Alerta por casos de botulismo en personas que se sometieron a intervenciones para adelgazar en Turquía
De las 14 notificaciones registradas hasta el momento en Europa, diez están relacionadas con las misma clínica, según un infome del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades
Nueva alerta sanitaria en Europa, en este caso relacionado con casos de botulismo clínico. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades ( ... ECDC) ha informado de 14 casos de «botulismo iatrogénico» en pacientes que se sometieron en Turquía a intervenciones quirúrgicas para reducir peso.
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Según apunta en su último informe de amenaza de enfermedades transmisibles, desde finales de febrero de 2023 y hasta el 10 de marzo de 2023, se han detectado «14 casos de botulismo clínico, aparentemente iatrogénico», en personas que recibieron una «inyección intragástrica de neurotoxina botulínica» en Turquía entre el 22 y el 25 de febrero.
Hasta el momento, se han informado de 12 casos en Alemania, uno en Austria y otro en Suiza y, diez de ellos, se trataron en la misma clínica en Estambul.
Por todo ello, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades alerta de «un riesgo de intoxicación para quienes viajan a Turquía para tratamientos médicos con inyección intragástrica de la neurotoxina del botulismo».
Además, hace referencia a un notificación llevada a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre lotes falsificados de un producto de neurotoxina botulínica, distribuido en Turquía en mayo de 2022, aunque puntualiza que, de momento, se desconoce si estos lotes se han utilizado en los tratamientos que han desencadenado los casos de botulismo en Europa.
Qué es el botulismo
«El botulismo es una enfermedad grave producida por la bacteria Clostridium botulinum, que en determinadas ocasiones puede llegar a ser mortal», explica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) .
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Es relativamente inusual, no se transmite de persona a persona y, generalmente, está causada por la ingesta de alimentos contaminados con la citada bacteria Clostridium botulinum, como conservas de alimentos hechas sin las debidas precauciones y en alimentos inapropiadamente procesados, enlatados o embotellados en casa.
Pero también existen otras formas de contagio, por ejemplo «a través de heridas abiertas, inhalación o como efecto colateral del uso deliberado de la toxina en el tratamiento de enfermedades neuromusculares o en cosmética», señala la Aesan.
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Sintomatología
Las toxinas botulínicas afectan al sistema nervioso. Los síntomas iniciales incluyen fatiga intensa, debilidad y vértigo, seguidos generalmente por visión borrosa, sequedad de boca y dificultad para tragar y hablar. También puede provocar vómitos, diarrea, estreñimiento e inflamación abdominal. La enfermedad puede dar lugar a debilidad en el cuello y los brazos, y afectar posteriormente los músculos respiratorios y los músculos de la parte inferior del cuerpo.
Los síntomas no son provocados por la bacteria, sino por la toxina que ella produce. Por lo general se manifiestan entre 12 y 36 horas después de la ingesta (con un plazo mínimo de cuatro horas y un máximo de ocho días).
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La incidencia del botulismo es baja, pero la tasa de mortalidad es alta si no se realiza un diagnóstico precoz y se dispensa el tratamiento adecuado a la mayor brevedad posible. La enfermedad puede ser mortal en el 5 a 10% de los casos.
Tratamiento
Se dirige principalmente a la asistencia respiratoria para evitar un paro respiratorio. Para ello, se administra la antitoxina botulínica que neutraliza el efecto de la toxina circulante. Además, se aplica una terapia de soporte.
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