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La historia de Petra: la perra de caza que Dana Cervantes salvó de morir abandonada

La historia de Petra: la perra de caza que Dana Cervantes salvó de morir abandonada

La expertiguista olímpica malagueña decide contar cómo evitó que su mascota acabara desnutrida y deshidratada en un mes negro para estos canes por el fin de la temporada de cacería

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Miércoles, 6 de febrero 2019

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Ocurrió un mes de febrero. Una hoja del calendario teñida de negro para tantos perros de caza. Y ese día le tocó a ella. A Petra. Corría el año 2009. Era una tarde cualquiera de entrenamiento por un carril de tierra perdido entre un conjunto de fincas diseminadas en Alhaurín de la Torre. Pasaba por allí y su estado la alarmó. Allí, atada a un muro en una posición en la que ni siquiera podía ponerse de pie, estaba ella. Un braco marrón de mirada triste. Sin agua y sin comida. Tras aquella estampa -difícil de digerir- Dana Cervantes intentó seguir la carrera pero tal fue lo que le removió por dentro que al día siguiente volvió. Todo seguía igual. Aquella perra estaba desnutrida y con signos de deshidratación. Imposible permanecer impasible. Entonces la expertiguista olímpica malagueña, nueve veces campeona de España, decidió hablar con su dueño con la intención de llevársela a casa. «Por algún motivo, ella no servía para cazar. Había tenido varias camadas, probablemente hicieron negocio con sus camadas vendiéndolas a otros cazadores de la zona y ya no servía tampoco para criar. Estaba en manos de alguien que la había utilizado como mero instrumento y con apenas tres años de edad, su destino era esperar la muerte encadenada a una pared», explica en un post subido a su cuenta de Instagram.

Dana no es de airear mucho su vida personal en redes sociales. Pero el pasado lunes el calendario le hizo saltar como un resorte. Y sintió que tocaba dar a conocer su historia. Ser altavoz de esta lacra para poner su granito de arena. «Febrero es un mes negro. Comienza la pesadilla de miles de galgos y otras razas que cada año son abandonados o ahorcados al terminar la temporada de caza», recuerda. «Petra es el ejemplo del uso que se da a muchos perros estos días. Son muchos los que por desgracia sufren en este mes negro: los que más, galgos y podencos. Y los que sobreviven a él, no están exentos de acabar abandonados como miles de animales en este país cada año», añade. Basta un dato: según un informe publicado por la Fundación Affinity el fin de la actividad cinegética es el motivo de un 12% de los abandonos tan solo detrás de las camadas no deseadas.

Imagenes de Dana con su mascota. Abajo a la derecha, Petra junto a una foto en la que muestra el estado de desnutrición en la que se la encontró la deportista olímpica.
Imagen principal - Imagenes de Dana con su mascota. Abajo a la derecha, Petra junto a una foto en la que muestra el estado de desnutrición en la que se la encontró la deportista olímpica.
Imagen secundaria 1 - Imagenes de Dana con su mascota. Abajo a la derecha, Petra junto a una foto en la que muestra el estado de desnutrición en la que se la encontró la deportista olímpica.
Imagen secundaria 2 - Imagenes de Dana con su mascota. Abajo a la derecha, Petra junto a una foto en la que muestra el estado de desnutrición en la que se la encontró la deportista olímpica.

Ante esta cruda estadística el post de la expertiguista es una «llamada a la sensibilidad y a la responsabilidad». «Porque los perros no son instrumentos. Sufren y padecen y hace falta que se visualice más su situación y se aborden medidas. No podemos mirar a otro lado», defiende en conversación telefónica con SUR.

Por suerte, Petra cayó en sus manos. «En pésimas condiciones». La adopción, pues, no fue nada fácil. «Tardó mucho en poder caminar erguida porque había estado mucho tiempo atada agachada. Estaba llena de bichos y parásitos y estuvo semanas en tratamiento hasta que pude llevarla a casa», detalla. La desnutrición tuvo cura a corto plazo. Pero los traumas no. «Psicológicamente estaba muy afectada. Al intentar acariciarla temblaba de pánico. Cada vez que oía un ruido se estremecía. Fue muy duro», apostilla Cervantes al tiempo que afirma orgullosa que su mascota es «una superviviente».

Una de las muchas que logra salir adelante gracias al esfuerzo de personas anónimas, «de protectoras (aquí tenemos el enorme trabajo de la de Málaga), el compromiso de diversas asociaciones en defensa de los animales, o proyectos como el que lidera Dani Rovira y su Fundación Ochotumbao que permiten que muchos de estos perros pueden tener una segunda oportunidad», asevera. A su juicio, sin embargo, no es suficiente: «Hace falta una legislación real y urgente al respecto. Tal y como hace ella en la foto -la que ilustra este reportaje-, podríamos comenzar por mirar de frente esta situación y no desviar la mirada hacia otro lado», concluye.

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