Adaptación, creatividad y compromiso, claves para un curso diferente marcado por el COVID

Hace ya más de seis meses que el modo de vida que conocíamos se vio alterado radicalmente a causa de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19. Tras este tiempo combatiendo los estragos de la pandemia desde todos los flancos, con confinamientos, restricciones y muchas otras medidas de prevención, hemos entendido la magnitud del problema y la necesidad, a la espera de otra solución, de aprender a convivir con éxito. Es por ello que desde las administraciones y los colegios se ha optado por la vuelta a las aulas. Un regreso con numerosos protocolos de seguridad, pero respaldado de manera unánime en la necesidad de la presencialidad en la formación de los alumnos.

Para analizar esta situación y tratar otras cuestiones de interés Diario SUR organizó el pasado jueves una mesa técnica virtual de educación moderada por la periodista Carmen Alcaraz. El encuentro contó con la participación de Melissa Butler, fundadora de The American College in Spain; Lucie Whiddon, directora educativa de Novaschool Benalmádena; Natasha Kremer, jefa de estudios de The British School of Málaga; Katie Bertrán de Lis Jones, directora de The Ark Christian School; y Mercedes Colmenar, jefa de admisiones de Laude San Pedro International College.

La sesión dio comienzo con una valoración general sobre la situación actual en los diferentes centros, desde cómo habían encarado el difícil reto de la vuelta, a las impresiones de estas primeras semanas.

«Ha sido complicado porque hemos estado hasta el último minuto sin saber seguro cómo se iba a proceder. Aun así hemos trabajado para que todo estuviera dispuesto y los alumnos pudieran formarse con seguridad en cualquier escenario», explicó Melissa Butler. La fundadora señaló también que, al tratarse de un centro bastante exclusivo con clases reducidas, han podido implementar todas las medidas con seguridad con eficacia y gracias «al compromiso de toda la comunidad educativa».

Por su parte, Lucie Whiddon destacó que desde los centros Novaschool no se planteaban otro escenario que no fuera presencial. «Por eso hemos trabajado intensamente estos meses para volver con seguridad. Además, el confinamiento nos ha enseñado a tener otras opciones preparadas por si hay cuarentenas puntuales de grupos o aulas».

Sobre este aprendizaje incidió también Mercedes Colmenar, incluyendo en él a toda la comunidad educativa. La directora de admisiones también puso en valor el apoyo de los equipos docentes. «Nuestro centro pertenece al grupo International Schools Partnership (ISP), lo que nos ha permitido conocer la realidad y aprender de la experiencia de otros centros en diferentes lugares del mundo para poder dar el salto al online de manera más rápida y eficaz».

Por su parte, Natasha Kremer quiso apuntar que, además de la formación en nuevos protocolos y medidas de seguridad, los preparativos de The British School of Málaga han incluido «la formación en el bienestar de los alumnos, tanto físico como emocional, porque para nosotros lo más importante es que ellos estudien felices y disfruten de su aprendizaje tanto como nosotros disfrutamos enseñándoles».

En cuanto a cómo han vivido este proceso, Katie Bertrán recordó que, como colegio cristiano, para ellos «la fe ha sido un pilar fundamental». «Nos ha ayudado a superar con éxito los cambios, implementar las medidas, arreglar las aulas y concienciarnos de la nueva realidad». En este punto la directora convino con Whiddon sobre la necesidad de volver a los centros. «Los padres me preguntaban si pensaba que volveríamos, y yo les contestaba con seguridad que sí. Teníamos fe en volver. Sabíamos que iban a ser necesarios cambios, pero estábamos convencidos de que los íbamos a superar. Todos necesitábamos relacionarnos en persona y los chicos lo estaban deseando. Sabemos que la tecnología es el futuro, no hay nada como encontrarte de nuevo con tu amiguita de clase o tu compañero de instituto y volver a estar cara a cara, con mascarilla y todos los protocolos, pero viéndonos».

Asimismo, todas las participantes coincidieron en el papel fundamental que están jugando los alumnos y sus familias en el correcto devenir de la situación gracias a su implicación, madurez y concienciación. Algo que las docentes han calificado de «motivo de orgullo». Del mismo modo, las responsables coincidieron en resaltar el compromiso de toda la comunidad educativa, desde los compañeros hasta el personal de administración o limpieza.

También valoraron positivamente el apoyo de los centros de salud y las administraciones pertinentes, con las que han podido mantener un flujo informativo constante, muy necesario en estos momentos.

Un curso complejo y lleno de retos

A lo largo del encuentro, las responsables analizaron diferentes puntos de la situación actual, enfocándose especialmente en el reto que deben asumir como docentes y como parte de la sociedad. «El principal reto para todos nosotros es que el alumnado siga aprendiendo en un entorno de seguridad y de felicidad. Obviamente en estos momentos es fundamental que puedan estar tranquilos en cuanto a su bienestar, que la pandemia no les haga perder nada de su aprendizaje en cada una de las etapas educativas», resumió Mercedes Colmenar.

Los centros participantes, a la vanguardia de la formación, ya contaban en su currículo académico con la tecnología como colaborador, por lo que la adaptación tanto en el confinamiento como en el nuevo curso, según afirman, ha sido eficiente en todos los casos. Además, como han apuntado, siguen apoyándose en los recursos digitales para poder desarrollar su labor pese a las dificultades. Ejemplo de ello es The American College in Spain, donde han instalado pantallas en las aulas para retransmitir las clases en streaming para aquellos alumnos internacionales que, por restricción aérea de sus países o retrasos en los visados, no han podido incorporarse aún a las clases. Por su parte, en Laude San Pedro International College siguen empleando sus plataformas digitales para agilizar el contacto con las familias sin tener que recurrir a la presencialidad, y en Novaschool, que cuentan con la plataforma propia del grupo MyAgora, han multiplicado sus recursos virtuales durante estos meses enfocados a la formación de los estudiantes y su entorno. Por su parte, Natasha Kremer resaltó el gran desarrollo tecnológico que se ha experimentado The British School of Málaga durante este tiempo. «Cuando yo llegué al colegio hace dos años era de las pocas docentes que tenía experiencia en el aprendizaje digital y los alumnos tampoco empleaban demasiado estos recursos. Sin embargo ahora todo el colegio ha dado un salto de calidad en este sentido, no solo para las clases online, sino para el contacto con los estudiantes y sus familiares, y en este curso ya somos un colegio totalmente digital, con portátiles de Google en las clases, ya que somos un centro asociado».

Otro de los puntos que comparten prácticamente todos estos centros son sus programas de formación en el extranjero, a través de culminar sus estudios en centros asociados en otros países o el intercambio de alumnos. En este sentido, las participantes lamentaron que, por el momento, estos proyectos se encuentran «en standby», al igual que las actividades deportivas o artísticas en los colegios en los que, por instalaciones, no se puede asegurar la distancia o el uso de materiales individuales para los alumnos. No obstante, otros han optados por dotar a los estudiantes de material personal e intransferible y promover actividades deportivas en las que no haya contacto físico, como es el caso de Laude San Pedro International School o The British School of Málaga. Por su parte, en Novaschool Benalmádena, han reforzado su programa de clases al aire libre, en el espacio abierto de sus instalaciones.

Con planteamientos muy en consonancia y una actitud positiva y esperanzadora, Butler, Whiddon, Colmenar, Kremer y Bertrán resaltaron la capacidad de adaptación que han tenido los centros, los alumnos y sus familias, además del inmenso aprendizaje que estos meses ha reportado en todas las áreas de la vida, tanto en el plano digital, como en la gestión de las emociones, la valoración de las cosas cotidianas y por supuesto la higiene. Esto, consideran, es un pilar imprescindible que debe permanecer tras la pandemia y que tenemos ques interiorizar como sociedad. «Lavarnos las manos, el uso de geles hidroalcohólicos, los gestos de protección ante estornudos o toses, y por supuesto el ser conscientes de la importancia de quedarse en casa ante cualquier síntoma de enfermedad para proteger a los demás», resaltaron.

En relación a los meses que quedan por venir, las participantes aludieron a la necesidad de abanderarse de «sentido común» para seguir enfrentando las posibles vicisitudes con la seguridad de que el conocimiento «no tiene límites» y la actitud de que, aunque vengan baches, «unidos y comprometidos los superaremos».