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La mecha de la ira o la frustración puede prender rápido. De la calma al caos emocional más absoluto en cuestión de minutos. Y ojo: puede pasar en el momento más inoportuno para los sufridos padres: en el parque con los compañeros de clase, en la sección de bollería del supermercado o en mitad de un restaurante, repleto de comensales, por el antojo de un postre que no queremos concederle. Las temidas rabietas infantiles, aunque forman parte del desarrollo emocional de los pequeños de la casa, suelen poner en jaque a diario a los progenitores, educadores o abuelos. ¿Qué hacer si el niño o niña rompe a llorar desconsoladamente?
En opinión de Álvaro Bilbao, neuropsicólogo especialista en el funcionamiento del cerebro, -también padre de tres hijos y autor de varios libros de referencia entre ellos el popular 'El cerebro del niño explicado a los padres'-, en el momento del llanto, de entrada, debemos olvidarnos del manido «Deja de llorar». De hecho, el especialista propone seis frases geniales (y efectivas) para calmar al pequeño y favorecer que cesen las lágrimas y el pequeño encuentre la calma. Nada de avergonzarlo o chantajearlo: hay que «enseñarles que tienen que dejar salir el dolor para poder llenarse de tu amor», especifica Bilbao en uno de sus últimas entradas de Instagram donde cuenta con más de 2,2 millones de seguidores. Toma nota de esas seis frases que puedes usar en estos casos en lugar del típico 'deja de llorar, por favor':
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La primera que propone Álvaro Bilbao es tan sencilla como práctica y reconfortante para el menor. «Decir te entiendo o describir lo que imaginamos que el niño tiene que estar sintiendo es mágico», dice. «La empatía disminuye la actividad de la amígdala; la estructura del cerebro que se activa cuando lloramos».
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La siguiente frase hace hincapié en que no pasa nada por llorar y así de claro debemos transmitírselo con una frase sencilla y directa: «llorar está bien». Al decírselo, el pequeño se librará de la vergüenza, culpabilidad o miedo que pueda llegar a sentir. Le ayudará a que sea más sencillo sentirse vulnerable y expresar su dolor cuando tenga que hacerlo.
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Asegura el especialista que nuestro hijo debe vaciarse en este momento de pataleta o de crisis emocional que le desborda. Es vital que entienda «que es importante dejar salir todo el dolor antes de poder llenarse de tu amor», especifica Bilbao.
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Aunque los padres y madres tiendan a querer zanjar el llanto (y la situación) cuanto antes, lo cierto es que en muchas ocasiones el crío necesita más tiempo del que nos gustaría. Decirles «Tómate tu tiempo», les ayudará a entender «que sólo es cuestión de tiempo que vuelvan a sentirse tranquilos (y que tú (como padre o madre) estás dispuesto a dárselo».
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En lugar de darle de lado a la pataleta es preferible optar por acompañarlo en esta difícil situación. «En los momentos de máximo dolor no hay nada que ayude más que saber que hay alguien que permanece a nuestro lado para ayudarnos a regularnos cuando estemos preparados», explica Bilbao.
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La última frase también es de las más importantes. Pese al llanto y la pataleta sufrida, decirle un «te quiero» le ayudará, y muchoa: «Le dará mucha seguridad comprender que sus padres son fuertes y pueden soportar su dolor», concluye el especialista.
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