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Una evaluación previa previene problemas.
El estrés, un enemigo invisible en el gimnasio

El estrés, un enemigo invisible en el gimnasio

Fijarse objetivos y consultar a un especialista antes de la práctica de ejercicio disminuye el riesgo de sufrir lesiones

SALUD REVISTA.ES

Lunes, 14 de abril 2014, 10:25

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La actividad física y deportiva es una parte fundamental en la recuperación y prevención de enfermedades, y una forma de luchar contra el dolor y la aparición de recaídas tras superar una lesión. Pero si no se hace de forma adecuada, puede provocar lesiones, siempre en la parte en la estructura más débil del deportista, según el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM). Sobre todo se alerta sobre la forma negativa en que el estrés puede afectar al cuerpo, durante los entrenamientos musculares.

Esto no significa que el ejercicio esté contraindicado cuando sufrimos estrés si no que el deportista debe hacerse una evaluación física previa para saber hasta qué punto exigir al cuerpo para que la actividad física resulte beneficiosa, señala el fisioterapeuta Francisco García-Muro. Se exige al cuerpo una demanda cuando se encuentra en una situación previa de desgaste. Hay que poder romper el círculo del estrés generando endorfinas. Un ejercicio puede ser bueno o malo dependiendo de la persona. Por eso hay que valorar de forma personalizada los riesgos y beneficios que cada actividad supone para cada usuario.

En los gimnasios existen máquinas para hacer ejercicios que permiten trabajar solo el grupo muscular que interesa. Pero hay que saber usarla, y sobre todo, planificar los objetivos. Hay que ser cautos en el peso a levantar y hay que tener muy en cuenta el objetivo que queremos conseguir, si es ganar resistencia (poco peso y muchas repeticiones) o si queremos incrementar la fuerza explosiva (más peso y pocas repeticiones), explica José Santos, secretario general del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.

Santos puntualiza que se puede trabajar en la sala y en la piscina, aunque en ese orden y nunca al revés, ya que nos arriesgaríamos a sufrir mareos o desvanecimientos como consecuencia de la diferencia de humedad de los ambientes. Un ambiente húmedo, favorece un latido cardiaco lento y al pasar a hacer un esfuerzo cardiovascular exigente, aumenta de manera brusca nuestras pulsaciones.

Para la práctica del deporte con fines terapéuticos, se debe consultar al fisioterapeuta, el médico, el enfermero, o el podólogo, que pueden orientar a mejorar un desequilibrio muscular y mejorar el tono muscular de una región que ha perdido masa muscular tras una lesión. Ya dentro del gimnasio, hay que dejarse asesorar por el monitor o responsable de sala, que debe ser graduado o máster en actividad física y deporte, para que reeduque el gesto deportivo, y supervise el entrenamiento.

Por ejemplo, los ejercicios de musculación en el suelo o sin máquinas permiten trabajar más musculatura a la vez, es decir realizar un ejercicio más global, pero requieren un nivel más avanzado de conocimiento de nuestro cuerpo para evitar compensaciones, ya que si nos pasamos de peso en una levantada es más fácil que nos podamos lesionar, mantiene Santos.

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