Gonzalo Pallarés, psicólogo experto en adicciones del centro de desintoxicación Brisa
«Es más difícil tomar conciencia de que tienes una adicción porque las benzodiacepinas son psicofármacos legales y te los prescribe un profesional»
El consumo de benzodicepinas ha crecido un 25% en la última década y un 7,7% de la población toma piscofármacos como el Lorazepam o ... Diazepam a diario. España es el país del mundo donde más se consumen este tipo de sustancias, que son fáciles de prescribir, porque se recetan para tratar la ansiedad, depresión, insomnio, contracturas..., y a veces difíciles de dejar. Gonzalo Pallarés, psicólogo experto en adicciones del centro Brisa explica que vivimos en un contexto de precariedad: «El hecho de no poder acceder a una vivienda o tener un trabajo que no nos permite una vida normalizada genera estrés y ansiedad y lo más fácil es ir al médico y que te recete».
–¿Qué son las benzodiacepinas y para qué se toman?
–Son sustancias psicotrópicas o psicoactivas, como por ejemplo el Lorazepam, que inciden sobre el sistema nervioso central y, en función de los síntomas que tiene el paciente, le calman, le llevan a una zona más equilibrada.
–¿Para qué se recetan?
–Cuando tienes un cuadro de estrés o ansiedad, para contracturas, porque son relajantes musculares, incluso para convulsiones.
–¿Si solamente se tomaran durante un tiempo cumplirían su efecto y no supondrían un problema?
–Exactamente. Lo normal es que actúen a corto plazo y que se vea una mejoría. Si no la hay ya habría que buscar ayuda psicológica. No hay que demonizar las benzodiacepinas, porque son necesarias, pero sí hay que utilizarlas con responsabilidad. El profesional que las recete tiene que informar a la persona que las va a tomar y explicarle que pueden crear dependencia.
–En España se consumen muchas benzodiacepinas, un 7,5% de la población las toma a diario. ¿Por qué ocurre esto?
–En los últimos diez años ha crecido un 25% el consumo de las benzodiacepinas. Vivimos en un contexto difícil, con muchísima competencia. Y en Málaga, por ejemplo, el simple hecho de no poder acceder a una vivienda o de tener un trabajo precario con el que no puedes conseguir los ingresos necesarios para tener una vida normalizada, pues todo esto genera estrés, ansiedad y lo más fácil es ir al médico y que te recete una medicación. Debería haber una respuesta a nivel público para que todas las personas pudieran tener acceso a profesionales que les traten.
–¿Que no se traten sólo los síntomas sino también la raíz del problema?
–Eso es.
–Además del riesgo de adicción, ¿tienen otros efectos secundarios?
-Sí. Si uno se sobremedica puede incurrir en el efecto rebote. Es decir, tener estos mismos síntomas pero más pronunciados. También a nivel cognitivo puedes perder memoria, tener temblores y otros efectos.
–¿Cuándo termina el consumo razonable y se empiezan considerar una adicción?
–Para diagnosticar una adicción nos centramos en una serie de factores y uno de los más importantes es la pérdida de control. Por ejemplo, si tu médico te receta que te tomes una o dos pastillas diarias y de repente empiezas a tomarte tres, cuatro, cinco, pues eso es un signo de que algo está pasando; otro factor sería el deterioro social, que la persona se aisle y empiece a no tomar parte en lo que hace su familia su pareja o sus hijos; otra cuestión importante es la tolerancia, que necesite cada vez más dosis para conseguir los mismos efectos, y a su vez el síndrome de abstinencia: ya no se siente bien si deja de consumir y necesita hacerlo para estar en un estado normal. Todo esto indica una adicción, que puede ser leve, moderada o severa, porque hay diferentes grados.
–¿Se puede cuantificar el tiempo que es aconsejable tomar estos psicofármacos?
–Cuando empiezas a ver que pierdes el control. Hablamos de las benzodiacepinas, pero, por ejemplo, con el alcohol, cuando empiezas a beber en situaciones que ya no son sociales. Más que el tiempo que se consume son importantes estos otros factores.
–Al ser algo que inicialmente te receta el médico ¿Es más difícil ser consciente de la adicción?
-Es una sustancia legal y que te receta un profesional, entonces, es más difícil tomar conciencia de que estás haciendo algo mal que si consumieras, por ejemplo, cocaína.
– ¿Qué puede hacer en esos casos la familia?
–No saben cómo ayudar, porque nadie está preparado para ver a un familiar que consume una sustancia y pierde el control. Yo recomiendo paciencia, aunque no es fácil, e intentar dialogar con esta persona y si con eso no se consigue nada pues hay que recurrir a profesionales. Hacemos terapia con el paciente y con la familia, también, para guiarla en el proceso y para que entiendan qué es una adicción y cómo ayudar a un paciente que está en recuperación.
–¿Cómo entendéis las adicciones en el centro de desintoxicación Brisa?
–Para tratar las adicciones nos apoyamos mucho en el trabajo en grupo, desde la comprensión y la aceptación. Hay que hacer que el paciente entienda que tiene un problema y que necesita utilizar las herramientas que nosotros le proporcionamos.
–¿En esos grupos se trabaja con personas que tienen un problema similar y comparten sus historias?
-Sí. Y es importante hacerlo sin juzgar para que la persona pueda expresar lo que tiene dentro y pueda abrirse a esas experiencias.
–En general, la desintoxicación de este tipo de sustancias, ¿requiere internamiento?
–En función del grado de dependencia. En ocasiones, cuando es severo, hay que optar por un tratamiento de ingreso donde no tenga tantos estímulos y se pueda tratar a esa persona. Una vez que pasa este periodo, que suele ser de unos pocos meses, ya pasan al tratamiento ambulatorio para aprender a gestionar un poco situaciones de la vida cotidiana.
–Una vez superada la adicción ¿Hay que hacer un seguimiento? ¿Si has sido adicto tienes más riesgo de volver a serlo otra vez?
–Evidentemente la adicción está contigo, pero el tratamiento te da las herramientas suficientes para poder gestionar tu vida. Una vez terminado, si en otra ocasión sientes que estás desestabilizado, ya tienes las herramientas suficientes para afrontar tu vida.
–Por tu experiencia, ¿cuál suele ser el principal obstáculo a la hora de superar una adicción?
–El hecho de no reconocer que tienes un problema. Si no admites que tienes un problema con una sustancia difícilmente vamos a poder ayudarte a que comprendas qué es lo que sucede en tu cerebro y qué es lo que pasa con todas las emociones, la gestión de todas estas circunstancias.
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