Borrar
Cristina Guerrero, con uno de los abanicos que vende en su tienda Celyan. Salvador Salas
Abanicos a la última
Oficios al sur

Abanicos a la última

Este accesorio vive durante el verano su mejor época. Y no solo para paliar los efectos del calor, sino porque es un complemento que nunca pasa de moda

alejandro díaz

Sábado, 10 de agosto 2019, 01:02

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Su tía regentaba una de las tiendas de abanicos de mayor tradición del Centro Histórico de Málaga. Concretamente, en calle Nueva. Abrió en 1958 y su sobrina, Cristina Guerrero, al jubilarse su tía, decidió continuar con la tradición de un oficio cuya demanda sigue siendo significativa, especialmente en los meses de abril hasta septiembre.

Por el abanico son muchas cosas a la vez:sirve para combatir los calores, es un complemento y, también, un símbolo. Aunque actualmente Cristina trabaja más líneas de negocio, el abanico sigue siendo especial para ella. No en vano, y tal y como reconoce la propietaria de CelyanMálaga, el abanico es un complemento no solo de moda a pesar de los años, sino que ella misma customiza para ponerlo a la moda. Es decir, que cada año rediseña los la estética de los abanicos para que estén dentro de las tendencias mundiales del mundo de la moda.

«Vimos que con la jubilación de mi tía se perdió un comercio donde puedas escoger el abanico que quisieses, donde te pudiesen asesorar, porque los hay desde los seis euros hasta el precio que estés dispuesto a pagar», explica Cristina, que vio en ello una oportunidad de continuar con un oficio artesano que se mantiene de generación en generación.

No son pocas las piruetas que ha tenido que hacer Cristina para mantener la tienda en un Centro Histórico que se ha olvidado de lo importante que es contar con comercios locales, porque dan identidad a una ciudad y, sobre todo, porque la atención que reciben los clientes no tienen nada que ver. Cristina comenta que cuenta con personas que llevan décadas acudiendo a su negocio. «A veces somos como una familia. El trato es muy personalizado y acabamos hablando de todo. Es importante que confíen en ti y en tu criterio a la hora de dejarse aconsejar y elegir un abanico o cualquier otro complemento», continúa.

«En Málaga el abanico se usa muchísimo, así como en otros sitios donde hace más calor» asegura Cristina. Y no existe un rango de edad definido:tanto personas mayores como personas jóvenes van buscando un abanico. En el caso de Ceylan Málaga, muchas veces, algo más que un abanico:un accesorio o complemento para un día importante, como puede ser la celebración de una boda o una comunión.

«Por eso vendemos más abanicos durante la temporada alta. No es solo una cuestión de la temperatura que haga, sino que es la época de este tipo de celebraciones; especialmente, de las bodas», dice Cristina y continúa: «Me piden mucho asesoramiento, ya que ha de ir de acorde a la vestimenta que hayan elegido; no es un complemento menor».

Celyan Málaga tuvo que migrar a la calle Marqués número 3, una calle cercana a la Iglesia de San Juan. Se trata de una de las pocas zonas del Centro Histórico de Málaga donde aún se mantiene el comercio tradicional de toda la vida. Cristina decidió apostar también por todo tipos de complementos y lo que más disfruta de su oficio es precisamente el contacto con el cliente:el poder asesorarle y que este quede satisfecho con el resultado final. También el saber que se puede hablar de todo. «La gente te trata con mayor confianza y cercanía que en una gran superficie, igual que yo a ellos, es otra forma de entender el comercio que habría que proteger y no debería perderse», sentencia Cristina.

Es una persona coherente. Igual que defiende el comercio tradicional, la fabricación de los abanicos que vende en su tienda los encarga al gremio de artesanos de la ciudad. «En septiembre u octubre, ellos nos traen su muestrario y nosotros elegimos los que más nos gustan y les pedimos algunos cambios de diseño», subraya Cristina. «Los adaptamos a lo que esté de moda. Por ejemplo, este ha sido el año de 'rosa nude', del azul klein y del 'rosa nude';son los tres más al día sin duda», explica.

Eso son los colores de las últimas tendencias. Pero, por otro lado, están los tradicionales, que nunca fallan. «Nuestro negocio es muy exclusivo, no hay mucho de este tipo de artículos. Cuento con más de 3.000 abanicos. Por eso, si estás buscando un color muy concreto, aquí lo vas a encontrar. Por eso, yo creo que eso, junto a lo antes hablado del contacto con la gente, la cercanía... Es lo que nos diferencia, lo que nos ayuda a sobrevivir como comercio tradicional en el Centro Histórico», dice Cristina, que reconoce que el cambio de local de Calle Nueva a Calle Marqués. «Fue como empezar de cero, pero te reconocen. Y sobre todo, el boca a boca, que es lo que ha solucionado la vida a este tipo de comercios», concluye.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios