La Fiscalía investigará por qué tardaron años en descubrir que un menor vivía entre basuras en Estepona
El Ministerio Público pedirá explicaciones a las autoridades competentes para comprobar si se actuó correctamente
Los investigadores tratan de aproximarse lo máximo posible a la fecha exacta. El momento a partir del cual el padre, la abuela o ambos empezaron ... a traer a casa la basura que encontraban por la calle. Los agentes creen que pueden haber transcurrido al menos cinco años, aunque la data está aún en el terreno de la estimación y no de la certeza.
Porque la fecha no es baladí. La Fiscalía quiere saber cuánto tiempo ha estado un menor de 14 años malviviendo entre montañas de basura con su padre y su abuela en un piso de Estepona. A partir de ahí, y si se confirman las fechas que manejan los investigadores, el Ministerio Público investigará por qué se ha tardado tanto tiempo en actuar.
Las fuentes judiciales consultadas no quisieron hablar de una investigación penal, sino que más bien -matizaron- se trata de pedir explicaciones a las autoridades competentes sobre esa supuesta inacción frente a una situación extraordinariamente grave.
La voz de alarma, en este tipo de casos, suele proceder del ámbito educativo, del vecinal o del familiar, es decir, de las esferas donde se desenvuelven los menores, si bien la primera actuación corresponde a los servicios sociales comunitarios, que informa, si procede, a la Fiscalía, al Servicio de Protección de Menores o a la Policía Autonómica.
En el caso del menor rescatado en Estepona, todo apunta a que esos resortes tardaron en saltar, porque la intervención se activó recientemente. Las fuentes consultadas informaron de que los servicios sociales trataron de actuar con la familia, pero nunca les abrían la puerta. Incluso les dieron un ultimátum para normalizar la situación.
Al final, fue la denuncia de una vecina la que espoleó la investigación de la Fiscalía y de la Unidad de Policía Nacional adscrita a la Junta de Andalucía, que rescató al adolescente -está en un centro de protección- y acabó por detener al padre del adolescente, mientras que la abuela quedó encartada en las diligencias en calidad de investigada. Al parecer, la madre del menor no vivía con ellos. Ni siquiera reside en Estepona.
En la vivienda, además, había más de 20 perros, algunos de ellos con enfermedades y graves infecciones -de ahí que se les investigue también por maltrato animal-. Al parecer, no solían sacar los animales a la calle para hacer sus necesidades, por lo que la suciedad se acumulaba por todas partes. Los policías encontraron incluso telarañas de gran tamaño.
El inmueble, además, llevaba mucho tiempo sin suministro de agua ni de luz, según relataron las fuentes consultadas. El menor se las apañaba para alimentarse con un bocadillo o unos dulces. Los policías también detectaron que asistía mal aseado al instituto, lo que le había provocado cierto aislamiento de sus compañeros.
Tras la intervención policial, los servicios operativos procedieron a la limpieza de la vivienda, de la que se sacó una enorme cantidad de basura, y retiraron a los perros para que fuesen atendidos en el parque zoosanitario.
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