El obispo de Málaga, José Antonio Satué, presidió la misa de conmemoración ante la presencia de la Virgen de la Trinidad. Migue Fernández

Primera visita del nuevo obispo de Málaga al Cautivo: «Vengo a contagiarme de vuestra devoción»

Satué ha presidido la misa por el 25.º aniversario de la coronación canónica de la Virgen de la Trinidad

Sábado, 25 de octubre 2025, 13:47

El obispo de la diócesis, José Antonio Satué, ofició la misa celebrada en la mañana de ayer sábado en la plaza de San Pablo y ... presidida por la imagen de la Virgen de la Trinidad antes de su traslado a la casa hermandad para la salida procesional que protagonizó por la tarde con motivo del 25.º aniversario de su coronación canónica. Una eucaristía, que comenzó a las nueve de la mañana y evocaba la tradicional misa del alba del Sábado de Pasión, que fue la primera que el nuevo prelado oficiaba en un acto de una cofradía de Semana Santa desde su toma de posesión el pasado 13 de septiembre, y donde afirmó que venía a «contagiarme de vuestra devoción».

Publicidad

La Madre del Cautivo fue trasladada al salón de tronos de la corporación tras presidir una emotiva misa de campaña concelebrada por el párroco de San Pablo y director espiritual de la hermandad, José Manuel Llamas, así como por el sacerdote colaborador de este templo, Manuel Ortiz; el canónigo de la Catedral José López Solorzano; y los párrocos de San Pedro, Alfonso Crespo; de la Amargura, Salvador Gil, y el vicario parroquial de esta iglesia, José Miguel Porras; de Nuestra Señora de Fátima y arcipreste de los Ángeles, José Luis Bellón; de Nuestra Señora de los Remedios de Ardales, Francisco José Martínez; de Santa Catalina Mártir de Arenas, Inmaculada Concepción de Daimalos y San Isidro Labrador de Trapiche y vicario parroquial de San Juan Bautista de Vélez-Málaga, Juan Carlos Millán; de San Andrés de Coín, José Amalio González, y de Ardales y Carratraca, Francisco José Martínez.

La eucaristía, que comenzó a las nueve de la mañana, no contó -por motivos obvios- con la presencia física de Jesús Cautivo, que permanecía en su capilla, aunque sí estuvieron los faroles de su trono entre los elementos decorativos del altar.

La imagen de la Virgen, que estuvo expuesta en San Pablo en devoto besamano el pasado martes, justo cuando se cumplieron los 25 años del ritual de coronación, y había sido objeto de un triduo extraordinario los días sucesivos, lució este sábado el encaje de punto de aguja que vistió hace un cuarto de siglo en su coronación, dispuesto por su vestidor, Javi Nieto, a modo de pecherín de blonda rizado, muy clásico, además del manto de camarín que también llevó en la coronación, la nueva saya conmemorativa, bordada por Salvador Oliver según diseño de Curro Claros, y la corona de plata sobredorada, marfil y circonitas realizada por los Hermanos Delgado, la que le fue impuesta en la Catedral de la Encarnación el 21 de octubre del Año Jubilar de 2000.

Publicidad

La banda sinfónica Virgen de la Trinidad y el coro Ciudad de Antequera pusieron el acompañamiento musical a la ceremonia que estrenó la obra 'Misa Solemne de la Santísima Trinidad', escrita por Cristóbal López Gándara, uno de los compositores más reclamados en la actualidad, quien ha seguido la estructura clásica del ordinario de la misa para esta maravillosa obra, enriquecida con piezas originales, y que ha sido interpretada por una banda de música, cuando lo habitual en estos casos es que sea tocada a órgano u orquesta sinfónica.

Con el canto de entrada, 'Sea gloriosa la mañana', por parte de la coral y con letra del que fuera hermano mayor del Cautivo y pregonero de la Semana Santa del próximo año, Ignacio A. Castillo, se inició la eucaristía. «Sea gloriosa la mañana, que de malva cubre el cielo y funde la noche y el alba, Del barrio, vida y consuelo. / Seas, Jesús Cautivo, rezo, vestido de espumas blancas, amor prendido en un beso. Señor divino de Málaga./ Seas nuestro faro encendido; coronada de majestad. Con fe a tus pies acudimos… ¡Virgen de la Trinidad!», dice la letra de este preciso canto.

Publicidad

En el centro de la portada neogótica de San Pablo se hallaba la Virgen de la Trinidad sobre unas andas que contenían textos en latín en su cajillo de madera barnizada y que mostraban un friso de flores tropicales en tonos malva, naranja y rosa, entremezcladas con hiedra, que recordaban los exornos anteriores a la coronación.

Homilía del obispo

Durante la homilía, el obispo de Málaga destacó la profunda devoción del barrio trinitario hacia su Virgen y expresó su cercanía con los fieles al afirmar que venía «hoy por primera vez, para contagiarme de vuestra devoción a la Virgen y para rezarle con vosotros y como vosotros», remarcó.

Publicidad

Del mismo modo, monseñor Satué explicó que, al mirar a María, los creyentes aprenden a acercarse al misterio de la Trinidad –Padre, Hijo y Espíritu Santo–, y los invitó a vivir tres actitudes esenciales en la vida cristiana; esto es, confiar, acoger y amar.

En primer lugar, el prelado señaló que la Virgen enseña a confiar en Dios Padre, porque supo abrirse a su voluntad con humildad y entrega. Por este motivo, animó a los fieles a cultivar momentos de oración y confianza en Dios, siempre de la mano de la Virgen, y añadió: «Habladle a ella, rezadle, pero sobre todo rezad a Dios como ella y con ella», subrayó, al tiempo que invitó a compartir con el Padre y con la Virgen las preocupaciones, las alegrías, los proyectos y los sufrimientos, convencidos de que «ella es Madre y Dios es Padre y os entienden a la perfección», explicó.

Publicidad

La Virgen de la Trinidad, en sus andas, durante la misa conmemorativa. Migue Fernández

Por otro lado, el obispo de la diócesis recordó que María «acogió en su seno al Hijo de Dios y lo acompañó durante toda su vida, hasta los pies de la cruz», indicó. «Desde la cruz, Jesús nos entregó a María como madre. Acojamos también nosotros a la Virgen como algo propio, como un tesoro, y aprendamos de ella a acoger a Jesús cada día, incluso, cuando nuestro horizonte se oscurezca bajo la sombra de la cruz», afirmó.

Por último, el obispo de Málaga reflexionó sobre la relación de María con el Espíritu Santo, que la Iglesia llama su Esposa, y la presentó como ejemplo para aprender a amar. En este sentido, José Antonio Satué dijo que el amor verdadero busca siempre el bien de todos y empieza por los más cercanos, invitando a los fieles a pedir la fuerza del Espíritu para perdonar y reconciliarse: «Si un hermano o una hermana en la fe me han hecho daño o si yo les he hecho daño, pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a perdonar y a pedir perdón», comentó para, seguidamente, añadir que el amor cristiano se hace visible en la atención a los más pobres y necesitados, recordando que «no es posible olvidar a los pobres si no queremos salir fuera de la corriente viva de la Iglesia que brota del Evangelio», aclaró.

Noticia Patrocinada

En la parte final, el obispo felicitó al barrio y a la cofradía, destacando la identidad trinitaria de su fe: «Un barrio que sabe de enfermedad, pero también de salud. Un barrio que sabe de soledades, pero también de cómo acompañar la soledad. Un barrio que es Cautivo, pero liberado por Dios», y concluyó animando a todos a mantener viva la devoción: «Hacedla reina de vuestras vidas y aprended de ella a confiar en Dios Padre, a acoger a Jesucristo, el Hijo, y a amar con la luz y la fuerza del Espíritu Santo», apostilló.

El acto litúrgico culminó con la interpretación de la marcha 'Gloriosa Trinidad', que, aunque servía para el final de la misa conmemorativa, López Gándara, su autor, la ha concebido con la intención de poder ser interpretada también en procesión.

Publicidad

Tras la misa, la imagen fue trasladada a la casa hermandad por las calles Jara, Pizarro, Trinidad y plaza de Jesús Cautivo, acompañada por una capilla musical de la banda de la cofradía. El cortejo, abierto por la cruz alzada y dos ciriales, se puso en marcha a las 10.10 horas, es decir, 20 minutos antes del horario previsto. Hermanos con cirios blancos y el cuerpo de acólitos antecedían a la Dolorosa, que, pese a tratarse de un traslado más solemne de lo habitual, recibió varios vivas.

Momento de la salida de la Virgen de la Trinidad en su traslado hasta la casa hermandad. Migue Fernández

Con algunos fragmentos de la marcha 'Alma de la Trinidad', con adaptación para capilla musical, salía la Virgen de la Trinidad y con esta misma composición de Eloy García, pero ya tocada por la banda sinfónica de la hermandad, llegaba la imagen a la casa hermandad a las 11.15 horas entre el repique de campanillas, salvas de cohetes, aplausos y piropos. Y unos minutos antes, cuando la Dolorosa se aproximaba a la sede social de la cofradía, turno primero para el Himno de Coronación de la Esperanza, de Perfecto Artola, y la marcha cantada 'Trinidad, a tus pies', de Claudio Gómez Calado, momento que rompía la solemne rigidez de la primera parte del traslado.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad