Cuando pedir ayuda marca la diferencia: así trabaja Brisa Adicciones en Málaga
Este centro aprovecha la petición inicial de ayuda y la dirige hacia una vida plena sin consumo de drogas o dependencias
SUR
Málaga
Jueves, 16 de octubre 2025
En el abordaje de las adicciones, pedir ayuda a tiempo, es la clave para poder iniciar el camino de la recuperación. Brisa Adicciones es hoy ... un referente como centro de desintoxicación en Málaga gracias a ofrecer un tratamiento serio, cercano, novedoso y eficaz, que aprovecha esa petición de ayuda inicial y la dirige hacia una vida plena sin consumo de drogas o dependencias con o sin sustancia. La filosofía es clara —intervención personalizada basada en la evidencia científica, enfoque compasivo y no punitivo, perspectiva de trauma informado y hacer a la persona protagonista de su proceso desde el respeto y la dignidad que se merece— y se concreta en tres vías de tratamiento que se ajustan a la realidad de cada caso.
«En consulta no hablamos de 'vicios', hablamos de personas con una historia que tiene que ser escuchada», resume Álvaro Granda, director y fundador. «Detrás del consumo suele haber dolor, vergüenza, miedos, un contexto que ha marcado... y la droga o el comportamiento, durante una fase inicial ha conseguido ayudar a la persona a afrontar esas dificultades tanto internas como externas, convirtiéndose en un intento de solución fallido que lo que ha traído es más dolor, soledad, problemas, etc. Nuestro papel es ofrecer un marco seguro, sin juicios, y una hoja de ruta clara que la persona pueda ir siguiendo paso a paso, para ir generando soluciones diferentes a los conflictos y dificultades tanto internas como externas que ha aprendido y automatizado desde el consumo de sustancias o comportamientos».
Por tanto, Brisa Adicciones integra enfoques como la terapia cognitivo-conductual y la Terapia IFS (Internal Family Systems), una metodología que va enfocada al trabajo con el trauma, y que ayuda a entender la adicción como una respuesta protectora dentro de un sistema de «partes» internas que la persona va generando en su adaptación a su contexto, y que gracias a poder ahondar en las profundidades emocionales de la persona, ayuda a disminuir la impulsividad y la compulsión. Esto genera una manera de afrontar la recuperación nunca vista antes, provocando un bienestar a la persona en recuperación que hace que aumente considerablemente la probabilidad de éxito del tratamiento.
Brisa, como centro privado de desintoxicación, trata adicciones con sustancia —alcohol, cocaína, cannabis, benzodiacepinas, opiáceos— y comportamentales —juego, compras, nuevas tecnologías—, y combina terapia individual y grupal, con psicoeducación y acompañamiento familiar.
No se trata de «encajar» a la persona en un programa, sino de ajustar la intensidad del recurso a lo que requiere cada proceso. Esa graduación se apoya en una oferta que va desde la atención ambulatoria a un centro de día sin pernoctar y, cuando se necesita, ingreso residencial con supervisión continuada.
Más allá de las etiquetas, la premisa es de sentido común: cuanto más precisa es la valoración inicial, más preciso puede ser el plan terapéutico. Y la adherencia —esa palabra técnica que significa seguir las pautas y tener constancia— mejora cuando el entorno también aprende a sostener el cambio.
Tres vías de tratamiento, un mismo objetivo
«Elegimos el nivel de intensidad con la persona y su familia», explica Granda. «Hay momentos en los que conviene parar y coger aire —un ingreso— y otros en los que basta con ordenar el día a día y aprender herramientas. Lo importante es no hacerlo a ciegas».
• Ambulatorio: sesiones programadas de terapia individual y grupal para quienes pueden sostener el cambio desde su vida cotidiana, es una modalidad que requiere de una alta motivación y es indicado para personas con grado de afectación leve o moderado. Se trabajan la prevención de recaídas, el refuerzo de hábitos así como la relación con la familia, contexto social y cultural.
• Centro de día: recurso intermedio sin pernocta que aporta estructura terapéutica, talleres y supervisión cercana en horarios diurnos. Facilita la transición entre un ingreso y la vida diaria o incrementa intensidad cuando el ambulatorio se queda corto. Recomendado para personas que presentan una gravedad moderada o alta peque requieren de mayor contención y apoyo en la fase inicial del tratamiento.
• Ingreso residencial: indicado cuando hay riesgo elevado, necesidad de desintoxicación o se requiere contención 24/7.
Próxima apertura en Fuengirola
Además, Álvaro Granda destaca la próxima expansión de Brisa Adicciones en la provincia de Málaga con un nuevo centro de atención y tratamientos en Fuengirola. «Unas nuevas instalaciones en el centro de Fuengirola que se encuentran perfectamente comunicadas por tren, bus y carretera con el resto de la provincia. Se trata de un local de 125 m² que refuerza la cobertura de Brisa en el interior (Coín, Alhaurín el Grande, Monda, Guaro y sus diseminados) y en las poblaciones costeras más occidentales (La Cala de Mijas, Calahonda, Marbella…).» El nuevo centro Brisa Adicciones de Fuengirola tiene prevista su apertura y pleno rendimiento en febrero de 2026 y contará con un equipo terapéutico propio.
El primer paso: claro y acompañado
Para muchas familias, la primera conversación ya supone un alivio. Ponerle nombre a lo que ocurre, distinguir entre consumo y enfermedad, comprender por qué una persona «promete que no volverá» y vuelve a caer, rompe el círculo de reproches y silencio. «La adicción no se negocia con fuerza de voluntad; se trata con método y con cariño», resume el director.
• Escucha y valoración: una entrevista para entender la historia de consumo, el estado físico y emocional, y los apoyos disponibles. A partir de ahí, se pactan objetivos realistas y tiempos.
• Plan personalizado: puede ser ambulatorio, de día o residencial, siempre con psicoeducación terapéutica, prevención de recaídas, y abordaje desde las bases emocionales y contextuales de la adicción, así como apoyo y ayuda a las familias y parejas como pilares. De la intervención.
• Seguimiento y postalta: una red de apoyo que refuerza hábitos, detecta señales de riesgo y normaliza pedir ayuda antes de que el problema vuelva a crecer.
Metodología que mira a la raíz
Brisa como centro privado para el tratamiento de adicciones, ha creado en Málaga capital un espacio donde se ha cuidado cada elemento al detalle para facilitar la recuperación de las personas que acuden a recuperarse aplicando una metodología que los diferencia del resto de centros de desintoxicación.
Todo ello no sirve de nada sin el compromiso de las personas que se recuperan. «Pedimos dos cosas: honestidad y continuidad», dice Granda. «Honestidad para poner sobre la mesa lo que pasa de verdad; continuidad para que las herramientas aprendidas se conviertan en hábitos».
En Brisa Adicciones, esos hábitos incluyen ordenar rutinas básicas (sueño, alimentación, ejercicio), habilidades para regular emociones y estrategias concretas para prevenir recaídas —desde evitar detonantes hasta manejar imprevistos sin volver al consumo—.
• Basada en evidencia: integración de terapia cognitivo-conductual, terapia de aceptación y compromiso, prevención de recaídas con Mindfulnes, psicoeducación y abordaje del trauma cuando está presente. La IFS (Internal Family Systems) aporta un marco para disminuir compulsiones trabajando con las partes protectoras implicadas en el consumo, reforzando el liderazgo del Self.
• Equipo específico en adicciones: psicología y supervisión clínica con protocolos validados, tanto en ingreso como en recursos de día y ambulatorios. La coordinación interna facilita que la intervención sea coherente entre dispositivos.
• Trabajo con la familia: aprender a identificar señales de alerta, a comunicarse de forma clara y a apoyar sin sobreproteger marca la diferencia en la adherencia al tratamiento y en la prevención de recaídas.
La experiencia muestra que el lenguaje y la forma de llegar a la persona importan. Cuando te acercas con respeto al paciente, empatizas con su sufrimiento y lo atiendes con compasión, le haces entender lo que le pasa, y la haces partícipe de la solución, creas una energía poderosa de cambio que facilita el tratamiento y convierte en cambios duraderos y sólidos las propuestas realizadas para superar la dependencia. Si se entiende que la adicción es, entre otras cosas, un aprendizaje cerebral que se vuelve disfuncional, hay muchos estudios pedagógicos que indican que los ambientes que más favorecen el reaprendizaje no tienen que ver con el castigo, el miedo o la culpa, y en Brisa Adicciones lo sabemos y favorecemos un reaprendizaje desde el cariño, el respeto, y el sentimiento de ser tenido en cuenta y escuchado.
Todo esto, además viene respaldado por los excelentes resultados objetivos que tenemos en Brisa Adicciones, donde el 89% de las personas que han empezado el tratamiento con nosotros se encuentran abstinentes y en recuperación y el 100% de las personas que han completado el proceso en nuestro Centro de Día, están sin consumir y recuperando sus vidas.
Los datos administrativos también cuentan: Brisa Adicciones trabaja como Centro Sanitario Autorizado (NICA 62328 y 64897), un requisito que garantiza estándares y supervisión continua. No es un detalle menor en un ámbito donde últimamente proliferan ofertas poco claras y de escasa profesionalidad.
Al final, lo que marca la diferencia no es un titular o una promesa rotunda, sino una suma de decisiones pequeñas, sostenidas en el tiempo. «No hay dos historias iguales», insiste Granda. «Lo importante es que la persona no se quede sola y sepa que hay un camino».
Más información:
Direcciones:
Centro Ambulatorio: C/ Armengual de la Mota, 27, 2ª planta, 29007 Málaga.
Centro de Día: C/ Don Cristian, 19, 2ºC, 29007 Málaga.
Teléfono: 644 256 492.
Email: informativas@brisadicciones.com
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión