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Un hombre se despierta después de una mala noche. Fotolia
¿Duermes mal? Te contamos cuáles son trastornos más habituales del sueño (y cómo combatirlos)

¿Duermes mal? Te contamos cuáles son trastornos más habituales del sueño (y cómo combatirlos)

Insomnio, síndrome de apnea, sonambulismo o bruxismo. Aprende a distinguir y paliar los problemas nocturnos más comunes

Rossel Aparicio

Málaga

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Domingo, 6 de octubre 2019, 00:28

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Todos (o casi todos) hemos pasado por esa horrible sensación de angustia que provoca mirar el reloj, de forma mecánica y repetitiva, mientras la noche avanza sin conseguir pegar ojo. Cuantas más horas pasan, mayor es la angustia al igual que el desgaste psicológico y el cansancio físico. La noche se convierte en día y amanecemos buscando la cafetera para poder afrontar el día. Cuando esa sensación de no haber tenido un sueño reparador se prolonga en el tiempo es cuando se asocia al insomnio, uno de los trastornos más habituales del sueño. Aunque no es el único. Abordamos, de la mano de la Asociación Española del Sueño (Asenarco), los problemas nocturnos que afectan a los españoles durante el sueño y las técnicas, terapias o tratamientos recomendados para combatirlos. Algunos de los siguientes trastornos son más comunes mientras que otros se manifiestan en menor medida. Toma nota.

Insomnio

-Qué es. El insomnio es un trastorno común del sueño. Las personas que sufren de insomnio tienen serias dificultades para iniciar o mantener el sueño o, en muchos casos, para realizar ambas cosas. Como consencuencia del insomnio la persona que lo padece duerme muy poco o mal provocándole un malestar, cansancio y sueño significativo para enfrentar la jornada.

-Tratamiento. Asenarco presenta en su web unas líneas generales para el tratamiento del insomnio si bien puntualiza que cada caso debe ser personalizado para atender las circunstancias y características de cada paciente. Por ello, el primer consejo pasa por pedir cita a su médico de cabecera para que éste, tras analizar su caso, le derive al especialista que realizará un buen diagnóstico y trazará el tratamiento más adecuado.

Cómo mejorar la higiene del sueño

  • Horarios regulares Es recomendable mantener horarios regulares para acostarse y levantarse.

  • Rutinas Repita cada noche una rutina de acciones que ayuden a prepararse mental y físicamente para irse a la cama. Lavarse los dientes, ponerse el pijama o preparar la ropa del día siguiente, pueden formar parte de este ritual.

  • Crea un entorno adecuado Disponga de un entorno apropiado para dormir (silencioso, oscuro y con temperatura agradable entre 18 y 20 grados).

  • Ojo con la dieta Comenzar cuanto antes con buenos hábitos alimentarios, una dieta equilibrada y rica en frutas y verduras evitando las grasas de origen animal.

  • Evite exitantes Es recomendable evitar excitantes que lógicamente entorpecerán el descanso. Reduzca o suprima el consumo de café, té, cacao y bebidas colas.

  • Relajación Practique algún tipo de ejercicio de relajación durante el día (Yoga, tai-chi, meditación…)

  • Paseos Dar paseos a la luz del día facilitará el aumento de melatonina en la noche logrando un mejor sueño.

Para empezar, el colectivo habla de higiene del sueño que hace referencia a una serie de medidas que ayudarán a recuperar o aprender nuevos hábitos para mejorar el sueño (mira la ficha de esta información). Por otra parte, también es aconsejable consultar por terapias psicológicas individuales. En algunos casos se apuesta por losfármacos, siendo los hipnóticos los medicamentos más utilizados. En estos casos será el médico de familia quien debe indicar qué fármaco es el más conveniente así como informar de los efectos secundarios que podría causarle. También existen otros tratamientos complementarios que pueden ayudar a luchar contra el insomnio tales como el Yoga, tai-chi, meditación o chi kung, por citar algunos ejemplos.

Hipersomnia

-Qué es. La hipersomnia es un «trastorno del mecanismo del sueño, que se caracteriza por un sueño excesivo constante e involuntario». Una persona con hipersomnia tiene una gran dificultad para mantenerse despierto. Y precisamente esa dificultad puede acarrearle un deterioro funcional significativo: cuadros de fatiga, cansancio, perdida de concentración o problemas de movimiento.

-Tratamiento. Hay que acudir a un especialista del sueño para que realice una buena evaluación de los síntomas. Sin embargo, en cualquier caso, para superar este trastorno se suelen recurrir a dos tratamientos: farmacológico y no farmacológico. La medicación debe ser acorde a las necesidades del paciente y, en la segunda opción, se engloban terapias personales, medidas para mejorar el sueño o incluso terapias con plantas medicinales, según apunta Asenarco.

Síndrome de apnea

- Qué es. Las apneas son pausas respiratorias que se producen cuando se bloquean las vías aéreas. Cuando ocurre durante la fase de sueño, esas pausas pueden ir acompañadas de ronquidos. Los especialistas hablan de este síndrome cuando estas pausas respiratorias se suceden varias veces en una hora durante la noche, mientras el individuo se encuentra dormido. Como consecuencia a esa obstrucción de las vías respiratorias, -y llegar por tanto menos cantidad de oxígeno a los órganos-, puede ocurrir, por un lado, que el paciente no pase por la fase de sueño reparador y por lo tanto se sienta cansado. Por otro lado, cada episodio de asfixia puede provocar «la contracción de las arterias lo que deriva en una peligrosa hipertensión que puede afectar al corazón, al cerebro o al riñón». Además, si el trastorno dura varios años «puede desarrollar enfermedades cardiovasculares, ICTUS, diabetes, etc·», puntualizan desde Asenarco.

-¿Cómo identificarlo? Existen unas preguntas clave que pueden ayudar a detectar este síndrome: ¿Tiene la sensación de que se ahoga mientras duerme? ¿Se le entrecorta la respiración? ¿Se queda dormido fácilmente viendo la televisión, leyendo…? ¿Siente regularmente que no tiene energía o le duele la cabeza por las mañanas?

-Tratamiento. Aunque siempre habrá que ponerse en manos de un especialista, existen unas medidas sencillas que pueden tomarse: perder peso, evitar bebidas alcohólicas por las noches o dormir de lado. Aquí tienes una guía práctica para este síndrome así como consejos útiles para el tratamiento de la apnea del sueño.

Narcolepsia

-Qué es. La narcolepsia es un trastorno del sueño, «de carácter crónico y de origen neurológico con alteración de la regulación y caracterizada por excesiva somnolencia diurna y manifestaciones anormales del sueño REM». La narcolepsia es una enfermedad rara, por su baja frecuencia, ya que tiene una incidencia de unos 20-30 casos por cada 100.000 habitantes. Según destaca Asenarco, sus principales síntomas son la somnolencia excesiva y la cataplejía (pérdida del vigor muscular), si bien también es frecuente la llamada parálisis del sueño -cuando la persona siente la incapacidad para hablar o moverse durante aproximadamente un minuto al quedarse dormido o al despertar- y las alucinaciones. La narcolepsia limita la actividad diaria del individuo afectado por los ataques de sueño repetidos e incontrolables. Debido a estos ataques, tienen un mayor riesgo de sufrir o provocar accidentes ya que pueden quedarse dormidos en cualquier momento (al volante o cruzando una calle, por ejemplo).

-Tratamiento. El tratamiento en estos casos también será siempre personalizado. Sin embargo, de manera generalizada pueden adoptarse las siguientes medidas: procurar unos buenos hábitos en la higiene del sueño, realizar siestas programadas (dos o tres cortas durante el día ayudan a controlar la somnolencia y a mantenerse despierto) o intentar un tratamiento farmacológico.

Una chica acostada en la cama se tapa la cabeza con una almohada
Una chica acostada en la cama se tapa la cabeza con una almohada Fotolia

Sonambulismo

-Qué es. Es un problema del sueño que se registra normalmente durante el primer estadio del sueño no REM, en la fase profunda del sueño. El sonambulismo «es la existencia de episodios repetidos de comportamientos motores complejos, que se inician durante el sueño profundo. El sonámbulo suele hacer cosas mientras está dormido. Puede salir de la cama y caminar alrededor de la habitación o incluso puede salir de la casa». Es más frecuente en niños que en adultos.

-Qué hacer. Es aconsejable mantener unas medidas de seguridad para que el sonámbulo no se haga daño: eliminar objetos que puedan ser peligrosos, que la persona duerma no duerma en una cama alta o evitar que pueda salir de la casa mientras anda sonámbulo. Cuando tenemos un sonámbulo en casa, «debemos guiar a la persona a la cama con frases sencilla y suaves (venga vamos a la cama…)».

Los expertos señalan que, en la mayoría de los casos, el sonambulismo desaparecerá al llegar a la adolescencia. Si no desaparece se debe recurrir a la ayuda profesional.

Pesadillas

- Qué son. Las temidas pesadillas son sueños desagradables que generan en la persona miedo, angustia o capítulos de ansiedad. Son frecuentes en la infancia y adolescencia y suelen ocurrir durante el sueño REM, en la segunda mitad de la noche, aunque tenderán a ser más frecuentes en las últimas horas del período de descanso. Al despertarse, quien las padece, tendrá la capacidad de recordar lo que ha soñado. En la inmensa mayoría de casos no hay motivo de preocupación ya que forman parte del proceso normal del desarrollo del menor. Sin embargo, cuando las pesadillas llegan en edad adulta, sí es más preocupante. Pueden estar relacionadas con problemas emocionales como la «ansiedad, depresión o conflictos de personalidad», alertan. Debemos preocuparnos cuando se prolongan en el tiempo y perturban el descanso. En ocasiones las pesadillas abren la puerta a otros trastornos como el insomnio o la somnolencia diurna.

-Qué hacer. Si es un niño el que sufre pesadillas hay que consolarle y ayudarle lo antes posible. No hables en detalle de la pesadilla en mitad de la noche, si lo haces le costará dormirse después. Puedes hacerlo por la mañana, con la luz del día. Tan sencillo como explícale que ha sido un mal sueño, que nos pasa a todos y que no puede hacerle ningún daño, para que vuelva a dormir, siempre con nuestra compañía para que se tranquilice. En ningún caso deben suministrarse a los niños fármacos para combatir las pesadillas. Si con el tiempo no desaparecen se puede pedir la ayuda profesional de un psicólogo especialista en problemas de sueño.

Terrores nocturnos

-Qué son. Los terrores nocturnos son trastornos del sueño «en los cuales el sujeto se despierta rápidamente de su sueño aterrorizado. Se puede despertar gritando y con frecuencia asustado y confundido». Según apuntan desde Asenarco una persona que los sufre puede incluso golpear violentamente los objetos de su alrededor sin ser consciente de su entorno. En ocasiones la persona puede tener una frecuencia cardiaca rápida y las pupilas dilatadas. Estos episodios suelen durar de 10 a 20 minutos para después volver a dormirse. A la mañana siguiente, no recordará lo ocurrido.

Los terrores nocturnos son más frecuentes en edad infantil y suelen estar asociados a diferentes factores: antecedentes familiares (existen tendencia a heredarlos), desarrollo inmaduro del cerebro, en períodos con fiebre o bajo el efectos de ciertos medicamentos. También pueden influir la falta de sueño profundo o tener horarios de sueño irregualres.

-Qué hacer: Además de mejorar las pautas de sueño los padres pueden tomar una serie de sencillas precauciones. Evitar programas o películas violentas o no contarles historias de miedo puede ser un buen arranque. Como explicamos en el apartado anterior, es fundamental atenderlo y calmarlo lo más rápido posible, acompañarlo hasta que vuelva a dormirse. También es oportuno que el pequeño permanezca en su habitación, en su cama. Los terrores nocturnos desaparecerán con el tiempo. Si no lo hacen, se puede solicitar ayuda a un especialista.

Bruxismo

-Qué es. Es una patología consistente en apretar de forma inconsciente la mandíbula o incluso rechinar los dientes, generalmente mientras dormimos. Esta patología puede acarrearnos diversos problemas como «dolor en oído, cuello, mandíbula o espalda, limitación en el movimiento de la boca, chasquido al abrir o cerrar la boca a nivel de las articulaciones témporomandibulares, con o sin dolor»

-Tratamiento. Es recomendable evitar malos hábitos orales tales (morderse las uñas, masticar chicle, masticar por un solo lado, apretar o rechinar los dientes, mala posición de la lengua en reposo o al tragar, o respirar por la boca). También es vital cuidar la higiene bucal y evitar la movilidad excesiva al abrir y al adelantar la mandíbula o acudir periódicamente al odontoestomatólogo. El tratamiento en sí para lo debe coordinar el dentista que esté especializado en este tipo de tratamientos y «debe comenzar con un exhaustivo estudio de su estado dental, mandibular, craneal y cervical, además de un estudio general de la salud del paciente».

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