La Esperanza hace cantera cofrade con su procesión infantil
El cortejo, que incluye un pequeño trono a escala de las andas procesionales de la Dolorosa perchelera, discurrió por el interior de la basílica, debido a la lluvia
Todo comenzó con una convivencia infantil, justo tras la pandemia, con el propósito de mostrar a los niños el funcionamiento de una cofradía y acercarlos ... a esta. Sin embargo, las exigencias cada vez mayores de los organizadores, unidos al crecimiento en número de chicos y chicas, y la donación de un trono, pequeño en sus dimensiones, pero majestuoso en su conjunto, hicieron el resto para que la Archicofradía de la Esperanza pusiera en práctica el pasado año una procesión infantil de la Dolorosa perchelera, pequeña en su tamaño, al igual que el trono, pero con un poder de atracción muy grande, como el que tiene la imagen verdadera de la Virgen de la Esperanza, la Madre del Nazareno del Paso. De hecho, en su primera salida, la pasada cuaresma, sin apenas difusión para su convocatoria, salvo unos escuetos mensajes en redes sociales, ya congregó a cientos de personas en torno a esta miniprocesión, que supuso el colofón de la jornada de convivencia.
Una cuaresma después, cuando ni siquiera ha pasado un año de aquel memorable día para esa cantera cofrade que hizo posible el sueño de muchos archicofrades adultos con alma de niños, aquella pequeña Virgen de la Esperanza, restaurada para su estreno por Israel Cortejo, en el tronito que le construyera con tanto mimo el archicofrade Francisco Muñoz Estrella, ya fallecido, y al que no le falta un detalle, copia del hiperbólico trono que saliera del taller de Adrián Risueño, volvió a caminar para mostrar el futuro de la Semana Santa. Y es que ni siquiera la lluvia caída este sábado por la mañana en Málaga restó participantes, ni público. Todo lo contrario, aunque, en esta ocasión, la procesión no se dirigió a la parroquia de Santo Domingo, como el año pasado, sino que discurrió por el interior de la basílica, ya que el líquido elemento, tan demandado y tan preciado, no dejaba de caer.
Con los rezos del Padrenuestro y Avemaría, a las 12.30 horas, comenzaba la procesión infantil. En ese instante, la banda de música de la archicofradía, sin uniforme, interpretaba el 'Himno de Coronación de la Esperanza', como ocurre cada Jueves Santo, mientras sonaban las campanillas que anunciaban que el trono de la pequeña Dolorosa ya estaba en marcha.
Como si estuviera en la calle, el recorrido por los laterales de la basílica fue alfombrado con romero. Tampoco faltaron saetas, petaladas, aplausos, portadores, una treintena, capataces, mayordomos y, por supuesto, devotos, algo más de dos centenares de niños, que portaron velas para abrir paso a la pequeña Virgen de la Esperanza, que lucía espléndida en su tronito, con la candelería encendida, al igual que los característicos arbotantes, con tulipas en color ámbar.
Uno de los momentos más especiales se produjo cuando el trono giró hacia la puerta de salida para que el público que se quedó fuera del templo pudiese contemplar la imagen en su conjunto procesional. En ese instante, sonaron de nuevo las campanillas y se sucedieron los aplausos. Y al fondo de la escena, los moradores de la basílica: el Nazareno del Paso, con su túnica morada lisa y portado la cruz plana, y la Virgen de la Esperanza, vestida de hebrea.
La procesión 'kids' finalizó con la interpretación del himno de coronación que compusiera Perfecto Artola y el sonido de decenas de campanas, las mismas que repicarán el próximo año en la calle, esperemos, y también para anunciar, quizá, la salida del Nazareno pequeño, como demandaron algunas madres.
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