esa pena no se paga por mucha reclamación patrimonial que se consiga», reflexiona.
Los 519 días en prisión de Mena y de los otros dos absueltos tienen una paradójica coincidencia: fueron los mismos que pasó Dolores Vázquez, condenada y luego absuelta del crimen de Rocío Wanninkhof en 1999, sin haber recibido una indemnización. «Esperamos y confiamos en que no nos pase como a ella», dicen los abogados. Patricia y Miguel Ángel Cid estaban «convencidos» de la inocencia de Mena y de los otros dos encarcelados «desde el principio». «No tenían nada contra ellos, solo unas llamadas de teléfono, de meses antes, en las que hablaban de aguacates, y una frase, 'como si me traes piedras', la interpretaron como que se referían a la droga», recuerda el letrado.
«Hacía ya meses que no trabajábamos juntos. No tenía nada que ver con ese contenedor donde encontraron la droga», apunta Mena. «Si es que hasta me debía dinero de otros envíos anteriores», añade. El exagente policial cree que cuando la Policía Nacional supo que la Guardia Civil había interceptado el contenedor, «pensaron que no podían seguir con las intervenciones telefónicas y por eso decidieron actuar». «Querían ganar una medalla, no tiene otra explicación», insiste.
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