Educar en valores y motivar, los principales retos de la educación en el cambiante escenario actual
El encuentro tuvo lugar el pasado martes en Diario SUR y contó con la participación de Elvira Báez, directora Educativa de Novaschool Añoreta; Miguel Ángel Garrán, director adjunto para Europa de ISP; Alex Mitchell, socio-fundador de Phoenix College Málaga; Raúl Rico, director técnico de The British School of Málaga; y Mercedes Colmenar, jefa de admisiones de Laude San Pedro
Jueves, 5 de marzo 2020, 08:45
Nuevas metodologías, contenidos que persiguen mejorar la comunicación social de los alumnos o la imparable transformación digital.
Estas son algunas de las realidades que han ... cambiado la educación en España en los últimos años, dando lugar a lo que para muchos es ya una revolución educativa imparable que apuesta por la calidad y la eficacia.
Los nuevos alumnos, pertenecientes a las llamadas 'Generación Z' y 'Generación T', son nativos digitales y han desarrollado nuevos rasgos cognitivos, sociales y de valores que influyen directamente sobre su estilo de vida, relaciones sociales, forma de divertirse, consumir y aprender. Un reto para los docentes, las familias y la sociedad en su conjunto.
Para tratar esta y otras cuestiones de interés Diario SUR organizó el pasado martes una mesa técnica de educación que contó con la participación de Elvira Báez, directora Educativa de Novaschool Añoreta; Miguel Ángel Garrán, director adjunto para Europa de International Schools Partnership (ISP); Alex Mitchell, socio-fundador de Phoenix College Málaga; Raúl Rico, director técnico de The British School of Málaga; y Mercedes Colmenar, jefa de admisiones de Laude San Pedro. Un encuentro moderado por la periodista Carmen Alcaraz que tuvo lugar en las instalaciones del periódico.
Como punto de partida, los expertos analizaron los principales rasgos que caracterizan a los alumnos actuales. «El aspecto más distintivo es que no hay grupo igual, no hay curso igual y no hay alumno igual que otro en un mismo curso. Esto implica para los docentes que año tras año hay que reinventarse, prácticamente, porque los alumnos son completamente diferentes», explicó Elvira Báez.
«El alumnado tiene mucha más información y sabe utilizarla. Antes los colegios eran un 'portal' al futuro, y ahora la relación es mucho más fluida. Además, son más abiertos a estudiar fuera y toman las riendas de su futuro académico, en muchos casos», apuntó Alex Mitchell.
«Lo que va a definir al alumno actual en el futuro inmediato es la necesidad de aprender de por vida. La sociedad vive un momento de incertidumbre, en el que todos nos estamos preparando para nuevos retos y cambios presentes y futuros. Ya pasó aquella época en la que uno aprendía un trabajo y podía desarrollar esa actividad laboral o académica para toda la vida. Hoy los alumnos se tienen que enfrentar a cambios sociales y tecnológicos cada vez más singulares y en menos espacio de tiempo. Por tanto, lo importante es que ellos sepan que el aprendizaje no termina con su vida escolar ni universitaria, sino que van a tener que ser alumnos siempre», expuso Miguel Ángel Garrán.
Raúl Rico coincidió en este punto. «Los alumnos de hoy tienen que 'aprender a aprender'. No se trata solo de una preparación académica de cara a unos exámenes, sino que en este mundo tan cambiante y esta sociedad que nos propone nuevos retos, los alumnos deben tener esa capacidad de aprendizaje constante».
Por su parte Mercedes Colmenar puso el foco en los requerimientos de las familias de estos estudiantes. «Las familias van buscando esa educación del siglo XXI. El dinamismo que ha aportado a este siglo la sociedad de la información, y quieren que estén preparados para esto, para viajar, vivir en el extranjero o adaptarse a los retos que les traiga el futuro. En definitiva, que sus hijos tengan las oportunidades de desarrollarse en este mundo tan cambiante».
«Efectivamente, los padres no solo buscan un currículo oficial con unas asignaturas marcadas, sino que seamos capaces de darle una formación mucho más transversal y holística, ofreciéndoles habilidades como la adaptación al cambio, la creatividad, que sepan lo que quieren y, en un momento como el actual en el que tienen todo a golpe de clic, que sean reflexivos», quiso aportar Báez.
«Los padres también están más informados y abiertos a hacer preguntas sobre qué es lo que ofrecemos más allá del currículo. En el caso de Phoenix College, que somos un centro especializado en Sixth Form con alumnos de 16 y 17 años, por ejemplo, incluimos dentro de su horario formativo actividades que les formen también como personas. De este modo, muchos de nuestros estudiantes colaboran con organizaciones como Cruz Roja, o acuden a colegios de la zona para ayudar a los más pequeños con el inglés o las técnicas de estudio», expresó Mitchell.
«La educación vive un momento apasionante. Se viene hablando de la robotización de los trabajos mecánicos, que van a reemplazar a las personas en ciertas tareas, por lo que hay que incidir en la creatividad, que es una herramienta inherente al ser humano y va a hacer que los alumnos se distingan; el pensamiento crítico; y, por supuesto, la educación en valores. Deben salir de la escuela bien forjados en unos principios éticos, morales y de respeto al medio ambiente que les acompañen durante toda la vida», aportó Garrán.
«Este este punto debo decir que yo echo de menos en los currículos materias o tiempo para educación tanto en valores como en inteligencia y capacidades emocionales. Se trata de chicos y chicas que están pasando desde muy jóvenes por unas etapas de cambios de todos tipos y muchas veces no saben expresar el carrusel emocional por el que pasan. Ellos acuden a la familia o los amigos, pero pienso que la escuela en muchos casos está desprovista de herramientas para canalizar esos valores emocionales que son fundamentales para que el alumno se desarrolle como persona y vaya progresando tanto académicamente como en otros muchos planos», matizó el director técnico de The British School of Málaga.
Respecto al uso y los peligros de la tecnología, los participantes expusieron la importancia de convertirla en «aliada de los colegios» y enseñar a los jóvenes a ser muy selectivos con la información que consumen y la gestión que hacen tanto de esto como de las redes sociales. «Estas nuevas tecnologías no son nuevas para ellos, lo son para nosotros. La tecnología no es el enemigo, pero hay que enseñarles a usarlas con responsabilidad. Y eso es misión de las familias y los centros educativos», recordó Mitchell.
«Nuestro desafío como docentes es conocer lo que cada alumno necesita y ser capaz de motivarlos para extraer y potenciar su talento»
Elvira Báez
«Hay que poner al alumno en el centro de todas las decisiones que se tomen en torno al aprendizaje y la educación»
Miguel Ángel Garrán
«Las nuevas tecnologías no son nuevas para ellos, sino para nosotros. La tecnología no es el enemigo, pero hay que enseñarles a usarlas con responsabilidad»
Alex mitchell
«Los alumnos de hoy tienen que 'aprender a aprender', tener esa capacidad de aprendizaje constante»
raúl rico
«Los estudiantes no tienen fronteras y eso es una maravilla. Y eso es un cambio no solo en el alumnado, sino en la sociedad española en su conjunto»
MERCEDES COLMENAR
Los retos de la comunidad educativa
A lo lago del encuentro los participantes aludieron en diferentes ocasiones a los retos que suponen para los docentes este nuevo alumnado y sus circunstancias. Una situación que les obligan a adaptarse y evolucionar con ellos sin perder la perspectiva.
«En mi opinión la clave está sin duda en la formación del profesorado. Esto es lo que nos va a dar las herramientas y la seguridad para enfrentarnos a estos cambios constantes», expuso la directora de Novaschool Añoreta.
«Además de las innovaciones tecnológicas, hay un aspecto multicultural muy importante que también supone un reto para los docentes. Nosotros en Laude San Pedro, por ejemplo, tenemos alumnos de 54 nacionalidades. Esto implica que no solo los niños tienen que aprender a convivir entre ellos, también los profesores tienen que aprender a conocer la tradición de estos alumnos, para comprenderlos y poder ayudarlos», añadió Colmenar.
«También nos encontramos con un nuevo escenario, y es que nuestro papel en el aula está cambiando. En los colegios tradicionales el profesor está el 90% del tiempo poniendo su cerebro en funcionamiento y ofreciendo su esfuerzo y dedicación. Sin embargo, en los colegios de ISP intentamos darle la vuelta a esto y que sean los estudiantes los que tengan su cerebro ocupado y trabajando, con la vigilancia, asesoramiento y motivación de los profesores. Se trata de darle la vuelta al concepto: de la enseñanza al aprendizaje», quiso aportar Garrán.
En este punto los docentes relataron la necesidad de implementar las nuevas metodologías que existen, desde el aprendizaje por proyectos, el trabajo colaborativo, el fomento del emprendimiento o el conocimiento experiencial, entre muchas otras.
Otro aspecto del debate fue la importancia de los idiomas «que les abre mucho la mente» y la movilidad internacional. «Los estudiantes no tienen fronteras y eso es una maravilla. Y eso es un cambio no solo en el alumnado, sino en la sociedad española en su conjunto. Los padres no tienen esa barrera mental de 'te vas al extranjero' como algo negativo, sino que lo incentivan. Pero para eso, obviamente, hay que dominar el idioma, y esto es una de las ventajas que ofrecen los colegios internacionales como el nuestro», expuso en este aspecto Colmenar. Asimismo, todos coincidieron en la necesidad de incorporar estos idiomas adicionales desde las edades más tempranas para naturalizarlos y contribuir de este modo al desarrollo de otros muchos aspectos.
En el tramo final del encuentro los participantes expusieron los retos a los que se enfrenta la educación en los próximos años.
«Nuestro principal desafío como docentes es conocer lo que cada alumno necesita y ser capaz de ser esos motivadores positivos necesarios para extraer y potenciar su talento desde pequeños», expresó Elvira Báez.
«Yo creo que lo fundamental es inculcarles ese concepto de 'aprender a aprender' para que sean capaces de adaptarse a un mundo cambiante y además ser el acompañamiento de la familia en esta nueva dinámica social que fomenta cada vez más la salida al exterior y trabajar en la autoconfianza desde las edades más tempranas», expuso Rico.
«Se trata de darles las herramientas para que estén preparados para el incógnito. Tener los pies en el suelo y conocer la realidad de lo que afrontan para que nada los limite», añadió Mitchell.
Asimismo, la jefa de admisiones de Laude San Pedro apuntó: «También es necesario ayudarles a asombrarse a sí mismos y que esto sea su motor para seguir aprendiendo en el futuro. Y que esto se lleve a cabo de manera coordinada por toda la comunidad».
«En cualquier caso, hay que poner al alumno en el centro de todas las decisiones que se tomen en torno al aprendizaje y la educación. El alumno tiene que ser responsable de su propio aprendizaje y esto se consigue, como ha apuntado mi compañera, con emoción, motivación y asombro», resumió el director de ISP.
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