La joven que estaba en la cabina contra la que se estrelló un coche en Las Pedrizas: «Es un milagro que esté viva»
Evelin relata a SUR cómo sobrevivió al fatal accidente en el que falleció un guardia civil tras estrellarse a toda velocidad contra la garita de cobro del peaje en la que ella trabajaba
El dolor que siente se desprende de cada una de sus palabras. Su voz dulce y pausada brota con dificultad de su garganta. A Evelin ... le cuesta hablar, pero quiere contar cómo vivió el accidente del peaje de Las Pedrizas, donde un joven guardia civil que regresaba a su destino en Guadalajara perdió la vida al estrellarse con su coche a toda velocidad contra la garita de cobro en la que ella trabajaba. Desde la cama del Hospital Regional en la que se recupera de sus heridas insiste en que el hecho de que esté viva «es un milagro».
Su historia arranca lejos del fatídico lugar del siniestro. Evelin nació hace 20 años en República Dominicana, donde residió hasta que se trasladó a Málaga con su familia. Es la más pequeña de tres hermanos, que viven en Casabermeja junto a sus padres.
Tras estudiar auxiliar de administración, la joven llevó su currículum a una empresa de trabajo temporal. Entonces le ofrecieron un puesto en el peaje de Las Pedrizas: «Necesitaban personal para las sustituciones por las vacaciones de verano, así que me llamaron». Su contrato expira solo unos días después del accidente, el 10 de octubre.
El pasado martes se despertó temprano para llevar a su cuñada a El Palo. Después regresó a casa, comió algo y se preparó para irse a trabajar. Le tocaba el turno de tarde. «Llegué poco antes de las tres y me fui para la garita. En la de al lado estaba mi compañera Sandra y, como estaba todo muy tranquilo, comenzamos a charlar –hace una pausa– de cosas de chicas», cuenta la joven.
Después ya no se acuerda de nada más hasta que pasó el accidente. Quien sí lo tiene grabado a fuego en la memoria es Sandra. Ella fue quien vio el coche dirigirse a toda velocidad hacia el lugar en el que se encontraban.
Evelin no se dio cuenta de que el Mercedes que conducía Borja, el guardia civil fallecido, iba directo hacia ella. «Le dije: 'mira ese como viene de rápido'. Entonces comenzamos a gritar. Yo me metí debajo del mostrador mientras observaba como ella se echaba para atrás», recuerda Sandra.
Agazapada en la cabina, escuchó el violento impacto: «Sonó como una bomba». Nunca olvidará la imagen que vio al levantarse. El coche estaba destrozado y la garita había desaparecido. «Era un amasijo de hierros, estaba todo negro por el aceite del motor y rojo por la sangre de Evelin, que se encontraba hecha un ovillo al fondo de lo que quedaba de la cabina de cobro».
Sandra acudió inmediatamente a socorrer a su compañera. Sin embargo, Evelin no respondía: «Estaba inconsciente, por lo que en un primer momento pensé que estaba muerta, era imposible sobrevivir a ese golpe, es un milagro que esté viva».
Instantes después la joven dominicana abría los ojos. Los recuerdos vuelven en ese momento. Tenía a sus compañeros intentando reanimarla y, cuando recuperó la consciencia, le preguntaron si era capaz de reconocerlos. Pese a que estaba muy aturdida, lo hizo sin problemas.
«No entendía lo que había pasado. Todo estaba lleno de sangre y notaba un dolor muy fuerte en la pierna derecha. No recordaba el coche, ni haberme echado para atrás al verlo venir hacia mi. Imagino que fue puro instinto de supervivencia. Mi cabeza ha borrado todo lo ocurrido, pero, por lo que me han contado, el coche se estrelló a toda velocidad contra la cabina del peaje, es un milagro que esté viva», insiste Evelin.
Aunque no se teme por su vida y asegura encontrarse bien, la joven presenta numerosas heridas y contusiones por todo el cuerpo. Sufrió un traumatismo en la cabeza, tiene puntos que le recorren la frente hasta el ojo, el muslo derecho completamente desgarrado, cortes, quemaduras...
Pero la lesión que más preocupa a los médicos es la que presenta en el bazo: «Está tocado, tiene una pequeña fisura por la que sangro, así que me tienen ingresada en observación para ver como evoluciona, por si tienen que intervenirme».
En el hospital no la dejan estar acompañada 24 horas por las restricciones del coronavirus. Pero su familia no se separa de ella. El teléfono no para y nunca fallan a las visitas para hacerle compañía y transmitirle mucha fuerza.
Familia de Borja
También lo ha hecho la familia de Borja, que se ha puesto en contacto con la joven. «Me llamaron para decirme que sentían mucho todo lo ocurrido y me preguntaron cómo me encontraba. Fue un detalle muy bonito, yo también les di mi pésame. Es una fatalidad lo que ha ocurrido».
Cuando se recupere, explica que le tocará volver a buscar trabajo. También quiere dibujar de nuevo, algo que le encanta pero que ahora no puede hacer porque los puntos le tiran del ojo y prefiere tenerlo cerrado. «Quizás algún día escriba un libro, es mi sueño», apunta la joven.
«Antes no lo sabía», pero con lo que ha ocurrido estos últimos días, Evelin confiesa que se ha dado cuenta de que es «una valiente». No quiere colgar sin lanzar un último mensaje: «Hay que apreciar mucho la vida, no sabemos en qué momento se puede ir».
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