Un padre, condenado por violar a su hija y abusar de ella desde los ocho años en Málaga

La víctima apenas era una cría cuando empezó su calvario. Solo tenía ocho años cuando empezó a sufrir los tocamientos de su padre en Málaga, que se repetían de manera semanal. Y los abusos fueron empeorando con el paso de los años. Según se expone en la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), a la que SUR ha tenido acceso, la menor sufrió al menos una veintena de agresiones sexuales después de que su progenitor supiera que había empezado a salir con un chico.

Los hechos se remontan al 2016 y se prolongaron hasta el 2022, cuando la perjudicada, harta de la conducta y las amenazas del encausado, acudió a dependencias policiales para denunciarlo cuando tenía 14 años. De acuerdo con la resolución, hasta que tuvo 13 años sufrió tocamientos y besos de su padre de manera habitual, pese a que la cría le mostraba su desagrado e intentaba oponerse a los mismos.

Los abusos tenían lugar habitualmente en la vivienda, cuando el procesado aprovechaba que la niña dormía en el sofá de la casa o cuando estaba tumbada en su dormitorio. La pesadilla de la víctima fue a peor cuando el hombre se enteró de que ella había empezado a salir con un chico. A partir de ahí empezó a violarla con la justificación de que «ya lo había hecho» antes.

Para los jueces ha quedado acreditado que al menos agredió sexualmente a su hija hasta en una veintena de ocasiones, en las que recurrió a su fuerza y amenazó a la menor con hacer daño a su novio para que no se opusiera. Fue en marzo de 2022 cuando, tras el último episodio, la adolescente fue a denunciar a su padre en compañía de su tía. Entonces contaba con 14 años.

El hombre tendrá que cumplir 15 años de prisión como autor de un delito de agresión sexual continuado a menor de 16 años, agravado por acceso carnal y prevalimiento de parentesco, de acuerdo con la resolución. También se le ha privado de la patria potestad y se le ha impuesto la prohibición de comunicarse o acercarse a la víctima durante 20 años, así como diez años de libertad vigilada.

De igual manera, el acusado tendrá que indemnizar a la víctima en la cantidad de 50.000 euros por los daños morales y las secuelas psicológicas ocasionadas.