Borrar
Ana Terol, en Londres. SUR
El Brexit, un sutil billete de vuelta

El Brexit, un sutil billete de vuelta

Malagueños y británicos viven con frustración e incertidumbre la ruptura del Reino Unido con la Unión Europea, aprobada por la Eurocámara hace una semana

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 2 de diciembre 2018, 00:36

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Las noticias sobre la cada vez más inminente ruptura del Reino Unido con la Unión Europea llegan día a día a los que cambiaron su hogar y su cultura en busca de algo más. Las sensaciones que les produce la aprobación del Brexit son diferentes en cada ciudadano, aunque todos pasan por la incertidumbre: la salida amenaza con desestabilizar la forma de vida de infinidad de personas que todavía no saben qué va a ocurrir con sus permisos de residencia, si necesitarán un visado especial, o si sus parejas, hijos, trabajos o incluso su posición social están en peligro.

La provincia de Málaga cuenta con más de 60.000 ciudadanos británicos en los censos locales (a los que hay que sumarles los que no han regularizado su residencia), y aunque no existen datos de cuántos malagueños viven temporal o definitivamente en Reino Unido, es difícil no conocer a algún aventurero que haya decidido probar suerte en el hasta ahora país vecino. Muchos estudiantes deciden pasar un año en Londres u otra gran ciudad a modo de inmersión lingüística; otros buscan allí la oportunidad laboral que no les ofrece su ciudad natal. Sea como fuere la conexión aérea entre las dos ciudades cuenta con muchos billetes solo de ida.

Coinciden en que la información que les llega a nivel institucional no es suficiente para estar al tanto de las posibilidades que les depara el futuro

La pasada semana, la Unión Europea aprobó el Brexit. Los países de la comunidad dieron el visto bueno al acuerdo de salida propuesto por Reino Unido tras unas intensas negociaciones en las que Gibraltar centró las conversaciones con España. La votación a favor convirtió el shock en una realidad: lo que en 2016 parecía una pesadilla de la que muchos despertarían se ha convertido en un hecho implacable que todavía se atraganta cuando los principales afectados tratan de digerirlo.

Ana Terol. Málaga, 25 años

«O me voy o tendré que pagar una visa por hacer lo mismo que hasta ahora»

Ana Terol, malagueña de 25 años, lleva tres en Londres, donde trabaja como enfermera. El sistema sanitario público del Reino Unido (National Health System, NHS) ha recibido con las manos abiertas a infinidad europeos, y los españoles son de los más valorados. Asegura que desde que el Brexit recibió la mayoría de los votos favorables, no ha terminado de sentirlo como algo «real»: «Londres votó que no, aquí no se han percibido grandes cambios; el día a día es el mismo que antes». No obstante, al pensarlo con detenimiento, se siente ofendida: «No es realista lo que han expuesto para que esto salga adelante, en el NHS convivo con muchísima gente de fuera, si nos vamos van a tener un gran problema». Además, la frustración llega cuando analiza las posibilidades que se abren frente a ella: «O me voy o tengo que pagar una visa por hacer lo mismo que estoy haciendo ahora, simplemente por dejar de ser de la comunidad».

«En la sanidad británica somos muchos europeos, si nos vamos tendrán un gran problema»

Asegura que en la capital no ha respirado la tensión que sí vivía en la pequeña ciudad en la que residía antes. «Londres es abierta», pero aun así le han llegado casos de personas cercanas que han sido agredidas por hablar en español. Ana admite que considera el Brexit como una «invitación» a poner fin su aventura en Inglaterra. «Cuando la salida entre en vigor, en el 2021, llevaré cinco años fuera de casa, así que me volveré a Málaga». Entre sus incertidumbres, destaca el no saber qué ocurrirá con los puntos que está acumulando por trabajar en el equivalente al Sistema Andaluz de Salud, lo que en principio le daría ventaja de cara a unas oposiciones. «No sabemos si los años equivaldrán lo mismo que hasta ahora».

Jemma Greening. Gales, 26 años

«Acabo de sacarme el visado porque no sé lo que puede pasar»

Jemma Greening, de Ruthin, un pequeño pueblo de Gales, acaba de sacarse el certificado de residencia española empujada por la aprobación del parlamento europeo. Tiene 26 años y lleva dos trabajando en Málaga como profesora de inglés para españoles en varias academias de las que pueblan el centro de Málaga. Asegura sentirse «traicionada» por el gobierno de su país: «Así me lo pensé cuando salió mayoría por la salida de la unión y me sigo sintiendo así hoy en día al ver que el proceso continúa». Cree que el resultado del referéndum es responsabilidad de los políticos «y sus mentiras en ambos bandos» han llevado al país a la deriva.

«Es una pena que los jóvenes pierdan el derecho de libre circulación por lo que votaron los mayores»

Jemma decidió venirse a vivir a Málaga justo cuando el Brexit empezaba a ser una realidad, ya que era un plan que tenía para el futuro pero lo aceleró porque no sabía si más adelante podría hacerlo. «Así lo hice yo y muchos conocidos míos, a España y otros sitios de Europa». «Hasta ahora he estado preocupada por mi situación pese a que nos decían que nunca perderíamos derechos (una promesa en esta campaña significa muy poco); ya he recibido el certificado de residencia por lo que estoy un poco más tranquila».

A sus ojos, la libre circulación por la Unión Europea es un «privilegio» que siempre se ha dado por sentado: «Es una verdadera lástima que las generaciones del futuro no puedan beneficiarse de las fronteras abiertas y que sus oportunidades laborales sean peores que las mías por lo que han votado los más mayores».

Emma Caballero. Málaga, 32 años

«Tras el Brexit decidí volver a casa pero regresé a Brighton por amor»

Emma Caballero vive en Brighton, una de las ciudades más progresistas de todo Reino Unido. Ese hecho ayuda a que el Brexit sea más llevadero, pero su caso es algo peculiar: cuando se aprobó la salida de la unión, decidió poner fin a sus cuatro años de aventura británica. «En el último momento conocí a un chico y cambié de planes». Tras seis meses en Málaga, volvió a montarse en un avión hacia el norte. «Al principio no me lo podía creer… ¿un dos por ciento de la población iba a sacar al país de Europa? Sentí que no me querían aquí».

«Aquí te acostumbras a despedir y recibir gente, pero últimamente todo son despedidas»

En su el estudio de arquitectura en el que trabaja, los clientes están cada vez más reticentes. Su empresa trabaja con viviendas de lujo y el urbanismo particular vive momentos complejos, incertidumbre que se traslada a otros ámbitos, como al de las caras nuevas. «En estas ciudades estás muy acostumbrado a despedir a gente que se vuelve a casa y a recibir a recién llegados, pero en los últimos meses casi todo son despedidas».

Gary Lawton. Manchester, 41 años

«Algunos tienen miedo, yo siento decepción»

Gary está tranquilo. Tras once años en Málaga dispone de su correspondiente certificado de residencia, por lo que el Brexit le afecta más en lo sentimental que en lo práctico. «La verdad es que no sabemos lo que va a pasar, hay mucha incertidumbre, amigos míos tienen miedo y están preocupados, pero yo lo que más siento es decepción». Algunos ya tienen la residencia y otros se han apresurado a pedirla pese a que durante años residiendo en España nuca se lo habían planteado. La crisis internacional ha acelerado un proceso que ni siquiera consideraban necesario.

«Poner fronteras puede hacer que el equilibrio que tanto nos ha costado conseguir estalle»

Gary asegura no haber vivido ningún episodio xenófobo en Málaga, ni antes ni después de la votación aunque reconoce tener cierta preocupación por cómo pueda afectar la salida a la paz que se vive en Reino Unido, especialmente con Irlanda del Norte. «Poner fronteras puede hacer que el equilibrio que tanto nos ha costado estalle». El resto de inconvenientes son «menos intensos», como la «pérdida de comodidades» que conllevará no ser de la unión de cara a los múltiples viajes que hacen para visitar a los suyos.

Miguel Rodrigo. Málaga, 29 años

«Había escepticismo, pensábamos que el acuerdo sería positivo»

Miguel y su pareja se vuelven a Málaga. En la decisión han influido múltiples factores –«si piensas en tener una familia, Londres es un sitio complicado»–, pero reconoce que, quizá, el Brexit haya tenido algo que ver para desequilibrar la balanza. Tiene una empresa de 3D, por lo que tendrá que mantener la conexión con el Reino Unido por motivos laborales, pero su aventura ha tocado techo.

Recuerda que el mayor 'shock' lo vivieron el día que la votación salió con ese contundente 'UK leaves' (Reino Unido se va). En ese momento llevaban dos años viviendo allí, y fue una sensación «muy chocante». «En la empresa en la que trabajaba entonces nos reunieron a todos para tranquilizarnos y decirnos que, si llegaba el caso, esponsorizarían los visados de los trabajadores que lo necesitasen». La aprobación del acuerdo le hace revivir esa sensación pese a que el día a día en Londres no ha cambiado mucho. «Había cierto escepticismo, muchos pensaban que el acuerdo de salida iba a ser suave y positivo, pero parece que no».

«La empresa nos reunió para tranquilizarnos y decirnos que nos ayudarían con los visados»

Todos los que han compartido su experiencia con SUR coinciden en que es difícil estar informado sobre el proceso. Las noticias se cruzan entre los medios españoles y británicos, las embajadas imparten charlas y organizan encuentros, pero en ellos la información no es todo lo consistente o específica que necesitan en cada sector, especialmente en el NHL. Los británicos en Málaga no saben todavía qué será de ellos. Cada vez que la televisión escupe Brexit vuelve la incertidumbre.

Los británicos de Mijas piden ayuda al Ayuntamiento tras la aprobación del 'deal'

El municipio de Mijas es el que más concentración de población británica tiene censada en Málaga. También es de las pocas localidades andaluzas que dispone de una concejalía de Extranjería, desde marzo de 1985, creada para atender a este sector demográfico y hacer de puente con las distintas administraciones. El concejal a cargo del departamento, Roy Pérez, explica que en los últimos años se han vivido dos momentos de especial concurrencia en la sede:el día que se votó a favor del Brexit y a principios de la semana pasada, cuando el 'deal' de salida recibió el visto bueno de los 27 países miembros.

Pérez recuerda que en 2016, muchos creían que la ruptura con la Unión Europea era inmediata. Ahora ya disponen de más información, pero la incertidumbre sigue copando las consultas a la concejalía. «El documento tiene que ser ratificado por el Parlamento británico, y según sabemos Theresa May no tiene el apoyo de la cámara, así que todo sigue en el aire».

La principal preocupación que ronda el día a día de los más de 16.000 británica que residen de forma oficial Mijas (algo extensible al resto): sanidad, pensiones y devaluación de la moneda. «La mayoría de la población es pensionista, si la seguridad social deja de prestarles servicio, la moneda cae y tienen que contratar un seguro privado dejaría de compensarles vivir en España». Hay otras inquietudes como la posibilidad de que los censados voten en las próximas elecciones municipales, un derecho que también está en el aire pese a que los comicios se celebrarán el próximo 2019, antes de la salida efectiva pactada para el 2021. Todo ello se ha conjugado para que la semana que hoy termina haya estado cargada de «nervios» y consultas apresuradas que los técnicos municipales tratan de resolver, en muchos casos desde la misma incertidumbre que los propios extranjeros.

Desde la votación del referéndum que lo inició todo, el Ayuntamiento de Mijas ha celebrado numerosas actividades, tanto a solas como de la mano del consulado británico. El resto del tiempo, la concejalía se encarga de asesorar en otras materias, como extranjería, tráfico y fiscalidad, además de impulsar múltiples actividades con las que «favorecer la integración» de la comunidad británica

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios