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Miércoles, 12 de enero 2022, 21:49
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Fue condenada en noviembre por intentar matar a su marido en Rincón de la Victoria. La sentencia dice que le cortó una arteria para que se desangrara, aunque ella mantiene que él trató de suicidarse. El tribunal no la creyó y le impuso una pena de 13 años y nueve meses de cárcel.
La reclusa, centroamericana, de mediana edad, lleva desde entonces proclamando entre rejas su inocencia y acaba de recurrir al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Sin embargo, no está pasando inadvertida mientras espera respuesta del alto tribunal: ha protagonizado dos agresiones en la cárcel en apenas una semana.
Por orden cronológico, la primera de ellas tuvo lugar el día 4 de enero, sobre las 8.30 horas. Cuando acudieron a su celda, los funcionarios encontraron a la mujer detrás de la puerta y a su compañera llorando en la ventana mientras repetía una y otra vez «no puedo más». Esta última estaba muy asustada y en un evidente estado de ansiedad.
Cuando preguntaron por lo ocurrido, la primera les dijo que se habían peleado por un problema de incompatibilidad horaria, ya que una se acuesta muy tarde y la otra se levanta demasiado temprano, según fuentes cercanas al caso.
Una de las mujeres -la condenada por intentar matar al marido- presentaba dos arañazos en la cara, mientras que la otra tenía una herida en la parte interior del labio y en una mano.
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Irene Quirante
Hasta ahí, un incidente entre rejas. Pero ayer, cuando un funcionario del centro penitenciario acudió a la celda para notificarles a ambas una sanción, la historia volvió a repetirse.
Según las fuentes consultadas, la condenada por el intento de asesinato reaccionó diciendo: «No he hecho nada, pero ahora sí lo voy a hacer». Al parecer, se giró y agredió en la cara a la otra reclusa, que en ningún momento respondió.
El funcionario, que fue testigo de los hechos, le pidió que se calmara, pero en lugar de eso la interna se habría ido exaltando cada vez más, por lo que el trabajador avisó a una compañera.
Las fuentes indicaron que la reclusa se puso «cada vez más violenta» y empezó a gritar a la funcionaria, a la que insultó y, supuestamente, agarró por el cuello mientras profería toda clase de amenazas, del tipo: «Te voy a arañar la cara, te voy a sacar los ojos, yo no tengo nada que perder, te voy a matar».
Los trabajadores del centro penitenciario avisaron inmediatamente al jefe de servicio, que acudió al módulo para resolver la situación. La funcionaria tuvo que ir a enfermería para ser asistida de las lesiones sufridas.
La asociación de trabajadores penitenciarios Tú Abandono Me Puede Matar ha denunciado esta nueva agresión, la cuarta en la cárcel malagueña en las últimas semanas. Los funcionarios, a través de asociaciones y sindicatos, llevan años reiterando la inseguridad que rodea su trabajo en las prisiones.
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