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El contenido de magnesio es más que notable en las legumbres.
Ni te falta magnesio, ni el colágeno te va a ayudar

Ni te falta magnesio, ni el colágeno te va a ayudar

La curiosa combinación de colágeno y magnesio ya es visible en algunas marcas blancas. Que el producto cumpla lo que realmente promete ya es otra historia

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Domingo, 26 de noviembre 2017, 00:25

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Al término “suplemento” le pasa lo mismo que a la palabra “benigno”. Según Woody Allen es “el vocablo más bello que existe”. Puede que nuestro protagonista no sea el más bello pero, desde luego, parece que le viene bien a todo el mundo. Basta con que lo nombren unido a algún alimento y nuestra predisposición inicial no puede ser más positiva.

Esta moda ya tiene sus años y más de las sustancias que hoy toca hablar y es que parece mentira que en el 2017 sigan estando de moda los “bálsamos de fierabrás” con estética setentera, por mucho que los anuncie una venerable anciana que presume de no haber ido al médico en casi medio siglo. Lo sorprendente es que la curiosa combinación de colágeno y magnesio ya es visible en algunas marcas blancas de grandes distribuidoras y es que lo importante es vender, lo de que el producto cumpla lo que realmente promete ya es otra historia.

¿Qué tal el magnesio?

Se trata de un elemento esencial que podemos observar en las tablas de minerales de muchos listados de ingredientes. Lo encontramos en multitud de alimentos, especialmente en los vegetales de hoja verde ya que el magnesio es un elemento esencial en la estructura de la clorofila. Su contenido es más que notable en acelgas, espinacas, coles, los frutos secos, las legumbres, las patatas y todos aquellos productos elaborados a partir de cereales integrales.

El magnesio contribuye a disminuir el cansancio y la fatiga, colabora en el equilibrio electrolítico, ayuda al funcionamiento normal del sistema nervioso, coopera con el comportamiento normal de los músculos, trabaja en la síntesis proteica y es pieza esencial en el correcto desarrollo de huesos y dientes. Estos son sólo algunas de sus contribuciones en las que queda clara su relevancia.

Sus importantísimas funciones y su presencia en los suplementos pueden hacernos pensar que nuestros niveles de magnesio son deficitarios o que estos son difíciles de alcanzar de modo que sería más que conveniente conseguirlos de forma exógena. Resulta que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sostiene, en una consulta referida a los beneficios del magnesio, que los efectos de su incorporación en la dieta pueden ser fácilmente alcanzables a partir de una planificación adecuada en la ingesta de alimentos. Alguien podría pensar que el problema es que no planificamos bien la dieta y por lo tanto la población española es deficitaria. Lo de que la dieta no está bien planificada puede ser cierto pero los estudios que se han hecho, a gran escala, sobre los niveles de magnesio no arrojan ningún déficit de este mineral en la población. Uno de ellos es avalado por el propio Ministerio de Sanidad a través de la “Evaluación Nacional De La Dieta Española” (ENIDE).

¿Y el colágeno?

Pues es una de las proteínas más abundantes en nuestro cuerpo. Aproximadamente el 25% de nuestro contenido proteico lo acapara nuestro actor. La razón es que lo segrega nuestro tejido conjuntivo siendo pieza fundamental en la piel, huesos o tendones. Su deterioro y envejecimiento está asociado a multitud de enfermedades generando infinidad de problemas en nuestra movilidad y apariencia externa.

Es una proteína de origen animal por lo que su presencia en productos cárnicos será habitual pero con una peculiaridad, a más colágeno más fibras y por lo tanto la carne será de peor calidad.

Pero vayamos a lo verdaderamente importante, su digestión. Las proteínas son largas cadenas de aminoácidos y son estos y solo estos los que se pueden absorber en nuestra mucosa intestinal, es decir, la digestión de las proteínas, básicamente, consiste en romper y trocear estas estructuras por medio de las proteasas. Tenemos que pensar en las proteínas como si fueran un juego de “lego”, cada organismo hace sus propias combinaciones pero todos necesitan las mismas piezas sueltas para combinarlas, estas piezas son los 20 aminoácidos que utilizan nuestras células para formar las proteínas.

El colágeno es una estructura enorme con 3 cadenas cada una con unos 1200 aminoácidos. Aminoácidos en los que predominan la glicina y la prolina, que carecen del carácter de esenciales por lo que sus reservas no son un problema para nuestro organismo. La verdadera barbaridad es dar a entender que al consumir complementos de colágeno estos consiguen llegar intactos a nuestros huesos o nuestra piel. Semejante estupidez bioquímica indignaría a un alumno de 1º de bachillerato de Biología. Sería tanto como tener una estructura de 3600 piezas de “lego” romperla en cada una de sus elementos y tirarlas desde un 5º piso esperando que al llegar al suelo formaran la composición que anteriormente poseían.

El por qué la moda del colágeno, lo desconozco. Pero, siguiendo esta misma sin razón, podríamos vender complementos de hemoglobina (la proteína que transporta por la sangre el oxígeno a los tejidos). Publicitaríamos que mejora tu rendimiento físico, serían suplementos a base de sangre animal a los que daríamos un aspecto menos intimidatorio. O mejor, venderíamos directamente morcilla, no como un producto tradicional sino como el nuevo maná de los deportistas. Eso sí el precio habría que multiplicarlo varias veces, que la materia prima sea barata no puede impedir que nuestro precio de venta no prestigie nuestra marca ni nuestro bolsillo.

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