Alijo en dos fases y a plena luz del día en playas de Málaga llenas de bañistas

La primera parte sucede el jueves por la tarde en la playa de La Araña, en el acantilado que está delante de la fábrica de cemento, justo enfrente de un chiringuito que estaba abierto al público. Una pequeña embarcación, tipo chalana, se aproxima a la escollera. Los bañistas no son ajenos a la escena, sobre todo al ver la hilera de personas que se mueven entre las rocas, de forma ordenada, y que lanzan objetos a la barca. La celeridad los delata.

El Servicio de Vigilancia Aduanera detecta por casualidad la maniobra, que les resulta sospechosa, y moviliza su patrullera para perseguirla. Policía Nacional y Guardia Civil también se unen al operativo.

La segunda intervención se desarrolla en la playa de Algarrobo a última hora de la misma tarde del jueves y, de nuevo, frente a un chiringuito bastante concurrido. En este caso, la embarcación atraca en la costa por la persecución de la patrullera de Aduanas. El tripulante huye entre los bañistas (que, de nuevo, graban con sus móviles), pero acaba detenido por un agente de la Guardia Civil que formaba parte del operativo en tierra.

Todo apunta a que, en la primera escena, la chalana estuvo cargando combustible y víveres. La hipótesis policial es que se los llevó a otra narcolancha que traía la droga desde Marruecos, según explicaron las fuentes consultadas.

El intercambio se habría producido mar adentro y la chalana (menos sospechosa que una goma a la hora de alijar) supuestamente regresó a la costa con los fardos de hachís. Pero el operativo improvisado frustró el desembarco. Aunque el tripulante los lanzó al agua, la patrullera de Aduanas pudo recuperarlos. Al parecer, había más de mil kilos de este estupefaciente.