Ya hay sentencia en el crimen del WhatsApp: 19 años por matar a un joven a puñaladas y tirar el cadáver al paseo marítimo de Málaga
Los dos procesados en este caso, El Tranqui y su novia, han sido declarados responsables de un delito de asesinato
Encontraron su cuerpo tirado en el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso. Un coche lo atropelló, pero la inspección ocular realizada reveló desde el principio ... que se trataba de otra cosa: el cadáver presentaba 18 puñaladas, la mayoría en la espalda. El fallecido fue identificado poco después. Era el joven malagueño Joshua Batún. Su caso se conoció como el 'crimen de WhatsApp' porque fue en esta aplicación donde la Policía Nacional encontró una de las principales pistas para esclarecer un caso del que se acaba de conocer la pena impuesta a sus autores.
A su verdugo, un malagueño violento con una treintena de antecedentes apodado El Tranqui, se le han impuesto 19 años de cárcel por un delito de asesinato. Para la otra procesada en esta causa, que era la novia del autor del crimen, la pena es de tres años y nueve meses de prisión, tras ser declarada cómplice, aunque se aplica la atenuante muy cualificada de miedo insuperable. Además, deberán indemnizar a los familiares del fallecido con 200.000 euros.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del 29 al 30 de diciembre de 2018, cuando la víctima tenía 32 años. El Tranqui y su novia habían salido a cenar y a tomar algo con unos amigos por la zona de Huelin. Acabaron en en un bar del barrio, dónde Joshua se encontró con su verdugo. Fue en la puerta del local y, tras saludarse efusivamente, se incorporó al resto del grupo, con los que pasó la noche.
Sobre las 04.20 horas el grupo se marchó del bar. Todo estaba cerrado, así que unos se marcharon a casa, mientras que el fallecido fue con su asesino y la novia de éste a comprar algo de beber y comer a una tienda que abría en horario nocturno. Finalmente, los tres, acabaron en el coche de la mujer en la playa de Sacaba.
Sobre las 05.40 horas, El Tranqui cogió un cuchillo de 20 centímetros de hoja que llevaba en el coche y se bajó del vehículo. Se dirigió hacia Joshua, que estaba en la playa, y la emprendió a puñaladas con él. En la sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico, se precisa que lo atacó con el objetivo de acabar con su vida, por sorpresa y por la espalda.
Después le pidió ayuda a su novia, que lo había visto todo desde el interior del coche, para meter el cuerpo de Joshua, que aún estaba con vida, en el maletero. Allí lo encerraron, impidiendo cualquier posibilidad de que siguiera con vida, de manera que el joven acabó falleciendo desangrado a lo largo de los minutos siguientes.
La mujer se situó al volante y condujo hacia la zona Este de la capital, mientras que el asesino iba en el asiento trasero. Mientras circulaban, El Tranqui envió varios mensajes de Whatsapp sobre las 05.59 horas a uno de los amigos con los que habían pasado la noche. Con el objetivo de simular que no estaba con la víctima escribió: «Pipa soy Ismael mi mue ma dejao solo stoy solo y aburrio», «este se fue pa la plaza la paz lo he dejao ayi» y «ase un rato».
Sobre las 06.10 horas se abrió el maletero del coche, que pudo haber sido mal cerrado, cuando circulaban por el paseo marítimo, a la altura del Gran Hotel Miramar, en sentido Almería. Entonces cayó al suelo el cuerpo de Joshua y fue atropellado por otro coche. El Tranqui y su novia detuvieron la marcha y se bajaron, pero al observar la escena y que había otro vehículo parado, salieron huyendo, esta vez, con él a los mandos del volante.
Fueron a la casa de ella, donde se lavaron para eliminar el rastro de sangre y se cambiaron de ropa, deshaciéndose de la que llevaban en el momento del crimen. El coche, que también estaba manchado de sangre, lo dejaron estacionado en avenida de Europa. Después, fueron a la casa que okupaba El Tranqui, donde quemaron pertenencias de Joshua y el cuchillo del asesinato.
Pasaron semanas ocultos, cambiando de ubicación constantemente para no ser descubiertos, hasta que la mujer salió del escondite y se presentó el 24 de enero de 2019 en una comisaría, quedando detenida. Por su parte, el asesino se trasladó hasta Sevilla y fue arrestado el 21 de marzo de ese mismo año refugiado en una vivienda de la barriada de las Tres Mil Viviendas.
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