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El Cristo de la Buena Muerte, en su salida procesional del año pasado. Salvador Salas
El Amor Fraterno ante el Covid-19
#AlhilodelaSemanaSanta

El Amor Fraterno ante el Covid-19

antonio moreno

Jueves, 9 de abril 2020, 02:33

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Lo siento, no sé si a ti te pasa, pero yo escucho la palabra fraternidad y muchas veces me suena a 'flower power'. Es una de esas palabras manoseadas que, como el amor de la Jurado, se nos rompió de tanto usarla. Y es que sí, sobre el papel, la fraternidad es algo muy bonito, todos somos 'friends'; pero luego llega el amigo necesitado y sales corriendo. Te metes en tu casa, le das tres vueltas a la llave y que venga a buscarte Mister Wonderful con su amistad de pegatina. ¡Que llame, que llame al timbre que yo estoy empezando la última de Netflix que tiene 9 temporadas!

Amar fraternalmente, de 'frater' (hermano), significa que tenemos que sentirnos hijos de un mismo padre y, desgraciadamente, muchos ya no saben que compartimos un padre-madre común: Dios. En el Evangelio de hoy, Jesús nos explica cómo es ese que Él también llama Padre y que nos hace a todos hermanos. Y lo hace con una catequesis plástica: se arremanga, coge toalla, jarra y lebrillo y se lía a lavar los pies de sus amigos.

Y cuando termina les dice: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis »el Maestro« y »el Señor«, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».

No lo dudes, este Jueves Santo del coronavirus pasará a la historia por que muchos están siguiendo ese ejemplo. Porque hoy, la Cena, el cenáculo está (¡de verdad!) en el Clínico, en Carlos Haya, en las residencias de mayores… Donde hombres y mujeres, sirven con cariño a los enfermos, a los ancianos, lavándolos, cuidándolos… Hoy, el traslado del Cristo de la Buena Muerte lo harán los empleados de los servicios funerarios, acompañando con respeto a los difuntos y a sus familias. Hoy, los legionarios desembarcarán en nuestros barrios, en nuestros pueblos, donde cuidarán de la seguridad de todos nosotros. ¿Y la Esperanza? ¿Dónde estará hoy la Esperanza? Pues sostenida por todos y cada uno de los malagueños que arrimamos el hombro quedándonos en casa, cuidando a los nuestros, animando a los niños y a los mayores: «¡Todo saldrá bien!».

–«¡Lavaos los pies!» –nos dice Jesús–.

Y hoy, como nunca antes, replicaremos con Pedro:

–¡Y las manos, Señor, y las manos!

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