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El Papa se reúne con representantes de las comunidades indígenas del Amazonas en la ciudad peruana de Puerto Maldonado, el pasado mes de enero. AFP
El Papa se 'amazoniza'

El Papa se 'amazoniza'

De las críticas a la destrucción medioambiental a la ordenación sacerdotal de hombres casados: la asamblea de obispos que comienza el domingo está marcada por las luchas dentro y fuera de la Iglesia

DARÍO MENOR

Domingo, 6 de octubre 2019, 00:29

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un lado está Jair Bolsonaro, el presidente brasileño, que utilizó la semana pasada la tribuna de Naciones Unidas para asegurar que la Amazonia «no está siendo devastada ni consumida por el fuego, como dice mentirosamente la prensa». Aprovechó además la Asamblea General de Naciones Unidas para reivindicar la soberanía de su país sobre este territorio, que «no es patrimonio de la humanidad» ni tampoco representa «los pulmones de la Tierra». En el otro extremo se sitúa el Papa, que lleva desde el principio de su pontificado clamando por la protección del medio ambiente, tema al que dedicó su encíclica 'verde', 'Lautado Si', y que el pasado agosto, cuando los incendios en la Amazonia estaban en su punto álgido, pidió una vez más proteger «ese pulmón de selvas vital para nuestro planeta». En medio entre Bolsonaro y Francisco se encuentran los 35 millones de personas, de los que unos tres millones son indígenas, que viven en este paraíso natural que cuenta con una quinta parte de las reservas de agua dulce del mundo y cuya vegetación resulta determinante en la producción de oxígeno.

La Iglesia católica analizará la situación de esta región, cuyo territorio está repartido entre nueve países (Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Guyana, Guyana Francesa y Surinam), en el Sínodo de los Obispos que se celebra en el Vaticano desde este domingo y hasta el 27 de octubre. Será la asamblea sinodal más política y complicada para Jorge Mario Bergoglio, pues a la oposición de Bolsonaro y de parte del poder financiero, harto de sus ataques a los excesos del sistema capitalista, se unen las críticas dentro de la Iglesia. El Sínodo tratará de responder tanto a la crisis medioambiental de la Amazonia, amenazada por la emergencia climática y los intereses económicos, como a la precariedad del catolicismo en la región. Su mayor problema es la escasez de sacerdotes y misioneros, lo que lleva a algunas comunidades a pasarse hasta diez años sin ver a un cura. Para responder a esta situación, el Sínodo estudiará la ordenación sacerdotal en zonas remotas de los llamados 'viri probati', «personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable».

El Sínodo

  • La Asamblea de Obispos Se celebra entre el 6 y el 27 de octubre en el Vaticano bajo el lema: 'Amazonia: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral'.

  • Objetivos Son dos: responder a la amenaza medioambiental que sufre la mayor selva tropical del mundo debido a la emergencia climática y a la presión económica, y conseguir que la Iglesia católica afiance su presencia en la región y responda a las necesidades de los indígenas.

  • Invitados Más de 250 personas participarán en el encuentro. Además de obispos de los nueve países que forman esta región, expertos, auditores y representantes de la Curia romana, hay un grupo de invitados, entre los que destaca el exsecretario general de la ONU, el coreano Ban Ki-Moon, el Premio Nobel de la Paz brasileño Carlos Alfonso Nobre, y el prestigioso académico estadounidense Jeffrey D. Sachs. El presidente colombiano, Iván Duque, manifestó su deseo de participar en la asamblea, pero los organizadores decidieron no invitar a mandatarios.

  • 1.119 indígenas fueron asesinados en Brasil entre 2003 y 2017 por defender sus territorios. A la Iglesia tampoco le faltan mártires caídos por realizar la misma labor, como la religiosa de origen estadounidense Dorothy Stang. Uno de los últimos militantes ambientalistas asesinados fue Maxciel Pereira dos Santos, tiroteado a principios de septiembre en la localidad de la Amazonia brasileña de Tabatinga delante de su mujer y de su hija por su defensa de los indígenas.

Esa polémica puerta abierta el pasado junio por el 'Instrumentum laboris', el documento de trabajo de la asamblea sinodal, amenaza para algunos el celibato sacerdotal. Aunque ya existen curas católicos casados (los de rito oriental y los que provienen de la Iglesia anglicana), la cuestión de los 'viri probati' ha movilizado al sector eclesial contrario a Francisco.

Los cardenales Walter Brandmüller y Raymond Burke han escrito sendas cartas a los otros miembros del Colegio Cardenalicio advirtiéndoles sobre el peligro que puede suponer el Sínodo, pues toca pilares doctrinales como el celibato que van más allá de la situación de una región determinada. Brandmüller advirtió sobre la toma de posibles «decisiones heréticas» en la asamblea sinodal, mientras que Burke señaló que el 'Instrumentum laboris' «presagia una apostasía de la fe católica».

Estos dos purpurados son conocidos por su animadversión hacia Francisco. Ambos estaban entre los firmantes de los 'dubia', el documento que planteaba dudas sobre las implicaciones doctrinales acerca de 'Amoris Laetitia', el texto magisterial con el que Bergoglio permitió que, en algunos supuestos, los divorciados vueltos a casar pudieran ser readmitidos a los sacramentos.

El otro melón que se abrirá en el Sínodo y que tampoco gusta a los ultraconservadores es el del diaconado femenino. Aunque el documento de trabajo de la asamblea no utiliza ese término, sí que aboga por identificar «el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeña en la Iglesia amazónica». David Romero, misionero jesuita estadounidense que lleva décadas viviendo en Brasil, destaca la «notable» presencia femenina en las comunidades católicas amazónicas. «Muchas veces son profesoras en las escuelas, son personas de liderazgo, con muchos talentos y capacidades, pero no están bien reconocidas por la Iglesia. El Sínodo debe ser un momento para considerar el papel de la mujer como líder en las comunidades eclesiales», confía este veterano misionero.

Una mujer pasa junto a una zona de la Amazonia brasileña quemada por agricultores para ampliar sus cultivos.
Una mujer pasa junto a una zona de la Amazonia brasileña quemada por agricultores para ampliar sus cultivos. Reuters

Un pulso interno

Para Nicolas Senèze, corresponsal vaticano del diario católico galo 'La Croix' y autor del libro 'Comment l'Amérique veut changer de pape' (Cómo América quiere cambiar de Papa, recién publicado en francés por Bayard), el Sínodo será el próximo campo de batalla que los detractores de Francisco utilizarán para atacarle. En su opinión, las críticas tanto de dentro como de fuera de la Iglesia que el Papa está recibiendo por afrontar la cuestión amazónica están relacionadas. «Sus posiciones sobre la economía y la ecología dan miedo a algunos laicos estadounidenses. Les resulta difícil hacerle la guerra en ese terreno, así que optan por hacérsela acerca de sus posiciones eclesiales, como la ordenación de 'viri probati'», advierte Senèze. Para el analista galo, esta lucha refleja cuál es hoy el verdadero pulso que se vive dentro de la Iglesia. «Francisco no quiere cambiar la doctrina, pero sí la relación de la Iglesia con el mundo para adoptar el Concilio Vaticano II. La oposición finalmente no está ya entre conservadores y progresistas, sino entre reformistas y rigoristas».

Las monjas que están sobre el terreno, como las brasileñas Balmi Bon y Ana Maria Da Silva, religiosas de las Hermanas de la Divina Providencia y de las Hermanas de la Caridad de Montreal, respectivamente, están encantadas de que la Iglesia universal vaya a debatir durante 20 días sobre su tierra, aunque tienen bien claro que dentro y fuera del aula sinodal se vivirá «una lucha». Bolsonaro, que incluso movilizó a los servicios secretos para que espiaran a los participantes en el Sínodo, «intentará controlar» lo que pase en Roma, asegura Bon, que dice estar «preocupada» porque el Gobierno brasileño «está intentando vender la Amazonia». A su lado, Da Silva destaca la «doble lucha» que genera la asamblea de obispos y pide «unir fuerzas contra cualquier tipo de injusticia» en la región, ya sea dentro o fuera de la Iglesia.

España, una potencia en el consejo cardenalicio, con 2 nuevos purpurados

Al Papa Francisco se le acumulan las celebraciones esta semana. Si el domingo por la mañana oficiará la misa de apertura del Sínodo sobre la Amazonia, el sábado por la tarde presidirá el consistorio en el que serán creados trece nuevos cardenales, diez de los cuales tienen menos de 80 años y, por tanto, podrían participar en un cónclave para elegir a un nuevo obispo de Roma. Entre esa decena de purpurados 'electores' hay dos españoles: el comboniano sevillano Miguel Ángel Ayuso, presidente desde el pasado mayo del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y uno de los mayores expertos en el islam con que cuenta la Iglesia católica; y el salesiano almeriense Cristóbal López, arzobispo de Rabat, que acogió a Jorge Mario Bergoglio durante su visita a Marruecos el pasado mes de marzo. Gracias a Ayuso y a López, España se convierte en una potencia del Colegio Cardenalicio con ocho purpurados con derecho a voto en un cónclave. Aunque Francisco sigue resistiéndose a visitar nuestro país, siempre ha habido un neocardenal español en los cinco consistorios que ha oficiado desde el inicio de su pontificado. No será una excepción el sexto, que se celebra este sábado y con el que el Colegio Cardenalicio pasará a contar con 227 miembros.

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