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El momento de la pedida de mano y los aplausos se produce en el minuto 3:44. ÑITO SALAS

Una pedida de mano con espíritu legionario tras la guardia al Cristo de la Buena Muerte

Un cabo de La Legión de Ubrique pide matrimonio a su novia tras realizar unos ejercicios y en medio de una multitud

Jesús Hinojosa

Málaga

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Miércoles, 17 de abril 2019, 15:05

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Rocío no se esperaba lo más mínimo. Este año ha decidido acompañar a su novio Óscar, cabo legionario del III Tercio don Juan de Austria, octava bandera, a Málaga, donde ya ha participado durante los últimos tres años en la guardia al Cristo de la Buena Muerte y Ánimas y en el cortejo procesional del Jueves Santo. El pasado martes, sobre las siete de la tarde, cuando finalizó la guardia en la que participó su novio, se mezcló entre el público para contemplar los ejercicios que realizan los caballeros legionarios en la explanada de Santo Domingo. Finalizadas las maniobras con los aplausos del público, se quedó extrañada al ver que Óscar se dirigía hacia ella. Él se puso de rodillas y sin pensarlo dos veces le mostró el anillo con el que le pidió matrimonio. «No me lo esperaba, me puse a llorar enseguida, ha sido algo muy bonito», afirma Rocío, que no va a olvidar esta primera visita a la Semana Santa de Málaga. Aquí se puede ver el vídeo completo de los ejercicios y la pedida, que se produce en el minuto 3:44.

FOTOS: ÑITO SALAS
Imagen principal - Una pedida de mano con espíritu legionario tras la guardia al Cristo de la Buena Muerte
Imagen secundaria 1 - Una pedida de mano con espíritu legionario tras la guardia al Cristo de la Buena Muerte
Imagen secundaria 2 - Una pedida de mano con espíritu legionario tras la guardia al Cristo de la Buena Muerte

Óscar Mendoza, de 28 años, es de Ubrique (Cádiz), pero lleva diez años alistado en La Legión y se encuentra destinado en Viator (Almería). La distancia no ha sido problema para que en los últimos dos años se fortalezca su relación con Rocío Ortega, un año menor que él, natural de la localidad gaditana de Zahara de la Sierra y que ejerce como quiromasajista. Los dos comparten un sentimiento muy especial hacia el Cristo de la Buena Muerte, por lo que Óscar pensó que esta Semana Santa sería una buena ocasión para pedirle la mano. «Participar en la guardia al Cristo de la Buena Muerte es para mí lo más grande. Es nuestro protector», subraya este cabo legionario, que ya piensa en una vida junto a Rocío, a ser posible trasladado al acuartelamiento de Ronda, para estar más cerca de ella.

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