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REDACCIÓN
Martes, 30 de diciembre 2014, 10:43
Lo más importante de un regalo es su capacidad para despertar la curiosidad. Los regalos deben estimular, percutir e iluminar la corteza cerebral para despertar el interés, la satisfacción y la emotividad en quien los recibe, dice el doctor Ventura Anciones, jefe del Servicio de Neurología del Instituto de Neurociencias Avanzadas Madrid (INEAMAD) del Hospital Nuestra Señora del Rosario. El cerebro necesita estímulos: la percusión cerebral (visual, auditiva y espacial) pone en marcha las neuronas que conversan con las de al lado y, en un complejo sistema de redes, ejecutan todo cuanto el hombre sea capaz de crear y creer.
Ideas de regalos para cada edad
¿Cuáles son estos regalos idóneos? La respuesta varía según la edad, pero tienen un denominador común: su capacidad para estimular los sentidos.
Para los niños:
Entre los regalos de los más pequeños tiene que haber por lo menos un libro. El niño debe recibir regalos que le dejen recuerdo y estimulen su capacidad creativa, fomenten su inventiva y su imaginación constructora, les abran a nuevas ideas y a un pensamiento divergente, y en este sentido, el libro contiene el lenguaje con el que nos conectamos todos los humanos.
Para los adultos:
El regalo del adulto debe evocar el recuerdo, ser práctico o sorprender. El secreto para acertar con el regalo de un adulto radica en la empatía, hasta dar con aquello que le gustaría que le regalaran al otro: ropa música, un buen libro, un buen vino, o la serie televisiva que avise su memoria, dice Anciones.
Para las personas mayores:
La clave está en despertar emociones. Para eso hay que bucear en su biografía y testar aquellos elementos que han estado presentes en los momentos más emotivos: la foto que creyó perdida, la música que fue su ritmo joven o las fotos de los suyos que codifiquen y le ayuden a recuperar los recuerdos.
Además, el doctor Anciones advierte sobre los efectos perniciosos de los aparatos electrónicos, que tienen un efecto potencial de causar la desmemoria del cerebro, si se abusa de su uso. La emoción, el interés y la necesidad son los pilares básicos en cualquier conducta y formación intelectual y es un peligroso ejercicio dejarla al arbitrio de una máquina, ratifica Anciones. El abuso de estos dispositivos aumenta las rutinas en el cerebro, elimina cauces de relación y desvirtúa un buen número de habilidades intelectuales y sociales. No es lo mismo buscar y descubrir a Alejandro Magno en los anaqueles de una Biblioteca que el hecho de que entre en mi casa cómodamente instalado en una butaca.
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