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El mataleón consiste en sorprender a la víctima por la espalda y rodearle el cuello con un brazo y aplicar presión hasta dejarla inconsciente o vencer su resistencia. Es una técnica extremadamente peligrosa porque puede ocasionar graves daños cerebrales o, incluso, la muerte.
En los últimos años, los robos mediante este procedimiento han aumentado considerablemente en España. Suele cometerlos chavales jóvenes que actúan en parejas: mientras uno sujeta al objetivo, el otro lo registra rápidamente para arrebatarle sus pertenencias; por lo general, el móvil y la cartera.
Málaga no ha sido ajena a esta tendencia. La Policía Nacional investiga dos asaltos mediante este método cometidos en el Centro de Málaga en apenas 48 horas. Ambos fueron cometidos por dos jóvenes, aunque se desconoce si son los mismos autores o dos parejas distintas.
El primero de estos casos ocurrió el 10 de enero en la calle Echegaray. Los ladrones abordaron a la víctima -un hombre- durante la madrugada y, tras agarrarla por el cuello, le arrebataron todos sus efectos personales. Según fuentes policiales, el afectado no llegó a perder el conocimiento.
El segundo caso sucedió sólo dos días después, en concreto el día 12, en la calle Atarazanas. El modus operandi fue prácticamente un calco del anterior: dos individuos abordaron a un joven por sorpresa y, tras inmovilizarlo, le sustrajeron sus pertenencias. Como en el caso anterior, tampoco perdió el conocimiento.
A estos dos casos hay que sumar, al menos indiciariamente, el del turista estadounidense de 80 años hallado muerto el pasado martes 21 de enero. La policía maneja como principal hipótesis un robo mediante esta técnica, ya que en la autopsia realizada al cadáver se hallaron signos de asfixia.
Tal y como adelantó este diario, el hombre, natural del estado de Massachusetts, llegó a Málaga el mismo día que lo mataron, el lunes 20 de enero, y tenía intención de pasar una semana de vacaciones y recorrer la Costa del Sol. Para ello, reservó a través de una agencia el bajo de un bloque de tres apartamentos turísticos en la calle Viento, entre Carretería y La Goleta.
Todo apunta a que fue asaltado nada más llegar a la vivienda y que el autor o autores del robo lo agarraron por el cuello para inmovilizarlo y luego se apoderaron de las pertenencias de la víctima, que llevaba al menos una maleta y una mochila con sus efectos personales y su documentación.
La data de la muerte está pendiente del resultado de la autopsia, que aún no ha concluido, pero los testimonios recabados en el vecindario sugieren que podría estar en torno a las nueve de la noche. De hecho, una vecina escuchó a un hombre gritar «como si lo estuvieran matando».
La mujer declaró a este diario que estuvo oyendo los alaridos durante unos 10 minutos, por lo que se asomó a la ventana para averiguar de dónde procedían e incluso subió a preguntar a otra vecina si ella también los había escuchado. Como ésta le dijo que no, y dado que en esa calle se suele escuchar «jaleo» por las noches, optó por no avisar a la policía.
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