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«¡Pero si es El Kanka!»

«¡Pero si es El Kanka!»

El cantautor acepta la propuesta de SUR de convertirse en músico callejero en Alcazabilla antes de afrontar su gira más ambiciosa. Esto es lo que sucede

REGINA SOTORRÍO

Jueves, 16 de mayo 2019, 00:10

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málaga. Una pareja se detiene en seco en la calle Alcazabilla. Él saca el móvil y busca rápidamente en imágenes de Google. «¡Que sí, mira, es El Kanka!», le exclama a ella. Son de Granada, están pasando unos días de vacaciones en Málaga y se acaban de topar con el cantautor malagueño actuando con su guitarra en el centro de la ciudad. «Estoy en shock», asegura la chica. «Me tiemblan las manos», se le escucha decir a otra con el móvil enfocando al escenario improvisado, frente a la Alcazaba. Antes de emprender su gira más ambiciosa por España y Latinoamérica, El Kanka acepta la propuesta de SUR de ser músico callejero por unos minutos. Y esto es lo que sucede.

Unos se hacen un selfie con el artista de fondo, hay quien realiza una videoconferencia con su chica para demostrarle que «¡El Kanka está aquí!» y la inmensa mayoría graba con su móvil al malagueño mientras entona 'Andalucía', 'Volar', 'Confieso', 'Me gusta', 'Por tu olor', 'Canela en rama', 'Sí que puedes', 'Guapos y guapas' y su himno 'Lo mal que estoy y lo poco que me quejo', coreado por buena parte de la calle. Hasta se lanzó con una versión de 'Enamorado de la moda juvenil' de Radio Futura. Estaba disfrutando de la experiencia, se le notaba. «Hacía mucho tiempo que no tocaba en la calle, y nunca lo había hecho cuando ya me conocen las personas. Ha sido muy divertido», confirma al despedirse. La propuesta era hacer tres o cuatro canciones, pero él acabaría dando unos cuarenta minutos de recital callejero frente a un corrillo de gente que, tema a tema, crecía.

  • ·Vídeo de la actuación en la calle en www sur.es

«Esto es suerte», afirma Ricardo Presotto sentado en el suelo de Alcazabilla mientras escucha al cantautor. Italiano residente en Barcelona, está de paso en Málaga: «Y él es el único cantante español que conozco», asegura aún incrédulo con el encuentro. Detrás, Ángel Rodríguez sigue el concierto subido a su bicicleta. Volvía del trabajo a casa. «Y me he cruzado con esto. No puede ser verdad, ¡pero si es El Kanka!», añade sorprendido.

«¡Qué bien lo hace! Se parece mucho al Kanka». Eso pensó Apolo Rodríguez mientras hacía 'running' por la subida a Gibralfaro. «Me he acercado para ver si era... y es surrealista. Está aquí», cuenta aún con la cara enrojecida por la carrera. «Encontrarte algo así que dé tan buen rollo se agradece mucho. Te alegra la semana», asegura Virginia Pino, que no ha dejado de tararear ninguna de sus canciones durante todo el recital. Eso es lo que le llamó la atención a Paloma Rodríguez. «Me he parado porque me estaba gustando mucho lo que cantaba, y he visto que la gente se sabía sus canciones», explica. Preguntó quién era e inmediatamente le buscó en Internet: «Ahora le voy a seguir, hasta he visto que tiene un concierto en Málaga el 12 de octubre».

El de Málaga será uno de muchos. El Kanka hace honor al título de su último álbum, 'El arte de saltar', y pega un brinco a los grandes escenarios del país. Quien hace seis años soñaba con reunir a cien personas en una sala, ahora aspira a llenar el 12 de octubre el Auditorio Municipal de Málaga (entradas a la venta en su página web), con capacidad para 12.000 personas, y hasta el Wizink Center de Madrid, con 15.000 de aforo, donde terminará la gira el 1 de febrero de 2020.

'Donde caben 2 caben 3' llevará al cantautor del buen rollo por unas 16 ciudades españolas; pero antes le esperan al otro lado del charco. El 1 de junio, El Kanka vuelve por sexta vez a Latinoamérica y lo hace con su tour más extenso: seis países en un mes.

El Kanka ha traspasado la barrera, ya juega en otra liga. Incluso le versionan en 'Operación Triunfo' (gracias a Amaia), y eso siempre eleva el índice de popularidad. Pero si se tercia tocar en la calle, lo hace con ganas, con su eterna sonrisa y solo con una guitarra. No necesita más para revolucionar la calle Alcazabilla. «Una experiencia para repetir, se podría hacer más», deja caer.

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