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La Policía Nacional muestra la campana sevillana recuperada en Holanda. :: José Manuel PedrosA. efe
El misterio de los tañidos robados

El misterio de los tañidos robados

La Policía recupera en Holanda una campana de Sevilla que se extravió camino de un taller de restauración alemán este verano

CECILIA CUERDO

Martes, 11 de septiembre 2018, 00:05

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El periplo de la campana de la iglesia de Guadalcanal (Sevilla) haría las delicias de cualquier detective, sobre todo sabiendo que tiene un final feliz. Una pieza antigua que sale de su parroquia con destino a un taller de restauración en Jaén, que decide mandarlo a Alemania a uno aún más especializado y que desaparece de repente.

Al poco tiempo el taller de Jaén recibe la caja que supuestamente contenía la campana reparada, pero sin nada en su interior. Por suerte, la pieza ha sido recuperada en Holanda gracias a la cooperación de varios países. Ahora la campana volverá a Alemania para poder ser, ahora sí, reparada.

La Policía Nacional de Jaén explicó ayer que están trabajando con Europol para aclarar si «se ha tratado de un extravío o de una sustracción», aunque la principal hipótesis es que alguna de las personas que participó o tomó parte en el trayecto de la campana sabía que se trataba de una pieza de enorme valor que podía funcionar muy bien en el mercado negro. Por eso, continúan las investigaciones para localizar a la persona que haya podido participar en el frustrado robo.

La campana se fabricó a finales del siglo XVII para el Convento de la Concepción, en Guadalcanal, aunque posteriormente pasó a formar parte del campanario de la Iglesia Parroquial de Santa María, su actual ubicación. Las obras de restauración que se acometieron en la torre permitieron comprobar que cuatro de las campanas estaban dañadas, por lo que se decidió enviarlas al taller de Campanas y Relojes Rosas, ubicado en Torredonjimeno (Jaén) y una de las pocas empresas que quedan en España dedicada a la restauración de estos elementos.

Era el primer viaje que realizaban en 350 años. El taller analizó las piezas y determinó que podían reparar tres de ellas, pero que los daños que sufría la cuarta eran de mayor entidad, por lo que requería enviarla al único especialista del mundo capaz de repararla sin que perdiera sus cualidades y siguiera cumpliendo su función de llamar a misa y al rezo. Lo que se sabe a ciencia cierta es que la campana salió de Jaén el pasado 31 de julio. Y que, a finales de agosto, a la empresa de Torredonjimeno llegó un embalaje con lo que creían la campana reparada. «Sin embargo, reciben un paquete totalmente vacío, una caja de cartón con una serie de tablas imitando a lo que es la campana».

Los agentes han podido reconstruir que la pieza pasó por Barcelona, y de allí partió hacia Bélgica. Aquí es donde las pesquisas se enredan. Según explicó un portavoz policial, es en este país donde surge «una laguna» y se le pierde la pista, dado que la empresa encargada de trasladarla a Alemania dice desconocer su paradero. Finalmente, consiguieron localizar la campana en un almacén de Holanda destinado a albergar mercancías u objetos que no pueden ser entregados. Tras ser recuperada, la campana ha sido devuelta al párroco de Guadalcanal, Genaro Escudero, quien ayer rememoraba la preocupación de estos días ante el extravío, «no solo por el valor artístico, ni siquiera por el económico, sino sobre todo porque es patrimonio sentimental del pueblo».

Según indicó, la pieza tiene daños «muy serios» como consecuencia de haber utilizado «un badajo que no era el apropiado». Pero pese al susto, el cura y la empresa de Jaén cierran ahora los detalles para enviar de nuevo la campana al taller alemán al que nunca llegó.

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