El detenido en Málaga por secuestrar a su expareja aprovechó que le dejó ver a sus hijos, de uno y tres años
24 horas de exhaustiva vigilancia en el entorno del puerto de la capital permitieron a los agentes de la UFAM central detener al sospechoso y liberar a las víctimas
Llevaban separados un año. Ella, de 22 años, lo había denunciado por malos tratos y sobre él, de 24, pesaba una orden de alejamiento. Pero, ... el pasado 3 de octubre, en un acto de bondad, la mujer le dejó que viera a sus hijos, de uno y tres años, sin imaginar que sería el inicio de un viaje forzoso e infernal de 2.000 kilómetros desde Francia hasta Málaga -aunque el criminal pretendía llegar a Argelia para eludir a las autoridades europeas-, donde sería amenazada a punta de cuchillo, golpeada y violada delante de los menores.
Nada más secuestrarla, el presunto agresor le arrebató su móvil y se lo rompió para que no pudiera contactar con sus allegados. Si bien, se quedó con la tarjeta SIM de la mujer y la introdujo en su móvil. Sin escapatoria, la mujer aprovechó unos instantes en los que su expareja se bajó del coche en busca de comida para pedir auxilio: «Me quiere matar, avisa a la policía que son los únicos que me pueden salvar, y borra todo para que él no lo vea», fue el mensaje que envió a un amigo suyo desde el teléfono del delincuente, han informado a SUR fuentes cercanas al caso.
Las autoridades francesas -país de origen de la mujer-, nada más tener conocimiento de que una madre y su hijo habían sido secuestrados y podrían encontrarse en España, alertaron a las Fuerzas de Seguridad españolas. Era 13 de octubre, las víctimas llevaban ya diez días retenidos en contra de su voluntad, camino a África y los agentes de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer Central de la Policía Nacional iniciaron una carrera contrarreloj para rescatarlos que los llevó hasta Málaga.
Tras 24 horas de vigilancia exhaustiva en el entorno del puerto de la capital, los agentes especializados en la lucha contra la violencia de género lograron dar con el vehículo en el que viajaba la madre con sus pequeños. Solo habían transcurrido tres días desde que habían tenido conocimiento de los hechos, pero cada hora hacía mella en las víctimas: desnutridos, deshidratados, con hematomas, mordiscos y picaduras de insectos, así se encontraban.
Atún, galletas y pan
Encerrados en el coche, el sospechoso tan solo les brindaba latas de atún, galletas y pan que iba comprando en estaciones de servicio. Aquel jueves 16 también bajó unos minutos para hacer algunas compras. Pero, ya no volvió a subir más. Varios agentes lo sorprendieron por la espalda, lo redujeron y se lo llevaron detenido por su presunta comisión en los delitos de homicidio en grado de tentativa, agresión sexual agravada y continuada, detención ilegal, reclamación judicial internacional, malos tratos en el ámbito de género y doméstico y otro contra la intimidad y daños. La autoridad judicial decretó de inmediato su ingreso en prisión.
Habían viajado «con lo puesto» durante 13 días y vivido en unas condiciones de insalubridad «extremas». Por ello, los agentes de la UFAM, que encontraron el cuchillo con el que amenazaba a su expareja para que condujese, acompañaron a la mujer y a sus pequeños a un hospital, donde fueron asistidos. Además, gestionaron una casa de acogida mientras el padre de la víctima viajaba a Málaga para recogerlos y que regresaran a Francia. Según las fuentes, se mostró en todo momento colaboradora y agradecida. Su deseo, regresar a la capital malagueña para tomar el sol.
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