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La primera residencia pública para mayores LGTBI del mundo abrirá en Madrid

La primera residencia pública para mayores LGTBI del mundo abrirá en Madrid

Se prevé alojar a 66 residentes, contará con un centro de día para 30 personas y supondrá la creación de unos 40 puestos de trabajo.

Olivia alonso (EFE)

Madrid

Domingo, 12 de agosto 2018, 11:39

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¿Dónde están los mayores LGTB?, se preguntó un educador social en paro que, tras descubrir que estaban aislados y que incluso se planteaban el suicidio al llegar a la dependencia, se empeñó en abrir la primera residencia geriátrica pública LGTB de España, que se hará realidad en Madrid.

«Había que hacer algo para que estas personas pudieran vivir sus últimos momentos lo más dignamente posible», explica a Efe Federico Armenteros, que desde 2010 trabaja al frente de la de «Fundación 26 de diciembre» para poner en marcha este centro especializado en mayores LGTB de España, que, además, será el «primera pública del mundo» porque las residencias geriátricas actuales no están preparadas para la diversidad.

Según sus datos, en España hay 160.000 personas LGTB mayores de 65 años que tienen que terminar su vida «en un espacio de respeto después de que las leyes de Vagos y Maleantes y Peligrosidad Social les hayan machacado».

Finalmente su proyecto verá la luz gracias al edificio que la Comunidad de Madrid (CM) donó a la Fundación el pasado abril en el distrito de Villaverde de la capital, en el que se prevé alojar a 66 residentes. Contará con un centro de día para 30 personas y supondrá la creación de unos 40 puestos de trabajo.

Inmerso en pleno proceso de habilitación del edificio y en lucha contra las trabas burocráticas, Armenteros resalta que, a diferencia de las residencias LGTB que existen en Europa y en América, la de Madrid se «hace con fondos públicos y la gestión la lleva la Fundación», mientras que las extranjeras son privadas o del modelo de covivienda.

Explica que el rechazo de los mayores LGTB a las «residencias tradicionales» se debe a que «no están preparadas para la diversidad porque no nos han educado en ella y en el modelo heteropatriarcal no entran los mayores».

Aunque oficialmente se les permite la entrada, «no se sienten acogidos. Cuando tienen que ir, en contra de su voluntad, lo pasan fatal porque les hacen la vida imposible y se sienten muy atacados».

En este sentido, comenta que hay una transexual en una residencia geriátrica de Madrid a la que «están machacando. La ingresan continuamente en psiquiatría porque coge los extintores y los tira porque no puede más con la situación».

Armenteros responsabiliza de esta situación a los residentes y deja claro que el comportamiento de los trabajadores de los centros es excepcional.

«Los que ahora tienen 80 años no han vivido ni siquiera la libertad del movimiento LGBTB porque no ha existido hasta 2005 con el matrimonio igualitario, que es cuando salimos del Código Penal y entramos en el Civil. Y todo eso a mucha gente no se le ha quitado de la cabeza», incide.

Además, resalta que hay muchos mayores LGTB con graves problemas de salud mental porque «nadie les ha comprendido» y «aún hoy se siguen considerando enfermos y hay que hacer con ellos un trabajo enorme».

Reclama la ayuda del colectivo heterosexual, al que pide que «entienda que el universo es diverso», mientras demanda que el resto de residencias se abran a esa diversidad porque «no damos abasto».

El edificio donado por la CM, una antigua residencia de ancianos vacía desde hace 10 años, «estaba devastado y se habían llevado el cobre de los cables e incluso y vendido las camas».

En la actualidad se espera la licencia de obras del Ayuntamiento de Madrid para poder habilitarlo y se trabaja en perfilar la formula jurídica de acceso a las plazas.

«La Comunidad de Madrid no te puede preguntar si eres gay, lesbiana o qué cuando rellenas la solicitud. Pero tú si puedes decir que eres LGTB y quieres ir a esa residencia», señala, mientras subraya que se trata de un «centro de respeto abierto a todos».

«Muchos ancianos del barrio nos han dicho que quieren venir al Centro de día y les hemos dicho que es LGTB, pero que tienen las puertas abiertas», comenta con una sonrisa que solo se le enturbia al señalar que no podrá ver cumplido su deseo de inaugurarlo el próximo 26 de diciembre.

Ese día se cumplirán 40 años de la modificación de la Ley que dejó de considerar a los homosexuales personas peligrosas.

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