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Si hace un tiempo el SIBO copaba las redes sociales con miles de personas asegurando que lo padecían y la manera más eficaz no solo de diagnosticarlo sino de combatirlo, ahora un nuevo nombre se ha colado en las tendencias de los últimos meses. Se trata de la berberina, un alcaloide presente de forma natural en diversas plantas (como el agracejo europeo, el sello de oro, el hilo de oro, la uva de Oregón, el filodendro y la cúrcuma de árbol), de cuyas raíces o corteza se obtiene un extracto de color amarillo con ciertas propiedades terapéuticas conocidas.
Tradicionalmente se ha usado en la medicina china o ayurvédica y, en la Unión Europea, se comercializa en forma de complementos alimenticios, normalmente cápsulas o comprimidos, con unos 500 mg de sustancia activa y una dosis recomendada de entre 1 y 3 comprimidos al día.
Pero lo más llamativo es que en las redes sociales son muchos los que aseguran que sus efectos son similares a los de medicamentos como el Ozempic, autorizado para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y que también se prescribe a personas con obesidad, siempre bajo supervisión médica, porque contribuye a la pérdida de peso al regular el apetito y crear sensación de saciedad.
Algunos incluso llaman a la berberina el 'ozempic natural'. Pero, ¿qué de cierto hay en esto? Según las evidencias cientítificas, poco o nada de cierto. Como apunta la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la berberina tiene efecto sobre diferentes marcadores metabólicos (se ha visto en estudios en animales que influye en los niveles de azúcar en sangre mediante la activación de la enzima AMPK, y que permitiría que el cuerpo produjera más GLP-1), pero su mecanismo de acción no está todavía claro.
Es más, lo que muestra la poca evidencia científica que existe al respecto es que «en el mejor de los casos la berberina ayudaría a perder entre 1 y 3 kilos», apunta la OCU. Estos resultados se obtienen de 12 pequeños ensayos clínicos «de dudosa calidad metodológica», asegura la organización, realizados en personas con diferentes tipos de problemas de salud suyacentes. Por lo que «sería necesario confirmar estos resultados con ensayos clínicos de mayor tamaño y bien diseñados con el objetivo de medir si la berberina es eficaz y segura para perder peso en la población general», añade.
Mientras que medicamentos como el ozempic para comercializarse deben pasar una evaluación de calidad, eficacia y seguridad y obtener la autorización de la agencia reguladora de medicamentos correspondiente ya sea la Agencia Española de Medicamentos o la Agencia Europea de Medicamentos, los complementos alimenticios, como la berberina, solo deben cumplir con las normas que establece la legislación alimentaria, por lo que no se someten a una evaluación previa de eficacia, seguridad o calidad por parte del regulador ni necesita autorización previa para su comercialización.
Por ello, lo que recalcan los expertos es que si el objetivo es perder peso, hay que acudir a un médico especializado en el tratamiento de la obesidad que valore cuál es el tratamiento más eficaz según las características y circunstancias del paciente.
Como señala la OCU, hace varios años, la Agencia de Seguridad Alimentaria Francesa (ANSES) evaluó la eficacia y seguridad de la berberina. Según ese estudio, a partir de dosis iguales o superiores a 400 mg/día, este complemento tiene efectos farmacológicos en el organismo:
- Sobre el sistema cardiovascular, bajando la presión arterial en pacientes hipertensos y mejorando la función cardiaca en pacientes con insuficiencia cardiaca.
- Sobre el sistema endocrino bajando los niveles de azúcar y de lípidos (triglicéridos y colesterol) en pacientes con diabetes tipo 2 y en pacientes con hiperlipemia respectivamente.
- Sobre el sistema gastrointestinal donde ejerce un efecto antiinfeccioso frente a infecciones gastrointestinales de origen bacteriano o parasitario.
Pero, «que una sustancia demuestre un efecto terapéutico en pacientes con un problema concreto de salud no significa que esa sustancia contribuya al mantenimiento de la salud normal en el resto de la población general», destaca la OCU.
La berberina tiene efectos terapéuticos beneficiosos, pero también puede provocar efectos adversos; los más frecuentes son diarrea, dolor abdominal, estreñimiento, flatulencia o náuseas. Además, puede causar hipotensión, disminución de la frecuencia cardiaca e hipoglucemia, y el consumo de plantas con berberina puede aumentar el riesgo de sufrir contracciones uterinas.
MedlinePlus, web que ofrece información de salud de la Biblioteca Nacional de Medicina avalada por el Gobierno de Estados Unidos, recoge que «es probable que no sea seguro tomar berberina por vía oral si e está embarazada. La berberina puede atravesar la placenta y causar daño al feto». También podría pasar a la leche materna, por lo que tampoco se recomienda durante la lactancia.
Asimismo, la OCU asegura que se han identificado interacciones entre la berberina y diferentes fármacos (hasta 17 medicamentos), «siendo algunas de estas interacciones potencialmente graves bien por tratarse de medicamentos de alta toxicidad, o porque altera el funcionamiento correcto de los otros fármacos». Entre estos fármacos, se encuentra la digoxina (para el corazón); inmunosupresores como la ciclosporina o el tacrolimus (para evitar el rechazo en los trasplantes); paclitaxel, un antitumoral que se usa en quimioterapia; y medicamentos como las estatinas, indicados para bajar los niveles de colesterol o la metformina (usada en el tratamiento de la diabetes), ya que aumentan las posibilidad de sufrir efectos adversos si se toman a la vez que la berberina.
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