Accidente mortal en la antigua N-340: hallan un DNI en el lugar, pero no pertenece a los fallecidos
La Policía Local de Málaga siguió esa pista bajo la hipótesis de que pudiera tratarse de la segunda víctima mortal, pero cuando acudieron a la vivienda que figura en el carné localizaron a su titular con vida
¿Qué probabilidad hay de que tu DNI acabe en el lugar de un siniestro en el que dos personas han perdido la vida y ... una, para colmo, está sin identificar? Pues es lo que ocurrió este jueves 9 de octubre en el accidente en la antigua N-340, que permaneció parcialmente cortada al tráfico durante horas y registró retenciones kilométricas.
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El siniestro se produjo a las 6.55 horas en el último tramo de la avenida de Velázquez a su salida de la capital, en la calzada que va hacia Torremolinos. Al ser hora punta, los servicios de emergencias -112-Andalucía y sala del 092- recibieron una veintena de llamadas alertando del accidente.
Según ha podido saber SUR, la mayoría de los informantes, testigos parciales de lo ocurrido, creían que algún vehículo había atropellado a un animal. Las llamadas hablaban de un perro, aunque los agentes tampoco descartaban la posibilidad de que se tratara de un jabalí, dado el número de avistamientos que se están produciendo en entornos urbanos.
Hasta el lugar se desplazaron numerosas patrullas de la Policía Local, así como de la Nacional y de la Guardia Civil, que ayudaron a controlar una situación complejísima. Los vestigios del siniestro se extendían por los tres carriles, lo que obligó a cortar por completo la calzada hacia Torremolinos. Las retenciones fueron kilométricas y no sólo en ese sentido, sino también en el contrario por el denominado 'efecto mirón'.
Los agentes del Grupo de Atestados de la Policía Local, Cuerpo de Seguridad que se ha hecho cargo de la investigación al haberse producido el accidente dentro de los límites del término municipal de Málaga, manejaron como primera hipótesis el atropello de un animal con el resultado de dos motoristas fallecidos.
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El estado en el que quedó uno de los cadáveres no ayudaba a despejar las incógnitas alrededor del accidente. Una de las víctimas -a la postre se supo que el peatón- fue arrollada por numerosos coches que circulaban en el sentido correcto de la marcha y que nada pudieron hacer para evitarlo, dado que, como indicaban los testigos en sus llamadas al 112, había una leve neblina y aún estaba oscuro.
Además, sólo se localizó un casco en la calzada y la moto en la que viajaba la segunda víctima siguió circulando unos 400 metros después de que su ocupante saliera despedido, lo que añadía aún más complejidad a la labor de reconstrucción del accidente por parte de los agentes de Atestados.
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Tras examinar la escena, los investigadores concluyeron que el peatón presuntamente cruzó la calzada desde el lado derecho hacia el izquierdo. Al invadir la vía, fue arrollado por un vehículo. Por el momento no se ha podido comprobar si lo atropelló la moto u otro coche. Sea como fuere, en el siniestro, el motorista perdió el control y acabó falleciendo como consecuencia del impacto.
Mientras seguían completando la investigación sobre la dinámica del accidente, los agentes se volcaron en confirmar cuanto antes las identidades de las víctimas. Así, pudieron averiguar que uno de los fallecidos, en concreto el motorista, es un hombre de 42 años nacido en un pueblo de Córdoba que se encontraba en Málaga por motivos laborales.
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El segundo cadáver quedó en tal estado que aún no ha podido ser identificado, labor que corresponderá al Grupo de Atestados con la ayuda de Policía Científica y de los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga, que realizarán diferentes pruebas para tratar de ponerle nombre y apellidos a la víctima.
Y ahí empezó el desconcierto. En el escenario del accidente, los investigadores localizaron durante la inspección ocular un DNI que no se correspondía con la identidad del motorista fallecido, por lo que todo indicaba que podía tratarse de la otra víctima mortal: el peatón.
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Los agentes de Atestados se desplazaron hasta el domicilio que figuraba en el carné, situado en una barriada de la capital, aunque con todas las reservas del mundo a la hora de darle la noticia a la familia, dado que aún les faltaba una confirmación fehaciente. Primero había que comprobarlo.
Para su sorpresa, cuando llegaron a la vivienda e hicieron algunas gestiones, se toparon con el titular del DNI, que estaba vivo. La duda, que ahora tratan de despejar los investigadores, es cómo llegó su carné de identidad hasta el escenario de un accidente mortal. Si lo perdió, se lo robaron o se le cayó en la zona.
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