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Anna Vives posa con la tipografía que ha creado de fondo.
«No hay término medio; o confías o no confías»

«No hay término medio; o confías o no confías»

Risueña, ordenada, cariñosa y puntual, Anna Vives ha elaborado una tipografía que ha dado la vuelta al mundo: la primera letra con fines sociales y creada por alguien con síndrome de Down. Con la ayuda de su familia y del escritor Francesc Miralles, publica ahora su primer libro

marta palomo

Lunes, 14 de abril 2014, 10:22

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Anna Vives le gusta el color naranja, el número 55 y la letra T, pero entre risas confiesa que con lo que más disfruta es «saliendo a cenar fuera y a bailar con mis amigos». Después de una frustrante experiencia laboral en un supermercado, ya hace unos años, empezó una nueva aventura que le ha llevado a realizarse como persona, conocer personajes famosos y recibir reconocimientos nacionales e internacionales. «La de Anna es una historia de superación, de trabajo en equipo y principalmente de confianza», explica su hermano Marc Vives, quien la acompaña en casi todas las entrevistas. Anna cumplirá 28 años esta primavera y tiene síndrome de Down. A lo largo de su vida ha vivido momentos muy difíciles y reconoce que no está contenta con su característica, pero hoy se siente feliz por muchas cosas, entre ellas, porque se publica un libro sobre su historia. Si crees en mí te sorprenderé (Editorial Planeta) es el título de esta obra cargada de optimismo y elaborada en colaboración con el escritor Francesc Miralles que busca demostrar al mundo que las personas con síndrome de Down no son discapacitadas.

E de elemento

A lo largo de varios meses Anna y Francesc han quedado infinidad de veces para hablar sobre su vida y, según Marc Vives, el escritor ha sabido plasmar a la perfección la realidad del proyecto en el libro. La historia de Anna no habría sido posible sin sumar las capacidades de mucha gente y ella es plenamente consciente de ello: «Quiero darle las gracias a todos los que han confiado en mí y han hecho que este libro sea posible», declara. Anna no solo ha compartido sus experiencias vitales con el escritor sino que cada vez que él le enviaba un fragmento por correo electrónico para que ella lo repasara, también lo transcribía a mano varias veces.

En Si crees en mi te sorprenderé, Miralles relata que según el efecto Pigmalión, «somos lo que los demás esperan de nosotros». Y ese es el principio de la historia de Anna: cuando su familia confió en ella, no quiso que se quedara en casa sola sin trabajar y la incorporó a la Fundación Itinerarium donde trabajaban su padre y su hermano. «Queríamos que hiciera cosas relacionadas con lo que realmente le gustaba que era escribir y dibujar», explica Marc.

En cuestión de un año Anna profundizó en lo que sabía sobre el abecedario, palabras y textos y fue perfilando una letra propia, muy característica, que combinaba mayúsculas y minúsculas y que un diseñador de la fundación digital izó respetando su trazo totalmente. Había nacido la primera tipografía desarrollada por una persona con síndrome de Down, la letra Anna.

I de ilusión

Con más de 2,5 millones de descargas a sus espaldas la tipografía Anna ha dado la vuelta al mundo entero. Ha vestido a los jugadores del Fútbol Club Barcelona y el River Plate, ha rodado en el circuito de Montmeló impresa en el casco de Jorge Lorenzo y ha cruzado el desierto en el Dakar de este año. También ha recibido el apoyo del recién galardonado por National Geographic Killian Jornet y, sobre todo, cuenta con el cariño de alguien muy especial para Anna, «Andrés Iniesta, que es mi deportista favorito», confiesa ruborizándose.

Esta tipografía, la primera en el mundo con fines sociales, quiere transmitir que sumando capacidades los sueños son más fáciles de conseguir y busca sensibilizar a la sociedad sobre las personas con necesidades especiales. A Anna y su familia les gustaría que esta letra se utilizase para escribir mensajes bonitos, trabajos en equipo, declaraciones de amor «Todo aquello que se haga de corazón», afirma Marc.

O de orden

Otro de los hitos alcanzados por Anna y su letra fue la nominación en el año 2012 a Catalán del año, un galardón otorgado por El Periódico de Cataluña con el que distingue a la persona catalana que más haya destacado en el desarrollo de su actividad profesional o social durante el año anterior. Anna no ganó, aunque confiesa que tampoco quería ya que ella y su familia estaban más que satisfechos con el hecho de que alguien perteneciente al colectivo con síndrome de Down pudiera competir por un galardón así.

El premio se lo llevó Josep Sánchez de Toledo, responsable de Oncología y Hematología Pediátrica del Hospital Vall dHebron. «La vida es muy curiosa explica Marc. El doctor Sánchez de Toledo fue quien orientó a mis padres sobre cómo comportarse para que su hija, recién diagnosticada de síndrome de Down, saliera adelante, y les aseguró que Anna llegaría tan lejos como ellos quisieran».

Además de todos sus éxitos, Anna ha logrado tener una vida normal: tiene una agenda donde apunta meticulosamente la hora y el lugar de sus entrevistas, citas, la presentación de su libro... sale a pasear, va a comprar, escucha música, va al gimnasio, coge el metro sola y cada vez es más independiente. En Si crees en mí te sorprenderé, ella habla de sus retos como grandes Himalayas que ha de subir. «Mi futuro pasa por mi familia, por valerme más por mi misma y por tener un trabajo», cuenta Anna, y con el apoyo de Marc desarrolla la idea de que el trabajo la hace evolucionar como persona y tener más confianza en sí misma.

U de unidos

Aunque la sociedad es cada vez más sensible a las personas con necesidades especiales Anna y Marc opinan que el camino de la integración todavía es largo. «Antes se les llamaba subnormales, mongoles o hasta disminuidos, algo que por suerte y gracias al trabajo de entidades sociales y a la sensibilización ya casi no sucede, pero aún se debe mejorar explica Marc. El 48% de estas personas con dificultades y entre 14 y 26 años no tienen trabajo». Para su hermano, la mala experiencia de Anna en el supermercado seguramente fue fruto de la precipitación de entidades y familias porque ella trabajara y a veces es mejor tener paciencia y buscar el trabajo más adecuado para cada uno. «El futuro de nuestra sociedad pasa por la inclusión y confiamos en que este libro ayude a que las empresas confíen más en las capacidades de estas personas que además de necesidades especiales también tienen mucha ilusión», espera Marc.

Anna reconoce que ella es la primera que se sorprende de sí misma cuando piensa en todo lo que está sucediendo a su alrededor. En un futuro lejano no sabe de qué trabajará o lo que será capaz de hacer pero ahora está muy ilusionada ante la inminente presentación del libro y le espera un año cargado de eventos que irá explicando a través de su web y las redes sociales, en las que tiene más de cinco ml seguidores. «Solo quiero que los que lean el libro se sientan más felices y optimistas y que este historia les ayude a ser mejores personas», concluye Anna.

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