Los mosquitos, pican a unos y a otros no, ¿por qué?
Se tiene la creencia de que la dulzura de la sangre atrae a estos molestos insectos, pero nada más lejos de la verdad
Raquel Merino
Domingo, 5 de junio 2016, 00:31
Una escena que, principalmente con la llegada del calor, se repite cada noche. En una casa con varios ocupantes, unos se levantan lleno de picaduras de mosquitos, mientras que otros han dormido a pierna suelta toda la noche. Entonces una pregunta ronda por las cabezas de los más afectados: ¿por qué a mí?
Aunque la creencia popular apunta a la dulzura de la sangre como el principal factor que atrae a los mosquitos, no deja de ser eso, una creencia popular. Otros son los motivos que lleva a estos molestos mosquitos a elegir a sus víctimas.
El olor corporal es uno de ellos. Hay que tener en cuenta que los mosquitos cuentan con 27 receptores del olor. Cuanto más sudor desprenda una persona por la noche, más mosquitos rondarán a su alrededor. Además, varios estudios determinan que prefieren el sudor de uno o más días que el fresco. Pero si algo les atrae es el olor de los pies, sobre todo a los de la familia Anopheles gambiae, a quienes les gusta el olor de un queso llamado Limburguer cheese, ya que una bacteria implicada en su producción se asemeja a otra que se encuentra en las extremidades inferiores.
Por ello se recomienda dejar el baño para antes de acostarse, no hacer ejercicio físico antes de irse a dormir y mantener la habitación lo más fresquita posible para paliar la transpiración corporal. Aunque hay que evitar perfumarse o incluso echarse cremas corporales por la noche porque tienen un gran poder de atracción para estos estos pequeños insectos.
Otros componentes químicos que se encuentran en el cuerpo humano, como son el ácido láctico, el amoníaco y los ácidos carboxílicos, que emitimos al respirar o a través del sudor, también tienen su parte de culpa. Al igual que la cantidad de dióxido de carbono que liberamos al respirar y que aumenta en la edad adulta, durante el embarazo, con el ejercicio físico y en las personas con sobrepeso. Resulta curioso que los mosquitos perciben las emanaciones de dióxido de carbono a una distancia de hasta 50 metros de sus víctimas.
El grupo sanguíneo al que pertenezca la persona también influye. La sangre que más les gusta es la del tipo 0. Le sigue el tipo B y, por último, el A.
Incluso la indumentaria con la que nos vamos a la cama tiene su parte de culpa. Preferible usar la manga larga, pantalones largos y calcetines (aunque claro está que en verano no es lo más apatecible), así como evitar los colores oscuros y brillantes. Según algunos estudios, estos insectos prefieren el negro, seguido del rojo, el gris o el azul.
Cómo evitar las picaduras
Según la OCU, los repelentes con DEET o dietiltoluamida y el IR3535 son los más eficaces. Aplicados sobre la piel interfieren en los receptores olfativos de los insectos, impidiendo que estos se posen para realizar la picadura.
Otros repelentes son de origen vegetal. El más conocido es el aceite procedente de la planta citronella, aunque la OCU señala que, según algunos estudios, su eficacia es baja. Otras plantas que mantienen alejados a estos insectos son la salvia, el eucalipto, el comino, el tomillo y la canela.
En cuanto a los enchufes y las pulseras antimosquitos, su funcionamiento es similar al de los repelentes tópicos, pero tienen que estar situados cerca para que sean eficaces.
En el caso de las pulseras, la OCU apunta a que, independientemente de que estén impregnadas de esencias naturales como citronela, geraniol, lavanda; contengan repelentes químicos como el DEET, o una mezcla de ambos, no funcionan a más de cuatro centímetros del lugar en el que se encuentren situadas, a diferencia de los repelentes tópicos que forman una barrera por toda la piel no cubierta.
Y un remedio tan antiguo como eficaz: las mosquiteras en ventanas y puertas.
Consejos sobre el uso de repelentes
La OCU enumera una serie de precauciones a tener en cuenta en el momento de usar repelentes:
- Leer atentamente la etiqueta y las indicaciones de uso del producto.
- No aplicar repelentes a bebés menores de dos meses.
- Evitar ponerles repelente a los niños en las manos para que no se las lleven a la boca y acaben ingiriéndolo accidentalmente. Del mismo modo, es mejor evitar aplicar el producto directamente sobre la piel de los más pequeños. Es mejor que el adulto se lo eche en la mano y después lo extienda por la piel del niño.
- Mejor no mezclar repelentes con cremas de protección solar, ya que la unión de ambos podría irritar tu piel.
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